26 febrero, 2023 03:01

A lo largo de la historia de la humanidad el dinero ha adoptado múltiples formas. Desde cabelleras de pájaros carpinteros en la primitiva California a las criptomonedas actuales. Se ha utilizado ganado, cacao, conchas, grano o incluso gigantescas piedras, pero si algo le ha gustado siempre al ser humano han sido los metales preciosos, sobre todo la plata y el oro, ya que estos metales mantenían siempre su valor, eran fácilmente transportables y se podían pesar en cantidades y fracciones exactas, una de sus grandes virtudes, pero también uno de sus mayores defectos.

Tener que pesar estos metales en cada transacción aumentaba el tiempo necesario para realizarla y aumentaba los costes al hacer negocios, ya que cortarlos requería tiempo y mano de obra, lo que provocaba graves inconvenientes a la hora de realizar transacciones con ellos. Tenía que haber una forma mejor de hacerlo. Y esa manera surgió en el reino de Lidia, en la actual Turquía, donde vieron la luz las primeras monedas conocidas de la historia.

Se trataba de monedas metálicas respaldadas por un Estado, hechas de electro (una aleación de oro y plata que se encontraba en estado natural en el reino) y que fueron acuñadas a finales del siglo VII a.C., es decir, hace 28 siglos. Desde las costas del Mediterráneo, Egeo y Negro, surgía una nueva “tecnología” que marcaría el futuro de la humanidad: la moneda como medio de transacción económica, pago de servicios, objeto de riqueza y producto de atesoramiento.


A lo largo de nuestra historia, miles de monedas han nacido y desaparecido, pero sólo una de ellas marcó el devenir del planeta durante tres siglos, llegó a representar el 50% de todo el dinero en circulación en el mundo, inspiró el nacimiento de decenas de divisas y fue utilizada de manera universal. Una moneda nacida en un imperio que dominó el mundo: el real de a ocho español.

El real de a ocho, también conocido como “peso de ocho reales” o “peso” nacía tras la reforma monetaria de los Reyes Católicos de 1497, tras la Reconquista y la llegada a América. Estaba acuñada en plata con un peso de 27,468 gramos y una pureza de 0,93055%. Su diseño incluía la imagen de la Monarquía española y su escudo de armas.

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Plata, mucha plata

Pero no sería hasta mediados del siglo XVI cuando el real de a ocho comenzaría a popularizarse gracias a la gran cantidad de plata que se extraía de América y a que comenzó a acuñarse también allí tras la fundación de la Casa de Moneda de Nueva España en 1535 (la más antigua de América), pero sobre todo con la fundación en 1572 de la Casa Real de Moneda de Potosí (Bolivia), por el virrey del Perú Francisco de Toledo.

En el Cerro de Potosí se encontraban unas legendarias y portentosas minas de plata, una auténtica montaña maciza de metal, el mayor yacimiento de plata de todos los tiempos, de donde se estima que se llegó a extraer más del 60% de toda la plata del mundo durante la segunda mitad del siglo XVI. La población de Potosí llegó a ser de casi 200.000 personas, cifras similares a Londres o París. Estimaciones oficiales indican que sólo la América española produjo unas 150.000 toneladas de plata entre los años 1500 y 1800, representando el 80% de la producción mundial durante esos tres siglos.

Real de a ocho acuñado en Potosí en 1770.

Real de a ocho acuñado en Potosí en 1770. Wikimedia Commons

La expansión de las posesiones españolas en todo el mundo bajo los reinados de Carlos I y Felipe II y tal cantidad de plata y de tan alta pureza extraídas de Nuevo México y Potosí provocaron que la emisión de reales de a ocho se disparara. En América se utilizaba para pagar salarios, abonar impuestos y realizar compras, mientras que en Europa comienza a convertirse en la moneda de referencia para todos los países debido a su alta calidad y fama.

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Moneda universal

La popularidad que alcanzó en todo el planeta se debía a su estabilidad y uniformidad ya que tenía un contenido constante en plata, a su abundancia, a que su valor era reconocido mundialmente y a que no se devaluaba fácilmente, a diferencia del resto de monedas.

En el siglo XVIII se comenzó a acuñar un nuevo diseño que era exclusivo de las colonias al que se conocía como “moneda de mundo y mares”, que tenía impresa las columnas de Hércules y entre ellas los dos hemisferios del planeta representando la expansión del Imperio español. Es considerada por los expertos como una de las monedas más bellas jamás acuñadas.

