4 diciembre, 2021 06:52

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"Espero que estés muy orgullosa de tu hija allá donde estés; va por ti, papá". Alexia Putellas (27) no pudo evitar acordarse de su padre al recoger el Balón de Oro de manos de Kylian Mbappé. El galardón que conquistó en París no es más que la culminación de un peregrinaje deportivo colmado de luces y sombras, el fruto de toda una vida dedicada en cuerpo y alma al fútbol femenino. Si en lugar de Alexia estuviéramos hablando de Alexis probablemente no serían necesarias las presentaciones.

Alexia, con su madre y su hermana posa con el Balón de Oro.

Alexia, con su madre y su hermana posa con el Balón de Oro. Gtres

La Reina, como la llaman en el césped, subió al escenario envuelta en un maravilloso vestido de lentejuelas negras en degradé a rojo oscuro confeccionado a medida por Fernando Claro. Un modelo de corte sirena, hombreras XL, escote delantero en lágrima y espalda en herradura que remarcaba su espectacular figura. El resto del look lo completó con unas sandalias de Luis Onofre, joyas de Rabat y un recogido bajo semidespeinado que aportaba cierto aire jacarandoso a un instante inolvidable que llega cuando el fútbol femenino aún carece de convenio colectivo."Este es un premio individual, pero sin duda es un éxito colectivo".

"Espero que estés muy orgullosa de tu hija allá donde estés; va por ti, papá"

Alexia Putellas, balón de oro

Además de su padre, Alexia tuvo palabras para sus compañeras de equipo, sobre todo para su mejor amiga, una elegante Jennifer Hermoso que, como siempre, optó por un modelo de Rosa Clarà.

La guardiana de sus secretos vivió el momento flanqueada por la familia de Alexia, su madre, su tía y su hermana menor, Alba, que desde hace años hace sus primeros pinitos como modelo. Nada puede con esta futbolista de mirada de miel, interminable melena y un "pelín mandona", dicen, como gran líder.

Alexia, de niña.

Alexia, de niña.

Las marcas la quieren

Alexia mide 1,73 metros de estatura, es una jugadora rápida, inteligente y habilidosa con el balón. Introvertida hasta la extenuación, es consciente de lo conseguido y no olvida que desde la cima en la que se encuentra hoy todo lo que diga o haga tendrá repercusión en las futuras generaciones. A pesar de tener casi un millón de seguidores en Instagram no es muy amiga de airear su vida privada.

Además de publicar sus logros deportivos, si acaso, comparte algunos momentos de sus vacaciones luciendo tableta en la piscina pero sobre todo en el mar, siempre en el mar, otra de sus pasiones. Amante de los animales, presume de mascota, una perra pomerania a la que ha bautizado como Nala.

Alexia con su perra pomerania.

Alexia con su perra pomerania.

Alexia es el espejo en el que se miran tanto sus rivales como generaciones de niñas que fantasean con llegar a ser como ella, por eso ha prestado su imagen a un cuento infantil titulado Alexia futbolista editado por Alfaguara.

Desde 2013 es imagen de Team Visa y de Nike, contrato con el que coló su imagen entre los más grandes. En agosto del 2018 firmó como embajadora de la farmacéutica ISDIN y no hace ni un mes que también forma parte de la familia de los relojes Hublot.

Desde bien pequeña supo que lo suyo era el balón. Nacida el 4 de febrero de 1997, comparte recuerdos de infancia con artistas como Josep Maria Pou o el pintor Joan Abelló y también con deportistas como Cariñena o Gonzalvo II. Todos, como ella, dieron sus primeros pasos en el municipio catalán de Mollet del Vallés.

Mollet del Vallés.

Mollet del Vallés. Rafael Ferran

Su pasión por el fútbol germinó entre las calles y la plaza del pueblo, pero aquellos chutes pronto se le quedaron pequeños. Ella quería jugar en serio, quería ser futbolista de verdad. Por eso convenció a sus padres, Jaume y Elisabet, para que la apuntaran al equipo del pueblo. De ahí hasta el Balón de Oro su vida se convierte en una noria repleta de subidas y bajadas. Líder dentro y fuera del vestuario ha madurado gracias al trabajo duro, constancia, ambición y, por qué no decirlo, cierta calidad genética que no deja de ser un don de la naturaleza.

Consciente de las dificultades que le supone haber escogido un deporte absolutamente dominado por los hombres, estudió Administración de Empresas, "un plan B obligado, porque las chicas no podemos vivir del fútbol". Alexia es la punta del fútbol femenino, un deporte encastrado en la penuria económica cuya desigualdad con la versión masculina se antoja abismal e insuperable. Cada pequeño avance conseguido se convierte en un paso de siete leguas.

