26 junio, 2022 02:04

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Hace ya cuarenta años que los expertos cervantinos deslizaron la posibilidad de que el padre de nuestras letras hubiese sido homosexual -las habladurías resuenan desde el siglo XVII-, o, para ser más exactos, la probabilidad de que hubiese tenido sexo con hombres además de con mujeres: claro que en el siglo XVI no existía la palabra "gay" y no se implantaría hasta el XIX.

Es curioso que este dato no haya trascendido más y que no haya calado en el imaginario popular. ¿No es lo bastante sólido, acaso? ¿O es que se ha ignorado deliberadamente? ¿Deberíamos también celebrar el próximo 28 de junio -día internacional del Orgullo, herencia de la revolución de Stonewall- que Cervantes, el creador más brillante en nuestra lengua, el príncipe de los ingenios, el soñador, el íntegro, el rebelde, el feminista que creó a personajes libérrimos como Marcela, vivió también su vida erótica en sus hermosos márgenes, enfrentándose a la norma?

¿Sería mirado igual nuestro Cervantes hoy si el mundo hubiese aireado este guiño biográfico? ¿Hace cuánto que salir del armario no supone acabar con tu carrera literaria? 

Favoritismo en Argel

Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, refrescaba este mismo año la cuestión en su libro Cervantes (Crítica): recordaba el intelectual que Cervantes, estando preso en Argel, intentó escaparse ¡hasta cuatro veces!, y que a los que procuraban tal osadía les castigaban con la muerte, el empalamiento o la mutilación. Sin embargo, a él ni lo tocaron. Tanta era su impunidad que el bueno de nuestro autor, para proteger a sus compañeros de fuga, acostumbraba a decir que él era el único responsable de lo sucedido, porque era consciente de su insólito trato de favor. Esto "permitió especular sobre la clase de relaciones que mantenía el español con su amo", como detalla el académico.

Santiago Muñoz Machado.

Santiago Muñoz Machado. EFE.

"Ente las hipótesis que se podían manejar, dada la constatada relajación de las costumbres sexuales en Argel, es que hubiera incurrido en el ‘pecado nefando’ y mantuviera relaciones homosexuales con Hazán", su amo, su sultán, a quien, por cierto, se les conocían muchas y muy variadas de esas. Esta idea se hizo bola cuando su archienemigo el fraile Juan Blanco de Paz difundió de acá a allá la sospecha, acusándole de perpetrar "cosas viciosas y feas", e incluso "anticipó que denunciaría el caso al Santo Oficio para que pidiera cuentas a Cervantes cuando regresara a su patria".

Aunque en Argel aquella clase de affaires resultaban más laxos y extendidos, "hubiera sido de extrema gravedad en aquellos tiempos, más si, de vuelta a España, tomaba nota la Inquisición". Al cabo, como apuntaló más tarde la hispanista italiana Rosa Rossi, tanto Hazán como Cervantes eran dos chicos jóvenes y bellos, de buenas hechuras, ¿por qué no habrían de desearse?

"Puede ser que las prácticas sexuales entre Cervantes y su amo no fueran voluntarias", desliza Muñoz Machado 

Muñoz Machado trata con cierta ironía despectiva esta apreciación algo simplona de Rossi, pero no descarta que el asunto se diera, aunque desliza que no de forma consentida: "También pudo ser, tratándose de amo y esclavo, que las prácticas, si existieron, no fueran voluntarias para el sometido, aunque en esta posibilidad no parecen haber caído quienes se inclinan por construir un romance completo", lanza.

¿Gay u 'homoamical'? 

El hispanista cervantista Daniel Eisenberg le dio credibilidad a estos rumores, tendiendo, en su caso, a pensar más en la bisexualidad del genio, o sintiéndose más cómodo, al cabo, definiéndole como "homoamical" más que como "homosexual". “El deseo sexual es peligroso y egoísta; en cambio, la amistad es benéfica y desinteresada. De las dos partes del amor, es con mucho la más duradera, más importante, pura, noble y gustosa (…) y para Cervantes esta amistad sólo podría existir, en su forma más plena, entre varones, como aquella que había entre Don Quijote y Sancho”. La vida verdaderamente gustosa para Cervantes, apuntala, "se halla en compañía de otros hombres, ausentándose de las mujeres: se está a gusto en el viaje con un amigo…".

Frame de la película del Quijote maldita de Terry Guilliam. 25 años de tortura.

Frame de la película del Quijote maldita de Terry Guilliam. 25 años de tortura.

