9 octubre, 2022 02:50

Hay pocas personas en España con tanta experiencia política como la cordobesa Rosa Aguilar. Durante casi medio siglo, evolucionando desde las filas del Partido Comunista de España y de Izquierda Unida a las del Partido Socialista, ha desempeñado cargos en casi todos los niveles de los poderes ejecutivo y legislativo: ha sido alcaldesa de Córdoba, portavoz en la Diputación Provincial, dos veces consejera de la Junta de Andalucía, ministra del Gobierno central, parlamentaria andaluza y diputada en el Congreso, donde se la conocía por la dureza "sin insultos", acota ella de sus intervenciones como portavoz de su grupo. "He estado en todas las instituciones menos en el Senado y el Parlamento Europeo", se reivindica.

Se ha jubilado como parlamentaria andaluza en la oposición al gobierno del Partido Popular de Juanma Moreno Bonilla. En abril de 2022 anunció en Córdoba, rodeada de los suyos, su retirada de la "primera línea" de la política, coincidiendo con la disolución del Parlamento de Andalucía para la convocatoria de las elecciones autonómicas del 19 de junio. El 7 de julio ha cumplido 65 años. Se retira de la batalla diaria en las instituciones pero no de la política de base, que sigue practicando como militante del PSOE en la corriente interna Cristianos Socialistas.

Tiene mucho aún que hacer y que decir, según explica en este encuentro con EL ESPAÑOL | Porfolio en el que abre como nunca antes su álbum personal de fotos y repasa su carrera, cuenta su presente y opina sobre la actualidad política. Su repaso incluye recomendaciones a Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Alberto Núñez Feijóo, o su postura sobre la condena de cárcel por el caso de los ERE a José Antonio Griñán, el presidente de la Junta que la animó a ella a dar el salto de IU al PSOE. En su antigua formación la descalificaron como "tránsfuga", una condición que ella rebate puntualizando que antes renunció a sus cargos con su antigua formación. "Si a todos los que se han ido del Partido Comunista y de Izquierda Unida los llaman tránsfugas, imagina los miles de tránsfugas que habría", contesta sin acritud. 

"Este verano ha sido el primero en el que he tenido unas vacaciones normales en treinta y tantos años", dice una tranquila Rosa Aguilar (Rivero de segundo apellido). Llega a la entrevista vestida con pantalones, camisa remangada, zapatillas deportivas y un pequeño bolso-macuto a la espalda. Va al gimnasio y tiene fisioterapeuta de confianza para mantenerse ágil. Vive entre su casa de Córdoba, en la zona antigua, y la vivienda de sus familiares en Sevilla, donde estos días se ocupa de las citas médicas de un pariente enfermo.

Ha oficiado "cientos de bodas" civiles como alcaldesa en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba, pero ella no se ha casado nunca con nadie. De estado civil soltera, mantiene en la intimidad su vida familiar y sentimental y no revela casi nada, salvo que considera a un sobrino y una sobrina (hijos de una prima paterna) como si fueran sus propios hijos, y a sus amistades, como miembros de su familia.

Rosa Aguilar, a la entrada del Palacio de San Telmo en Sevilla, sede del Gobierno andaluz, en el que fue consejera.

Rosa Aguilar, a la entrada del Palacio de San Telmo en Sevilla, sede del Gobierno andaluz, en el que fue consejera. Eduardo del Campo

Retirada 

Se la ve satisfecha. Otros políticos sin poder, como cualquier trabajador, caen en depresión al dejar de sentirse importantes. ¿Es su caso? No. "Me siento bien y contenta. Después de la política hay vida y compromiso, y yo voy a a continuar. Trabajo con la asociación Cristianos Socialistas y me llaman para dar charlas y conferencias. Hay que visibilizar que hay gente creyente que vota al PSOE. No echo de menos estar en las instituciones, ya he estado. Vienen tiempos difíciles y todas las manos serán pocas para llegar a las personas".

