30 abril, 2023 01:59

Cuando en 2011 Raúl Torres y Raúl Verdú fundaron PLD space en Elche ni se imaginaban lo que está a punto de ocurrir 12 años despuésSu cohete Miura 1, el primero diseñado y fabricado íntegramente por una empresa en España, tiene previsto despegar de Huelva en los próximos días. Un vuelo inaugural que acapara todas las miradas, y no es para menos; para los ilicitanos supone dar el primer gran paso español en esta nueva edad de oro espacial.

Torres y Verdú comenzaron esta particular singladura cuando acababan de finalizar sus estudios universitarios y compañías como la SpaceX de Elon Musk comenzaban a despuntar en Estados Unidos, iniciando la carrera de lanzamientos espaciales privados que ahora marcan el compás de la industria. Los inicios fueron complicados —como casi todos— pidiendo financiación pública para el desarrollo de un motor como el aperitivo a lo que luego se ha convertido el cohete Miura 1. Si todo sale bien, el objetivo es más ambicioso: finalizar en un futuro cercano el desarrollo del Miura 5, un gran cohete con el que llevar carga orbital al espacio.

Ese primer proyecto de desarrollo de motor fue todo un éxito y pronto consiguieron marcar la siguiente etapa: lograr financiación privada. Con ella pudieron permitirse desplegar el plan para desarrollar el cohete Miura 1, ante lo que comenzaron a ampliar plantilla y el equipo de ingenieros, desarrolladores y personal aeronáutico creció exponencialmente. Actualmente, en PLD Space trabajan 130 personas y continúan manteniendo las oficinas centrales en el polígono de Elche, localidad alicantina que les vio nacer y, si todo va bien, les verá crecer mucho en los próximos meses.

Antes de la unidad de Miura 1 que se lanzará en Huelva, se desarrolló la integración del modelo de ingeniería —un primer prototipo del cohete sin previsión de volar—. Para someterlo a los test correspondientes, parte de la plantilla se trasladó a Teruel. Es en la ciudad aragonesa donde PLD cuenta con miles de metros cuadrados a su entera disposición dentro de las instalaciones aeroportuarias, con infraestructuras para realizar pruebas de encendido en diferentes fases y comprobar que todo va según lo planeado.

Tras una larga campaña de pruebas en Teruel, PLD lo logró: todo estaba preparado para hacer la mudanza a El Arenosillo (Huelva). Allí, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) cuenta con unas instalaciones desde las que se vienen realizando lanzamientos desde los años 70. "Tienen todo lo necesario para garantizar la seguridad de vuelo, gestionar el espacio aéreo, el marítimo y las fuerzas de seguridad", declaró Raúl Verdú, director de desarrollo y cofundador de PLD Space, en una entrevista a EL ESPAÑOL | Porfolio.

Las últimas semanas han sido frenéticas en la plataforma de onubense. Los ingenieros han ido aplicando los últimos ajustes y solucionando los últimos cabos sueltos. Actualmente se encuentran trabajando en ejecutar el último gran ensayo —el hot test— antes de pulsar el botón del lanzamiento y que el Miura 1 pueda hacer historia.

Nombre del cohete, Miura 1Cabeza del cohete Miura 1 Cabeza del cohete Miura 1Parte de la navegación del cohete Parte de la navegación del coheteParte de los tanques del cohete Miura 1 Parte de los tanques del cohete Miura 1Parte del motor del cohete Miura 1 Parte del motor del cohete Miura 1

Miura 1

Los primeros pasos del cohete Miura estuvieron envueltos en cierto escepticismo por parte de la industria espacial. "Nadie creía que lo pudiéramos conseguir", reconoce Verdú. Pero el primer encendido del motor —todavía no existía el cohete— se completó en 2015 y a partir de entonces todo cambió. Fue el punto de inflexión que necesitaba PLD Space para que se les tomara en serio.

Al año siguiente comenzaron con el diseño del lanzador propiamente dicho, más allá del sistema de propulsión que ya habían probado por separado. Salvo la aviónica, que la aporta la también española GMV, el resto de componentes del Miura 1 son propios de PLD Space. "Nosotros compramos la materia prima y los componentes. Intentamos verticalizar el segmento de los lanzadores".

"La estructura, los cables, los tubos, los motores, las válvulas, los sensores, la propia fabricación... Tienes que resolver todo el problema de hacer un cohete, pero también fabricar los bancos de ensayos para cada una de esas partes, las operaciones, la logística o los acuerdos con bases espaciales". Todo made in Elche.

La filosofía de empresa donde el diseño, desarrollo e integración se hace totalmente en casa es exactamente la misma que han seguido otras compañías, como la ya mencionada SpaceX. Verdú apunta a que es la "única forma de reducir los costes los suficiente como para que nuestro precio por kilogramo lanzado sea competitivo".

El apartado de las especificaciones, cuenta con 12 metros de largo por 70 centímetros de diámetro que se reparten las casi 3 toneladas en el momento de despegue. La carga útil calculada por los ingenieros de PLD Space es de unos 100 kilogramos y está conformado por una única etapa protagonizada por un motor.

El TREPEL-B, como han denominado al motor, es de combustible líquido alimentado por queroseno —en un tanque de 600 litros— y oxígeno líquido —1.100 litros a -182 ºC—. Cuenta con un tiempo de combustión de 122 segundos y desarrolla 30 kN de empuje a nivel del mar que se traducen en menos de 5 G de aceleración máxima durante el ascenso.