Más indicios: en 1569, cuando Cervantes huyó de Madrid para escapar de la justicia -porque, entre otras cosas, se especulaba que pudiese ser un "sodomita"-, se instaló en Italia para servir a Giulio Acquaviva, un joven religioso aficionado a los placeres con otros hombres, lo que volvió a ponerle en el punto de mira.

Por no hablar de los sonetos envenenados, atribuidos a Lope de Vega, que ponían a nuestro Cervantes fino, fino. "Ataca a don Miguel diciendo que 'no sé si eres, Cervantes, co- ni cu-', palabras truncadas que se entienden mejor añadiendo el ‘-ño' y el ‘-lo’ que faltan y que dejan clara la ambigüedad con la que el dramaturgo describe a nuestro autor", como explica el doctor en Filología Ramón Martínez en su obra Maricones de antaño (Egales). Asimismo, Lope comparaba a Cervantes con un buey, animal que por haber sido castrado era "uno de los principales símbolos de la indefinición sexual".

Arrabal desencadenado

Si le preguntan ustedes a Fernando Arrabal -o si leen su obra Un esclavo llamado Cervantes (Espasa)- él les dirá que lo ve diáfano. Su libro, que fue elogiado por la crítica francesa -pero tachado de "caricatura" por Muñoz Machado, por ejemplo-, parte de un singular documento fechado en 1569 y descubierto en 1820 según el cual Cervantes fue acusado de homosexualidad cuando tenía 21 años y condenado por el rey de España a la amputación de su mano derecha y a un destierro de diez años.

Arrabal. EFE.

Arrabal. EFE.

"A finales del siglo pasado y hasta comienzos de éste, los prejuicios impedían muy a menudo contemplar la figura de Cervantes como la de un hombre ejemplar y heroico. Había que borrar su ascendencia y querencia, pero en el siglo XX los mayores cervantistas reconocen su origen judío y su homosexualidad", aseguró Arrabal en 1996, a la publicación de su burbujeante trabajo.

Villena contra el puritanismo español

El poeta Luis Antonio de Villena, en charla con Porfolio | El Español, opina que esta cuestión está "más que demostrada" desde los ochenta, gracias a las excepcionales y académicas aportaciones de Jean Canavaggio. "No te imagines nada marginal", advierte. "Canavaggio era un gran cervantista, muy docto, y además muy conservador, muy serio, nada sospechoso de dar por buena la homosexualidad de Cervantes por algún afán progresista, no", expresa.

Villena.

Villena.

"Técnicamente no se le podría llamar homosexual, aunque sí bisexual o plurisexual, o como diría aquella expresión castiza: de a pelo y de a pluma. Él debió su vida al hecho de acostarse con otros hombres, claro, si no en Argel le habrían matado". Luis Antonio no cree, como Muñoz Machado, que estos encuentros fuesen forzados. "Eso es bastante tonto y bastante impropio de un historiador", lanza. "No es que tuviese que tener relaciones para sobrevivir, es que ya las tenía, por eso no le mataron: ¡porque las había tenido ya!". 

Villena conecta la cuestión con la de Shakespeare, "ya que eran contemporáneos y murieron el mismo día", pero, además, "también tenían en común el hecho de haber tenido relaciones sexuales con mujeres y con hombres, aunque en Shakespeare se ve más claro por sus sonetos, donde habla de hombres jóvenes y les dedica poemas de amor". El poeta culpa de este silencio cargado de significado al "puritanismo del mundo académico español", "infestado de raíz por la Iglesia católica". 

"La derecha española ha asumido el catolicismo ya no como una religión, sino como una ideología, y aunque la Iglesia está en decadencia, se siguen teniendo estos dejes… se corre un tupido velo. Si ya no se puede negar que Cervantes tuviese relaciones con hombres, pues se ignora y punto", sostiene. "¡Si ha pasado hace poco con la muerte de mi amigo el poeta Francisco Brines! Un hombre absolutamente homosexual… y nadie ha mencionado nada de eso, nadie. En la Comunidad Valenciana, Ximo Puig le ha hecho un documental abyecto, de lo peor que he visto en mi vida, que traiciona todo su sentir y no hace ninguna referencia a su vida íntima", espeta.

"Ha sido el puritanismo español el que ha ocultado primero e ignorado después que Cervantes tuvo sexo con otros hombres", dice Villena

Con esto quiere decir que no sólo la derecha es culpable, sino también la izquierda. "Ah, vivimos bajo esta realidad oprobiosa y miserable: Ximo Puig y Sánchez son traidores al socialismo y a la cultura, ignorantes y necios. Por un lado tenemos a la Iglesia católica y por otro, a esta izquierda palurda y pobre", suspira. "¿Que por qué será así la izquierda…? Quién sabe si por su vieja moral leninista o soviética, ¡detestan cualquier desviación, la prohíben! El comunismo no alentó nada la homosexualidad, de hecho, la persiguió. Y nuestra izquierda española sigue hablando de Lenin y de Che Guevara, personajes nefastos. Tienen que ponerse al día".