Nos hemos citado en la Puerta de Jerez, junto al Palacio de San Telmo en Sevilla, sede del Gobierno andaluz, uno de los espacios de poder en los que ha trabajado para la ciudadanía. Ella insiste en que cree en la política como servicio público. A sugerencia no suya sino del periodista, nos vamos a la cafetería del colindante hotel Alfonso XIII. Para beber, solo pide agua. 

"Después de la política hay vida y compromiso, y yo voy a continuar. No echo de menos estar en las instituciones"

En la mesa, el color rosa de un clavel recuerda su nombre. En 2003, cuando ganó con holgura las elecciones a la Alcaldía, el titular "Córdoba, del rojo al Rosa" aludía a la idea de cómo ella había sabido suavizar lo rojo de su filiación comunista para atraer el voto transversal a su persona como marca política, incluso de tradicionales votantes de la derecha del Partido Popular. Seis años después migró al gobierno andaluz del PSOE, el partido que tiene la flor de la rosa como símbolo.

El sol la ilumina a través de los ventanales del patio del hotel. No oculta con maquillaje ni operaciones las arrugas del tiempo. Pero su sonrisa amplia y constante al hablar que contrasta con la severidad de sus antiguas intervenciones parlamentarias desde la oposición contra el gobierno del PSOE de Felipe González le dan un aire juvenil.

Rosa Aguilar, durante el encuentro con EL ESPAÑOL | Porfolio en Sevilla.

Rosa Aguilar, durante el encuentro con EL ESPAÑOL | Porfolio en Sevilla. Eduardo del Campo

Rosa Aguilar, en su primera juventud, cuando comenzó su actividad política en Córdoba.

Rosa Aguilar, en su primera juventud, cuando comenzó su actividad política en Córdoba. Álbum de Rosa Aguilar

¿Por qué se retira? Lo resume recordando a su entonces rival político, su admirado Alfredo Pérez Rubalcaba, el que fue ministro y líder parlamentario socialista. "Rubalcaba me decía que yo era muy dura en las intervenciones, pero que conmigo se podía llegar a acuerdos y que tenía palabra", dice. En estos últimos años, en cambio, se ha sentido incómoda, "como en un desfiladero", en un ambiente político bronco, insultante, polarizado y falto de diálogo genuino. "La dureza no es insultar", critica.

Por eso recomienda que hay que dialogar más "y hay que ceder". "A veces hay que pactar hasta los desacuerdos", para avanzar en lo que sí hay un punto de encuentro. Lo que no puede ser, como dice que ocurre ahora, "es que todo el espacio sea de desacuerdo; eso contamina e inutiliza la política" como lugar respetuoso de confrontación de ideas para buscar soluciones. "Me preocupa el alejamiento de los ciudadanos de la política. Hay como un hartazgo muy amplio de tanta bronca y tanta confrontación. Estamos viviendo tiempos muy duros y la gente necesidad seguridad y tranquilidad", añade.

"En toda Europa la extrema derecha saca tajada cuando hay hartazgo de los ciudadanos, y el PP saca tajada también"

"La gente necesita aliento, pero pones el telediario y ves bronca", dice, advirtiendo de que la "devaluación" y el "desprestigio" de la política es destructiva porque provoca el desapego ciudadano y las derivas populistas y extremistas: "Estamos quebrando el Estado de Derecho", avisa. "En toda Europa la extrema derecha saca tajada cuando hay hartazgo de los ciudadanos, y el PP saca tajada también" al radicalizarse, asegura. "La política tiene como objetivo abrir puertas de esperanza a los ciudadanos, y eso se hace con diálogo".

Ese diálogo se refleja en las fotos de sus álbumes, donde ella aparece posando y hablando con personalidades de la cultura, la política, los deportes o la empresa, pero también con gente del pueblo llano. Desde Juan Carlos I y los entonces príncipes de Asturias, hoy reyes Felipe y Letizia, hasta un guarda del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

Rosa Aguilar, con el rey Juan Carlos I y los entonces príncipes Felipe y Letizia.

Rosa Aguilar, con el rey Juan Carlos I y los entonces príncipes Felipe y Letizia. Álbum de Rosa Aguilar

En sus tiempos de alcaldesa, con el novelista José Saramago, en Córdoba.