En cuanto a concepto, el Miura 1 es un cohete reutilizable de experimentación que no tiene la capacidad de desplegar satélites ni otro tipo de material orbital. En este primer despegue llevará una única carga experimental de un centro de experimentación de microgravedad alemán. "Un vuelo inaugural es muy arriesgado, nunca se pone mucha carga". Este experimento ya ha volado anteriormente en otro cohete, "por lo que si pasa algo tampoco sería una gran tragedia".

Así será el lanzamiento

Para el Miura 1, PLD Space ha optado por una plataforma de lanzamiento móvil que está integrada en el remolque de un camión. Esta estructura metálica se coloca en una zona específicamente construida que dispone de un gran foso por donde se disipará todo el vapor de agua generado por los gases del motor.

Ese foso también permite deflectar parte del ruido y de la energía generada durante la ignición del motor y el despegue. Alrededor de él se sitúan las infraestructuras complementarias al lanzamiento como las encargadas de suministras los fluidos, la potencia eléctrica y las comunicaciones.

Por su parte, el centro de control desde donde se supervisa toda la operativa previa, el lanzamiento y la posterior monitorización tras el despegue se sitúan a 5,5 kilómetros de distancia como medida de seguridad.

"Si durante el procedimiento del lanzamiento, que dura unas 10 horas, se detecta un mínimo factor de riesgo; se abortará la operativa de ese día y se iniciará de cero en la próxima ventana de vuelo", ha explicado Raúl Torres, cofundador de PLD Space.

Esas ventanas de lanzamiento asignadas y coordinadas por el Ministerio de Defensa deben coincidir la disponibilidad técnica del cohete y unas buenas condiciones meteorológicas. El viento en el momento del despegue debe ser inferior a 20 km/h junto con una atmósfera calmada de vientos en altura y la ausencia de tormentas en las proximidades.

La trayectoria que seguirá el Miura 1 comprende un ascenso inicial con el motor encendido hasta los 51 kilómetros de altitud mientras ejecuta la maniobra de giro que más tarde le servirá para regresar a la superficie. Poco después, a eso de los 58 kilómetros la maniobra de giro se anulará y el cohete seguirá ascendiendo rumbo al apogeo.

A eso de los 80 kilómetros de altitud el cohete junto con la carga de pago comenzará a experimentar la microgravedad, traspasará la Línea Kármán que delimita la atmósfera con el espacio y continuará hasta los 153 kilómetros. A partir de ese momento, el Miura 1 comenzará su descenso y la microgravedad terminará a los 80 km, exactamente donde comenzó en la subida.

El paracaídas primario se abrirá cuando se sitúa a 5.000 metros de altitud para ir frenando al cohete y el principal hará lo propio cuando reste 3.000 metros. El cohete caerá entonces en el océano Atlántico frente a las costas de Huelva con un tiempo de vuelo estimado de 12 minutos y medio (750 segundos).

El siguiente paso es la recogida del Miura 1, para lo que PLD Space ha comisionado un barco que se situará en las cercanías de donde está calculada la caída. Una vez a bordo se estima que el cohete llegará a las instalaciones de El Arenosillo aproximadamente 3 horas después.

A partir de este momento, los ingenieros de la compañía recibirán el lanzador, lo examinarán y lo desmontarán con el único fin de estudiarlo detenidamente. La información extraída de este análisis es elemental para cualquier compañía, pero para PLD Space lo es aun más dado que se trata del primer lanzamiento.

Miura 5: el cohete del futuro

Todo este trabajo de PLD Space en el Miura 1 no tendría sentido sin el Miura 5, su verdadero gran proyecto. Este cohete cuenta con un potencial comercial mucho mayor —ya hay compañías interesadas— gracias a la capacidad de poner objetos en órbita. Según explicó Verdú, en este segundo miembro de la familia están aplicando todo lo que han ido aprendiendo en estos 12 años de singladura.

El tiempo en este sector en frenético movimiento apremia y PLD Space ha ido ejecutando ambos proyectos prácticamente en paralelo con el fin de acelerar al máximo el desarrollo del Miura 5. "Tenemos pensado su primer lanzamiento para el 2024 y que entre en servicio comercial en 2025".

Una vez rematado todo el proceso de inauguración de Miura 1, la compañía tiene previsto multiplicar por 10 sus instalaciones de Elche, que pasarán de 2.000 a 20.000 metros cuadrados. También el campo de pruebas de Teruel desde los 15.000 a los 100.000 metros cuadrados.

Uno de los puntos más interesantes de Miura 5 es que cuenta con una primera etapa reutilizable, al más puro estilo de SpaceX. Algo esencial si se quiere competir en costes, pero que añade una gran complejidad técnica al tener que diseñar todos los sistemas a bordo para más de una misión.

Las especificaciones técnicas de este lanzador son mucho más avanzadas. Cuenta con 36 metros de longitud por 2 metros de diámetro que se reparten los 68.742 kilogramos que pesará en el momento del despegue.

La primera etapa reutilizable la componen 5 motores de combustible líquido y bioqueroseno como propulsantes que generan 950 kN de empuje a nivel del mar. Supone la mayor parte de la longitud del cohete con 20,37 metros y se calcula que podría ejecutar hasta 15 lanzamientos al año.

La segunda etapa, por su parte, cuenta con un único motor con 50 kN de empuje en el vacío y 10,94 metros de longitud. En ella se sitúa la cofia con una capacidad de carga de pago de 540 kilogramos donde se integrarán los sistemas orbitales de los clientes. PLD Space empleará las instalaciones del Centro Espacial Europeo en Kuru (Guayana Francesa) para ejecutar los lanzamientos de Miura 5, el mismo emplazamiento desde donde despegó el Juice hace tan solo unos días rumbo a Júpiter.