Creadores gays en España

Recuerda el poeta que hasta la familia de Lorca trató de ocultar su homosexualidad, aunque luego unos y otros -partidos e instituciones- se lo hayan ido rifando para darse pátinas de autoridad. "Lo hicieron durante años y años. Su hermana, sobre todo, que era una tonta, y su cuñada: lo negaron tenazmente hasta que no les quedó más remedio que asumirlo", relata. "A Lorca se lo pasan porque es más reciente, pero a Cervantes no porque no lo han leído ni le suena de nada a nadie en este país de ignorantes. No es que seamos un pozo de ciencia".

Jaime Gil de Biedma, el poeta del sexo.

Jaime Gil de Biedma, el poeta del sexo.

P.- Pienso en Juan Goytisolo, en Gil de Biedma, en Chirbes, en Álvaro Pombo, en Eduardo Mendicutti, en Antonio Gala, en Vicente Molina Foix, en usted mismo… ¿cómo cree que ha evolucionado la homosexualidad en la literatura en este país?

R.- ¡Ah! A Molina Foix no me lo menciones: es muy mentiroso, nada fiable. Se apunta a un bombardeo. Pombo, Mendicutti, Terenci Moix y yo hemos sido mil veces más claros siempre. Goytisolo lo terminó siendo, claro que era de la generación del 50… y Brines y Gil de Biedma lo decían en privado, pero Jaime lo dejó todo listo para que a su muerte saliese que era homosexual. Mira su Diario del artista. Mendicutti lo ha dicho siempre también, aunque más en plan cómico, en su estilo. Brines en sus últimos años, ¡sus mejores años!, escribió poemas homosexuales, pero era ya viejecito y no hablaba de ese tema…

P.- ¿Se han intentado 'heterosexualizar' a veces los autores homosexuales para resultar más atractivos para la industria, para que no se les entienda como literatura de nicho? ¿Les ha perjudicado de alguna manera definirse como homosexuales; le habría pasado eso a Cervantes…?

R.- Bueno, ya no, ya puedes decir que eres homosexual y escribir tu libro, el problema es que hoy día las editoriales te dicen que el tema homosexual no vende. No sé si esa idea es del todo cierta y no sé si tiene un componente moral o de corrección política nefasta. Ahora los personajes tienen que ser heterosexuales o mujeres, eso es lo que manda, con eso vas a donde quieras.

Álvaro Pombo. EFE.

Álvaro Pombo. EFE.

P.- No hay sólo una forma de ser escritor homoerótico, no obstante. Usted decía que una cosa es ser homosexual y otra cosa es ser gay -que es el activista-. A Álvaro Pombo le desagradan las carrozas del Orgullo…

R.- ¡Bueno! Eso es porque le parece una especie de tontera, eso de salir pintando la mona, dice él… a mí no me gusta mucho, pero porque soy agorafóbico. Me parece bien que exista, eso sí, aunque no es para mí. Me pasa como con el matrimonio homosexual: bien por ellos, pero no me interesa, porque yo creo en el amor libre, y creo que hay una tendencia gay a imitar a la pareja heterosexual. ¡Se casan como ellos, adoptan niños…! Oye, respeto al que siga ese camino, pero mi senda es más rebelde. Yo no quiero presentar nunca a mi marido, sino a mi amante.

"Respeto el camino del matrimonio igualitario, pero mi senda es rebelde: no quiero presentar a mi marido, sino a mi amante", dice Villena 

P.- ¿Celebramos a Cervantes el 28 o no, Luis Antonio?

R.- Celebremos lo que queramos, pero Cervantes no era un maricón, tuvo historias con chicos. El 28… Stonewall fue importante en América, sí, se rebelaron contra el puritanismo y contra la persecución de la policía en Nueva York, está bien… pero el día es absurdo porque parece suponer que la cultura gay nace ahí. ¡Lo gay está en la Grecia de dos siglos antes de Jesucristo…! Lo gay estaba en Jenofonte y en Safo. Ésta fiesta no es más que imperialismo gringo. ¡Han caído!

¿Personajes LGTBIQ en Cervantes?