En sus tiempos de alcaldesa, con el novelista José Saramago, en Córdoba. Álbum de Rosa Aguilar

Con traje de caballista junto a feriantes en Córdoba.

Con traje de caballista junto a feriantes en Córdoba. Álbum de Rosa Aguilar

Clandestina

De su naturaleza dialogante y su compromiso social dan fe sus primeros pasos políticos. En 1974, con 17 años, se había afiliado al aún clandestino PCE del tardofranquismo y colaboraba con los cristianos de base de los Salesianos. Poco después, la recién estrenada estudiante de Derecho en el Colegio Universitario de Córdoba fue a Madrid como delegada de clase con una delegación de compañeros para reunirse con dos ministros cordobeses del gobierno de Franco, José Solís y Rafael Cabello de Alba, a quienes expusieron su reivindicación de que la ciudad contara con su propia facultad y no con una delegación de la de Sevilla (donde ella se licenció luego). 

Se acuerda con orgullo de cuando ella y otros miembros de las juventudes comunistas locales organizaron la campaña de Julio Anguita en las primeras elecciones municipales democráticas, del 3 de abril de 1979, que dieron la victoria al "Califa Rojo" y llevaron al PCE a gobernar en su única capital de provincia española. A Anguita lo conoció a mediados de los 70 en el círculo Juan XXIII, donde coincidían jóvenes comunistas, cristianos progresistas, maestros.

Como delegada de curso fue a hablar con dos ministros de Franco; en el 79, hizo la campaña que dio la Alcaldía a Anguita

Es la hija única de Enrique y Rosa. Él era delegado en Córdoba de un laboratorio farmacéutico y no quería hablar de política, porque venía de una familia republicana amenazada con la represión de la dictadura. Ella, ama de casa, tras enviudar se colocó de encargada en la cafetería de los trabajadores de un hotel cordobés. Rosa Aguilar cuenta que de su padre, que murió cuando ella tenía 9 años, aprendió el compromiso social y humanista, al ver cómo se preocupaba por resolver los problemas a vecinos que acudían en busca de ayuda a su casa en el barrio de Ciudad Jardín. A su madre viuda iba a recogerla al hotel al final de su turno nocturno. Murió en 1987.

Estudió con las monjas del Colegio Sagrada Familia, Las Francesas, donde competía en voleibol y natación. Era de ciencias y le gustaba la Física. Al optar por la vocación social y el Derecho en la universidad, decepcionó a sus monjas un poco, dice quien sin embargo triunfó luego en el camino elegido. El COU lo cursó en el instituto del Parque Figueroa.

Rosa Rivero y Enrique Aguilar, padres de la política cordobesa Rosa Aguilar.

Rosa Rivero y Enrique Aguilar, padres de la política cordobesa Rosa Aguilar. Álbum de Rosa Aguilar

Rosa Aguilar Rivero, de niña en Córdoba, donde nació el 7 de julio de 1957.

Rosa Aguilar Rivero, de niña en Córdoba, donde nació el 7 de julio de 1957. Álbum de Rosa Aguilar

Con una compañera en su época de estudiante en el colegio de las monjas Las Francesas de Córdoba.

Con una compañera en su época de estudiante en el colegio de las monjas Las Francesas de Córdoba. Álbum de Rosa Aguilar

Aguilar, sentada en el centro de la primera fila, con sus compañeras en el colegio religioso donde estudió.

Aguilar, sentada en el centro de la primera fila, con sus compañeras en el colegio religioso donde estudió. Álbum de Rosa Aguilar

Se declara cristiana creyente, católica progresista, pero practicante a su manera, no de misa: no comulga con la parte conservadora de la Conferencia Episcopal Española pero sí bastante con el papa Francisco, de la otra tendencia en la Iglesia que apuesta por la igualdad total entre hombres y mujeres en los ritos, o el reconocimiento de la diversidad sexual. Ahora, recalca, su proyecto político alejado de los focos está con los Cristianos Socialistas, en el PSOE. Quiere una Iglesia católica "que no entre en política, y mucho menos en campaña".