Es en esta época cuando se consolida como divisa global, ya que el 50% de todo el dinero en circulación en el planeta en aquella época eran reales de a ocho, debido a que todos los comerciantes europeos tenían que pagar las mercancías de Oriente en moneda española, lo que provocó que los barcos portugueses, holandeses, británicos o franceses tuvieran que llevarla siempre a bordo como moneda de intercambio hasta bien entrado el siglo XIX.

El “Holey dollar” australiano.

El “Holey dollar” australiano. Wikimedia Commons

A través del legendario Galeón de Manila, que hizo la ruta Acapulco-Manila durante más de 250 años, el real de a ocho se introdujo en Asia, donde fue aceptada como moneda propia en países como Corea, China, Japón e India, entre otros, que simplemente la agujereaban o marcaban con sellos locales para permitir la recirculación por el país.

El real de a ocho alcanzó lugares tan lejanos como Australia, donde llegó a principios del siglo XIX tras una escasez de divisas británicas que motivó que las autoridades coloniales importaran más de 40.000 reales españoles que luego agujeraron, tomando el nombre de “holey dollar” o “dólar agujerado”.

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Primera moneda de curso legal de EEUU

También se convirtió en la moneda de facto en las 13 colonias británicas de América del Norte, ya que era mucho más fácil para ellas surtirse de los cercanos y conocidos reales de a ocho acuñados en México que de libras esterlinas que tenían que venir del otro lado del charco. De hecho, en 1693, el gobierno de Nueva York regulaba el valor de cambio de los reales de a ocho y en 1704 la reina Ana de Inglaterra establecía la moneda española como la unidad monetaria oficial de sus colonias americanas, la primera de curso legal.

El peso del real de a ocho en los jóvenes Estados Unidos fue tal que, en 1785, el Congreso Continental aprobaba la primera emisión del “spanish dólar”, respaldada por el real español y con un valor equivalente, siendo utilizado como moneda de curso legal hasta 1857.

Además, cuando llegó el momento de la independencia de las colonias repudiaron formalmente la moneda británica y se vieron en la necesidad de crear una moneda propia. El real de a ocho sirvió como modelo para el nacimiento del dólar y el sistema monetario de los Estados Unidos de América, el 2 de abril de 1792. Inicialmente los dólares estadounidenses eran garantizados con reales de a ocho y se cree incluso que su símbolo ($) proviene de la unión de las dos columnas de Hércules y de la superposición de las letras P y S, que eran la abreviatura de “peso”, como también se conocían a los reales.

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La influencia que tuvo la moneda española en la historia de la economía y de los Estados Unidos llegó casi hasta este siglo. El precio de las acciones en el mercado de valores estadounidense se negociaba en octavos de dólar, motivado precisamente por el real de a ocho, hasta que el 24 de junio de 1997 Wall Street lo cambió de manera definitiva.

El fin de una leyenda

Con el fin del Imperio español se pierde el control de las minas de plata americanas y de sus casas de moneda, lo que provoca que España no pueda seguir produciendo su divisa. Pero a pesar de ello, el real de a ocho mantuvo su poder competitivo hasta finales del siglo XIX en medio mundo. Un buen ejemplo de la supremacía del real español lo encontramos cuando los británicos llegaron a un acuerdo para convertir Singapur en puerto libre del imperio. En compensación se acordó un pago anual de 8.000 reales de a ocho, ya que la libra esterlina no era aceptada en los países orientales.

El modelo del real fue copiado hasta la saciedad y su influencia y dominio fue tan extraordinario que se estima que un tercio de la población mundial vive en la actualidad en países con monedas basadas originalmente en el real español. Porque fue el origen del dólar canadiense, el yuan chino, el yen japonés, los pesos de las repúblicas americanas, el peso filipino…

Real de a ocho de los Reyes Católicos.

Real de a ocho de los Reyes Católicos. Wikimedia Commons

Durante 300 años ininterrumpidamente, la mayor duración jamás alcanzada por una divisa de referencia, el real de a ocho fue la primera moneda universal del planeta y la precursora de la economía global de la actualidad. En España desaparecía oficialmente el 19 de octubre de 1868 con la aprobación de una nueva moneda que daría mucho que hablar: la peseta.