Alumbradora es también la postura de Javier Escudero, historiador, archivero e investigador conocido por revolucionar las antiguas teorías de los cervantinos, como hace en Las otras vidas de Don Quijote (Sine Qua Non), donde asegura que Cervantes se inspiró en personajes e historias reales de La Mancha para escribir su obra cumbre. Él reconoce que estas tesis no le chirría porque "Cervantes era un outsider, le gustaban los personajes díscolos, fuera de la norma, los antihéroes y las antiheroínas, los que luchaban contra su destino: era un rebelde", cuenta.

El historiador y archivero Javier Escudero.

El historiador y archivero Javier Escudero.

"Es curioso, porque hace varias alusiones a personajes LGTBIQ. Por ejemplo, el de ‘la hechicera de Alhama’, así la llama él, aunque está hablando de Eleno o Elena de Céspedes, que fue la primera cirujana transexual de la historia. La han estudiado en profundidad Ignacio Ruiz Rodríguez y Alexander Hernández Delgado en su obra Elena o Lleno de Céspedes, un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer en la España de Felipe II", detalla.

Cuenta que Cervantes sólo la menciona en una línea, entre sus historias o personajes omitidos: deja caer los nombres pero no profundiza en ellos, aunque siempre "los trata de una forma benévola": "Él trabaja en los personajes de frontera, en la gente que tiene historias que contar. Le atraen los considerados bandidos o delincuentes, los que rompen los cánones de la sociedad".

Explica el caso de La Gitanilla, "uno que ni la crítica conoce": "Es una de sus Novelas ejemplares. Tú terminas de leerla y te parece una historia relativa al mundo gitano, pero no la relacionas con ninguna cuestión homosexual, hasta que te detienes, si lo haces, en el personaje que aparece al final del todo, todo, todo…", indica, enigmático.

La Gitanilla, grabada por Manuel Albuerne, 1810, ahora en la BNE.

La Gitanilla, grabada por Manuel Albuerne, 1810, ahora en la BNE.

"Ahí se produce la anagnórisis [es un un recurso narrativo que consiste en el descubrimiento por parte de un personaje o de otros, de datos esenciales de su identidad, de sus seres queridos o de su entorno, ocultos para él hasta ese momento]. Ese final lo protagoniza un personaje que es el Corregidor de Murcia, que en realidad fue Fernando de Acevedo, aunque ahí aparece con el nombre levemente trastocado. Bien, pues en aquella época fue condenado por ‘pecado nefando’. Esa es la forma de Cervantes de meter de forma velada la cuestión de la homosexualidad”, reflexiona.

"Cervantes introduce en sus obras, de forma velada, a personajes homosexuales", dice Escudero 

Recuerda que La Gitanilla es la historia del secuestro de una abuela gitana a una cría: luego resulta que esa niña es precisamente hija del Corregidor de Murcia, "y cuando se hace mayor se descubre que es noble y se casa con el protagonista, es una especie de cuento de hadas…". Aquí lo impactante: "Ese secuestro es real. Al Corregidor de Murcia le secuestraron a su hija, Teresa de Figueroa, pero no ninguna gitana, sino su propia mujer, porque él había sido condenado y echado de su cargo por ser homosexual".

Datos, no elucubraciones

Por no hablar de aquella Marcela de El Quijote, prematuramente feminista: "Yo nací libre y para poder vivir libre, escogí la soledad de los campos”. Dice Escudero que Cervantes iba del lado de los expulsados de la sociedad, de los acusados de perder la honra, como aquel personaje femenino suyo de Las dos doncellas, donde "una mujer es engañada por un hombre que le promete casamiento y se acuesta con ella, pero no lo cumple". ¿Qué hace ella? Vestirse de hombre y salir a buscarlo para exigirle responsabilidades. "Esto era impensable, porque en esa sociedad, si no eras virgen tenías que pagar una dote enorme… y si eras noble lo habías perdido todo. Pero Cervantes escribía sobre los que actúan contra el relato oficial porque sienten que tienen razón".

"Es lógico que una figura tan estudiada e interpretada se abra al 'cervantismo esotérico'" 

El experto no cree en teorías de la conspiración y no siente que haya una intención deliberada de ocultar que Cervantes pudiese ser homosexual "o judeoconverso, o pobre de necesidad": "Simplemente creo que una figura tan estudiada e interpretada por los expertos se abre mucho a lo que yo llamo el ‘cervantismo esotérico’, a ciertas lecturas surrealistas y a elucubraciones gratuitas. La verdad es que puede ser, todo puede ser, pero nunca lo sabremos: yo soy archivero y hablo de datos, no trabajo con especulaciones".