Antes de licenciarse en Derecho, ya empezó a trabajar de pasante en la asesoría jurídica del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) en Córdoba. Después ejerció la abogacía en un despacho propio con otros compañeros. El despacho de Comisiones era una escuela política, jurídica y social. Aún se acuerda de "un aparcacoches mayor, muy impedido", a quien ella le arregló los papeles para conseguirle una pensión, sin que él se lo pidiera; el hombre, agradecido, fue a la oficina a llevarle un pavo vivo con un lazo rojo al cuello. "Fue mi mejor regalo de Navidad". Pero no se lo comió.

En la foto de la orla como licenciada en Derecho.

En la foto de la orla como licenciada en Derecho. Álbum de Rosa Aguilar

Lo pone como ejemplo para destacar que lo que más le ha gustado y marcado de la política es el contacto humano, directo, con los problemas más íntimos de los ciudadanos. El mayor nivel de cercanía, porque atendía a cada uno en su despacho, lo tuvo en el Ayuntamiento, por el que dejó la abogacía. "Lo mejor que te puede pasar es la relación directa con las personas. Mirarles a los ojos y decirles la verdad: cuando se puede arreglar su problema, y si no, no, y hay que explicárselo. La gente es más comprensiva y generosa de los que pensamos", dice. Como concejala fue primero delegada de Disciplina Urbanística, Vía Pública y Transporte, presidenta de la empresa municipal de saneamiento Sadeco y teniente de alcalde de Herminio Trigo entre 1987 y 1991, y después alcaldesa entre 1999 y 2009

Dice que lo mejor de la política "es la relación directa con las personas; mirarles a los ojos y decirles la verdad"

Cuando habla del trato cívico entre políticos de diversas ideologías le gusta ilustrarlo con el recuerdo de cuando, en su primera etapa como diputada del Parlamento Andaluz (1989-1992), entonces por IU, llevaba regularmente en su coche Opel Calibra de Córdoba a Sevilla a sus compañeros Joaquín Dobladez, del PSOE, y Juan Ojeda, del PP. Lo hacía de buen grado: "Me gusta mucho conducir". 

Antes de convertirse en alcaldesa de Córdoba se dio a conocer en el panorama político nacional de los años 90 como diputada en el Congreso (marzo de 1993-abril de 2000) y portavoz del grupo parlamentario de IU, cuando su paisano Julio Anguita era el coordinador general de la formación y ella, coordinadora provincial de IU y miembro de la dirección federal del PCE. Ha sido diputada de las V, VI y X legislaturas.

Aguilar, ejerciendo de copiloto en un rally, aunque a ella lo que le gusta es conducir.

Aguilar, ejerciendo de copiloto en un rally, aunque a ella lo que le gusta es conducir. Álbum de Rosa Aguilar

Posando como alcaldesa futbolera para un acto promocional en el estadio del Córdoba.

Posando como alcaldesa futbolera para un acto promocional en el estadio del Córdoba. Álbum de Rosa Aguilar

De IU, al PSOE

Fue noticia en 2009 cuando su amigo y presidente de la Junta de Andalucía, el socialista José Antonio Griñán, la llamó para ofrecerle entrar de independiente en su gobierno como consejera de Obras Públicas y Vivienda y ella aceptó, dejando la Alcaldía de Córdoba y la militancia en IU. Dice que en el Partido Comunista había dejado de militar desde unos años antes, sin ruido; en lugar de anunciar su ruptura, simplemente dejó de renovar e ir a recoger el carné

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En la dirección de IU la clasificaron como "tránsfuga". Ella desmonta la acusación y dice que no lo fue de ninguna manera: "Lo primero que hice fue entregar mi acta de concejal a la organización que me había llevado al Ayuntamiento [IU] y dejar la Alcaldía; no me llevé nada". ¿Qué razones ideológicas y de trato personal la animaron a romper con IU? "No lo he contado nunca públicamente y no lo voy a hacer", dice, aunque aclara que muchos de sus antiguos compañeros, "más de lo que la gente piensa", comprendieron su decisión y han seguido manteniendo una buena relación con ella hasta ahora.