Lo cierto es que el suyo es el segundo balón de oro español después del que ganó en 1960 Luis Suárez. Consciente de que estaba haciendo historia, Alexia Putellas aparcó las botas en el vestuario y dio una bofetada sin manos a todos aquellos que además de despreciar el futbol femenino consideran que dar patadas al balón es cosa de marimachos.

El suyo es el segundo balón de oro español después del que ganó Luis Suárez en 1960

Vigila con esmero tanto su alimentación como su descanso. En su mesa no tienen hueco ni la comida basura ni el alcohol. Su preocupación no llega a la obstinación enfermiza, por eso se pirra por un sushi bien condimentado, siempre rociado con agua y cero gaseosas.

Su libro favorito es El monje que vendió su Ferrari de Robin S. Sharma y como cualquier chica de su edad se declara fan de artistas como Rihanna, Beyoncé y Marc Anthony.

Por los derechos LGTBI

Amiga de sus amigas, mantiene la misma pandilla de siempre. Prefiere una noche tranquila que desparramar con ellas hasta el amanecer. Cuando no practica fútbol, a Alexia le encanta correr, escalar, hacer surf y patinar. Seriéfila empedernida confiesa que entre sus títulos favoritos destacan Prison Break, Blindspot o Cómo defender a un asesino.

En 2019, Alexia participó en Madrid en la Marcha del Orgullo Gay acompañada por Jennifer Hermoso. La pareja, subida en una carroza del desfile, se dejó fotografiar luciendo accesorios con los colores de la bandera.

Las jugadoras de la selección española Sandra Paños, Alexia Putellas, Jennifer Hermoso e Irene Paredes.

Las jugadoras de la selección española Sandra Paños, Alexia Putellas, Jennifer Hermoso e Irene Paredes. Pedro González EFE

Comprometida con la pandemia y consciente del daño que el confinamiento ha provocado en la pequeña y mediana empresa, la pasada Navidad no dudó en apoyar al pequeño comercio con su imagen. "Lo que para ti es importante, para ellos es todo. Yo estas Navidades apoyo al pequeño comercio", escribía el 17 de diciembre en su cuenta de Instagram.

Culé desde la cuna, el primer día que lució la camiseta y el escudo de su equipo sintió que había tocado la cima. Ni se imaginaba que un día compartiría escenario y balón de oro con "su dios" Messi, el mismo al que iba a ver jugar con su padre en el Nou Camp. Debutó en Primera División a los 16 años con el Espanyol. Tras una temporada como periquita, su zurda de seda, su templanza y una humildad plausible la llevaron a Valencia para jugar en las filas del Levante desde donde alzó dos veces la Copa de Europa Sub 17 y ganó un campeonato continental Sub 19.

A los 18 años, la muerte de su padre la sumió en un quebranto insoportable. Jaume había sido su mentor, su mayor fan y también su mayor crítico. Ella era consciente de que tenía cierta querencia a la holgazanería, algo que su padre jamás le había consentido. No le gustaba que se durmiera en los laureles, le metía mucha caña y recalcaba sus errores para que se aferrara a la tierra. 

Alexia, concentrada pegándole al balón.

Alexia, concentrada pegándole al balón. Gtres

Ultrajes del entrenador

Alexia se entregó al fútbol como le prometió. Regresó al Futbol Club Barcelona donde dio lo mejor de sí, se aferró al legado de su padre y consiguió convertirse en la mejor futbolista de Europa. Con el tiempo, saltó a la absoluta por méritos propios.

Durante años soportó junto a sus compañeras los ultrajes, vejaciones y desprecios de Ignacio Quereda, seleccionador nacional femenino desde 1988 hasta 2015. Dietas irrisorias de 40 euros y largas a la hora de pactar las primas... 

La lista de humillaciones sería interminable. Frases tan intolerables como "tú lo que necesitas es un macho", "a ver si te cuidas, que estás gorda" o "vaya plaza de toros que tienes" asoman en Romper el silencio. La lucha de las futbolistas de la Selección, el documental que estrenó Movistar el pasado 28 de octubre.

Algo está cambiando en el futbol femenino cuando la segunda equipación que luce esta temporada el F.C. Barcelona es púrpura, la fusión del rojo y el azul que forman los colores tradicionales del Barça, amén de ser un tono elegido como homenaje al movimiento feminista para fomentar la igualdad de género