Ropa tirada por el suelo después del mercadillo de Os Mallos

Ropa tirada por el suelo después del mercadillo de Os Mallos Cedida

Ofrecido por:

A Coruña

A 'prenda suelta' en el feirón de Os Mallos, A Coruña: "Es gente que no tiene permiso para vender"

Vecinos denuncian el desorden y la suciedad dejada por los vendedores ilegales en el parque, que se convierte en un vertedero tras cada jornada.

Más información: El mercadillo de Os Mallos, en A Coruña, cambia de ubicación y se celebrará todos los sábados

Publicada

Hay feriantes que se levantan a las 6:00 horas de la mañana, montan su puesto de venta de batas, bragas o zapatillas, recogen y se van. Pero hay unos pocos que también madrugan, instalan su puesto y se van dejándolo todo manga por hombro. Ni limpian ni piden perdón.

Cuando ya todos los comerciantes han abandonado su puesto de trabajo, el parque de A Sardiñeira se convierte en un campo de minas para los niños. En medio de los columpios, se encuentran con pantalones usados y sin usar, y los perros se entretienen con los zapatos que hay tirados por el suelo.

Desde que el mercadillo de Os Mallos abandonó la explanada de A Sardiñeira y se instaló en el parque infantil, los vecinos del barrio han observado que hay gente que sale corriendo cuando ve llegar la policía y, con las prisas, se dejan alguna que otra camiseta por el camino.

"Dejan todo hecho un cuadro", relata Tatiana, una vecina del barrio que se encuentra con los restos del mercadillo en el asfalto que bordea el parque en el que juegan sus hijos. "Es gente que no tiene permiso para vender", explica. Otros residentes aseguran que dejan todo por el suelo cuando ven llegar a los agentes: "Venden de 7:00 a 10:00 y cuando llega la policía, salen escopeteados".

A las pocas horas, llegan los servicios de limpieza del ayuntamiento y dejan el parque como nuevo, sin saber qué es lo que pasa con la ropa. "Son prendas robadas y de la basura, ni siquiera vuelven a por ellas", asegura la vecina. Según cuenta, es algo que se repite todos los martes.

Cuando se trasladó el mercadillo a la explanada situada en la parte trasera del edificio Aliko, se contó con que hubiera espacio para unos 80 puestos, pero lo que no hay que olvidar es que para hacer uso de este espacio, hace falta tener un permiso de venta.

Desde la asociación de vecinos de Os Mallos, consideran que "el Concello debería empezar a sancionar", al considerar que "algunos no tienen licencia para vender". Piensan que las cajas y bolsas que quedan olvidadas en el parque pertenecen a los comerciantes que no cuentan con autorización para hacer uso de este espacio.