El cambio de partido "fue muy duro; necesitas soledad para hacer tu propio tránsito, y eso a veces cuesta lágrimas"

No expresa las razones, pero se entiende que su desapego personal e ideológico del PCE e IU tuvo que ver con que sus dirigentes no se preguntaran por qué tantos se iban en lugar de incorporarse. "Hay personas [en la antigua o actual dirección de IU] que nunca lo van a respetar y nunca lo van a entender", dice sobre el paso que dio. El cambio "fue muy duro, no porque a donde vas no te acojan, sino porque tú necesitas soledad para hacer tu propio tránsito, y eso a veces cuesta lágrimas".

En su etapa de ministra de Medio Ambiente, con un guarda de las Tablas de Daimiel, que le dedicó la foto a ella.

En su etapa de ministra de Medio Ambiente, con un guarda de las Tablas de Daimiel, que le dedicó la foto a ella. Álbum de Rosa Aguilar

Tras su "tiempo de reflexión en soledad" como independiente en el gobierno socialista andaluz para asimilar el cambio de filas, se implicó como militante del PSOE, donde dice que se ha sentido muy bien acogida y ha arrimado el hombro en las campañas electorales. De la Junta dio el salto al Gobierno central cuando en octubre de 2010 José Luis Rodríguez Zapatero la fichó como ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, puesto en el que representó a España en la ONU.

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Se mantuvo en el Ministerio hasta que su valedor adelantó las elecciones en 2011 acuciado por la crisis económica y la sombra del rescate europeo. "Me acuerdo de que me levantaba todos los días a las tres de la madrugada para ver cómo estaba la prima de riesgo. José Luis no dormía", dice de aquellos días de tensión. De Zapatero afirma: "Es uno de los mejores presidentes que ha tenido España".

José Antonio Griñán y Rosa Aguilar, el 20 de noviembre de 2010.

José Antonio Griñán y Rosa Aguilar, el 20 de noviembre de 2010. Junta de Andalucía

Defensora de Griñán

A su gran amigo y correligionario Griñán, a quien ella llama Pepe, lo defiende a rajatabla de la condena por prevaricación y malversación en el caso de los ERE que lo llevará a la cárcel entre otros condenados si el Tribunal Supremo rechaza el incidente de nulidad que ha presentado su abogado o no lo indulta el Gobierno del también socialista Pedro Sánchez.

Rosa Aguilar argumenta que todo el Parlamento andaluz aprobó el cambio en los presupuestos que validó el mecanismo de las ayudas extraordinarias para empresas y trabajadores en crisis que el interventor primero y el Tribunal Supremo ahora han establecido que era ilegal porque escapaba a los controles. "¿Quiere decir que todo el Parlamento ha prevaricado?", se pregunta. "He sido la primera en firmar la petición de indulto de la familia. No dudé ni un segundo". ¿El Gobierno debería indultarlo? "Creo que lo debería hacer", contesta.

Lo dice la abogada que también fue portavoz del PSOE en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados de 2011 a 2015 y que luego, entre 2017 y enero de 2019, ejerció de consejera andaluza de Justicia e Interior (con responsabilidad en Memoria Histórica) con el gobierno de la sucesora de Griñán y rival interna de Pedro Sánchez, Susana Díaz. "Respeto todas las decisiones de la Justicia, pero no comparto esta sentencia" de los ERE, afirma. También ocupó la cartera autonómica de Cultura entre 2015 y 2017.

Con Susana Díaz

Aguilar quedó en el bando derrotado de su amiga Susana Díaz en la disputa interna por el liderazgo del PSOE español y andaluz que relegó a esta como secretaria general andaluza, tras disputar antes a Sánchez la dirección en Madrid. La cordobesa sostenía, y lo sigue manteniendo, que, en lugar de convocar las primarias andaluzas que dieron la victoria al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, a Susana Díaz había que haberla dejado presentarse frente a Moreno Bonilla en las elecciones autonómicas de este pasado 19 de junio, para que pudiera completar su ciclo, y, solo tras comprobar los resultados, haber convocado las primarias para renovar la dirección del PSOE-A.