Referentes gays inventados

El filólogo, escritor, Premio Herralde de Novela 2020 y recién nombrado director del Instituto Cervantes de Los Ángeles Luisgé Martín -ojo a su hermosa autobiografía homoerótica El amor del revés (Anagrama)- se muestra más desapasionado. "No creo que hubiese cambiado nada la imagen de Cervantes en nuestro imaginario de haber calado más la idea de que pudo ser homosexual, porque su calidad literaria y su talento lo impregnan todo. A mí me ha pillado casi de nuevas, ¿eh?", reconoce. "Pasó lo mismo con Goya hace unos años, que puede resultar más chocante porque además era un icono de la virilidad. ¿Cambia algo? Yo creo que no. Leyendo a Cervantes nunca le sentí un amor oculto y secreto", comenta.

El escritor Luisgé Martín.

El escritor Luisgé Martín.

Cuenta que él vivió una época en la que en el mundo gay trataban de "apropiarse" de "referentes que luego no era gays": "Se decía mucho que el rey era homosexual, por ejemplo, y todo tipo de cosas que eran mentira pero que nos resultaban simpáticas… en fin, todo personaje relevante ha estado sometido a muchas lecturas y a muchos rumores, y justamente estos tenían su gracia", concede. El pecado, no obstante, es otro. "Yo recuerdo cuando todavía era medio joven y nadie, absolutamente nadie, reivindicaba la homosexualidad de Lorca, ni siquiera la izquierda. Te hablo del principio de la Transición. Y eso que a Lorca no se le puede entender sin su homosexualidad: ni su literatura ni su muerte", sostiene.

¿Lo gay no vende?

"Yo soy un autor homosexual que reivindico la visibilidad plena, pero a veces vivimos en la frontera de lo documentalmente cierto y la pequeña novela, y eso puede volverse en nuestra contra", sonríe. ¿Qué hay del mercado editorial actual de hoy, cómo se lleva con la homosexualidad? "Jorge Herralde decía que lo homosexual es un poco veneno para la taquilla, y eso que él es el editor español que antes apostó por una literatura de la diversidad y ha publicado a un montón de autores homosexuales dentro de un catálogo generalista", detalla Luisgé.

"Herralde decía que lo homosexual es veneno para la taquilla", señala Luisgé Martín 

"Él sabía que había un techo, igual que ha pasado históricamente con la literatura femenina: hay lectores que piensan 'si esto lo ha escrito un homosexual o una mujer, no es para mí, porque trata un conflicto que no es el mío', y en general no es así, porque lo homosexual, igual que lo heterosexual o que lo femenino, es universal”, esboza.

“Cuando escribí El amor del revés, mi autobiografía, no estaba sólo hablando a los homosexuales: estaba hablando de cómo nos comportamos, cómo amamos, cómo nos sentimos extraños en cualquier sociedad en la que la norma marca las pautas…”, suspira. Y deja claro que él puede leer literatura judía y de Auschwitz sin sentirse interpelado biográficamente pero "morirse igual" de la "conmoción", porque se está hablando de "los grandes temas humanos".

Escritores, no activistas

No cree, en cualquier caso, que los escritores sean grandes activistas de la causa porque "no somos los más valientes del mundo, ni en esto ni en nada, al menos desde que yo tengo uso de razón". ¿Goytisolo? "". ¿Molina Foix? "Siempre normalizó en su literatura lo gay". ¿Villena? "Creo que ha sentido la necesidad de homosexualizar el mundo, algo que no me resulta especialmente atractivo".

Rafael Chirbes. EFE.

Rafael Chirbes. EFE.

¿Chirbes? "De él habría que hablar largo y tendido: de esa terrible represión mental que tuvo sobre su homosexualidad a lo largo de toda su vida". ¿Pombo? "No le tengo empatía ni cercanía, no literaria, sino personal. Es un católico que siempre ha llevado mal ser homosexual y llegó a escribir en contra del matrimonio igualitario". ¿Mendicutti? "La semana que viene, justo el 28, se le hace un homenaje en el Instituto Cervantes: desde su primer libro hasta el último ha sido intensamente homosexual y al mismo tiempo ha mantenido una actitud muy comprometida socialmente".

La literatura -resopla- a veces va un poco por delante de la sociedad y otras veces por detrás. Pero al final, va. "Es un espejo". Ojalá no nos dé pudor lo que se refleja en él. 

Casi que recomienda no fiarse mucho del activismo de los literatos, que van a lo suyo, que pasan del barro… "Nosotros queremos trabajar desde una torre de marfil", confiesa. Seguro que Cervantes también.