Esta postura no ha impedido, aclara, que mantenga una buena relación con la nueva dirección, como pone de manifiesto con el hecho de que Espadas la acompañara en el acto del 21 de abril en Córdoba en que ella anunció su retirada.

La consejera andaluza de Justicia e Interior, Rosa Aguilar, y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, el 9 de mayo de 2018 en el Parlamento de Andalucía.

La consejera andaluza de Justicia e Interior, Rosa Aguilar, y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, el 9 de mayo de 2018 en el Parlamento de Andalucía. Europa Press

Se ha jubilado de los cargos institucionales pero sigue la actualidad política. A su compañero de partido Pedro Sánchez le recomienda "que se muestre más tal como es, que muestre más sus sentimientos, que se abra más; no es una muestra de debilidad ni mucho menos". A su juicio, la población debe saber que el presidente "está sufriendo mucho" por enfrentarse a la crisis de los precios, la energética, la guerra en Ucrania, los efectos de la pandemia. Insiste en que el Gobierno tiene que comunicar más los avances de su gestión a una sociedad en la que se tiende a ver todo como negativo. "En la Carrera de San Jerónimo se aprueban cosas importantes y no hay nadie en la calle" celebrándolo, pone como ejemplo.

A Pedro Sánchez le recomienda "que muestre más sus sentimientos", que la gente sepa que "está sufriendo mucho"

Dice que simpatiza con la vicepresidenta Yolanda Díaz, militante comunista como ella misma lo fue en su día, y quien se ha embarcado en su propio proyecto transversal en la izquierda al margen de Podemos, IU y el PCE. A Díaz (Yolanda) le aconseja que "estudie la situación sobre el terreno", sobre todo en Andalucía, para aprender aquí por qué la izquierda se dividió en tantas candidaturas en las autonómicas.

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Del presidente del PP y antes de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo, a quien ha tratado en persona, dice que debería rebajar el tono combativo y buscar más el pacto con el Gobierno.

Rosa Aguilar, el 22 de octubre de 2010, en su primer consejo de gobierno como ministra, junto a sus compañeros (desde la izquierda) Ramón Jáuregui,  Valeriano Gómez, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Luis Rodríguez Zapatero, Trinidad Jiménez  y Leyre Pajín.

Rosa Aguilar, el 22 de octubre de 2010, en su primer consejo de gobierno como ministra, junto a sus compañeros (desde la izquierda) Ramón Jáuregui, Valeriano Gómez, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Luis Rodríguez Zapatero, Trinidad Jiménez y Leyre Pajín. Eduardo Parra Europa Press

La diputada y ministra Rosa Aguilar, interviniendo en el Congreso el 14 de septiembre de 2011.

La diputada y ministra Rosa Aguilar, interviniendo en el Congreso el 14 de septiembre de 2011. Marta Fernández Europa Press

¿Escribirá ahora que tiene más tiempo su libro de memorias políticas, como las que está leyendo de su amigo Griñán, titulado Cuando ya nada se espera? "No, porque hay cosas que no puedo escribir, y no quiero publicar unas memorias parciales en las que no lo cuente todo. Yo soy de entregarme al cien por cien. Lo que sí me planteo es publicar un libro de anécdotas", dice la antigua dirigente de IU hoy en las bases cristianas del PSOE.

Tras hacerle unas fotos en la puerta del Palacio de San Telmo de Sevilla, donde acudía a los consejos de gobierno como consejera, se cuelga el bolso-macuto a la espalda, se despide y, con paso ligero, sigue su camino, dejando atrás los sillones del poder.

Rosa Aguilar, marchándose desde el Palacio de San Telmo, sede del gobierno andaluz, del que fue consejera.

Rosa Aguilar, marchándose desde el Palacio de San Telmo, sede del gobierno andaluz, del que fue consejera. Eduardo del Campo

En 1999, cuando Rosa Aguilar fue elegida alcaldesa de Córdoba a los 41 años.

En 1999, cuando Rosa Aguilar fue elegida alcaldesa de Córdoba a los 41 años. Álbum de Rosa Aguilar