En 2022, en España se realizaron 167.195 ciclos de reproducción asistida a españolas, según los últimos datos publicados de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Oficializados por el Ministerio de Sanidad, comprende la totalidad de los tratamientos realizados tanto en la sanidad pública como en la privada. Además, 27.564 mujeres viajaron desde el extranjero a España para someterse a distintas técnicas de reproducción asistida.
Si España es ya el país europeo con mayor número de madres de más de 40 años, también se está consolidando como un destino europeo del turismo de fertilidad, debido a la alta especialización de las técnicas de reproducción asistida de las que ya se benefician las españolas que cada vez retrasan más ser madres. de hecho, uno de cada 8 niños nacidos en España lo hace ya por este procedimiento, según la SEF.
La cifra de mujeres extranjeras va in crescendo. En 2021 se atendió a 22.010, con lo que en un solo año acudieron 5.554 mujeres más. Los países de procedencia para recibir tratamientos de reproducción asistida son, por este orden, Francia (10.749); Italia (5.689); Reino Unido (2.471) o Alemania (1.764). Todas ellas en clínicas privadas, que además son mayoritarias. La cuantificación de la SEF se basa en datos recabados de centros públicos (45 en todo el territorio español) y privados (203).
Los motivos por los que acuden a España cada vez más se debe "a la excelencia médica, avances tecnológicos y a un marco legal favorable", cuentan desde el Instituto Bernabéu, con 8 clínicas en España y una en Italia. La tendencia, a falta de más datos, "sigue en aumento y podría alcanzar números históricos".
De esas 27.564 mujeres, 25.032 (el 90,8%) no detallaron los motivos para acudir a España. 447 vinieron a España contando que la técnica reproductiva a utilizar es ilegal en sus países de origen; 249 lo hicieron por el precio; 481, por evitar las listas de espera en sus países; 608 ya venían de tratamientos fallidos en origen; 107 eran mujeres sin pareja, con el deseo de ser madres en solitario y 69 eran parejas de mujeres.
Begoña Alcaraz es ginecóloga especialista en Medicina Reproductiva y directora médica del Instituto Bernabéu, subraya a este periódico que las extranjeras eligen España "porque es un país seguro, agradable y también porque gozamos de mucho prestigio en materia de reproducción asistida". Las pacientes "tienen un perfil extenso, cada vez vienen más jóvenes, y muchas vienen de países en los que ni la donación de óvulos ni los análisis embrionarios están permitidos".
En el último año, advierte, "sí he notado que vienen más sin esperar, a por el primer tratamiento, para no perder más el tiempo de estar sujetos a listas de espera para un tratamiento en la sanidad pública que puede que no funcione. También, porque cada vez más vienen porque tienen referencias de otros pacientes. Se trata de un ámbito en el que funciona mucho el boca a oreja".
Al alto nivel de los profesionales médicos y al uso de tecnologías avanzadas en diagnóstico y tratamiento se suma la legislación española. La Ley 14/2006 es mucho más avanzada que otras legislaciones europeas, tanto por las técnicas que regula como por los destinatarios que pueden beneficiarse de ellas. Incluye a madres solteras, parejas de mujeres o futuros padres que buscan respuestas genéticas que no pueden obtener en sus lugares de origen, como la selección embrionaria.
Sergio Pedrero es el médico jefe de la Unidad de Reproducción Asistida de la Clínica Doctor López Cano. Lleva más de 20 años trabajando en esta especialidad y advierte que los profesionales de su sector "llevamos tiempo diciendo que incluso a nivel privado, a donde vienen todos aquellos que no quieren someterse a las listas de espera de la pública, donde la demanda es altísima o que ya les han dicho que no pueden entrar por edad, también se está retrasando la edad en la que vienen a someterse a tratamiento".
También ocurre con las extranjeras. Un perfil joven, "en reproducción asistida, es de 37-38 años, y de ahí, hacia arriba", hasta los 50 años, precisa la doctora Alcaraz. Sin embargo, hay una primera franja de edad, "entre los 30 y los 33, que ya están viniendo a congelar sus óvulos en España" para luego, tiempo después, someterse a la fertilización.
Eso hizo Linda S.: vino a España desde California porque "el tratamiento puede llegar a ser prohibitivamente caro, especialmente porque el seguro de salud no lo cubre y por eso me decidí a viajar para hacerlo en España". Se hizo el tratamiento completo: desde la estimulación hormonal a la extracción. "Muchas solo hacen el tratamiento, pero yo decidí hacerlo todo", narra a EL ESPAÑOL.
Australia y norte de Europa
A los países de origen de las mujeres extranjeras reflejados en las estadísticas de la SEF se unen "Irlanda, Italia, Noruega, Suecia, Países Bajos, Australia o Estados Unidos, que aunque tengan técnicas avanzadas, el coste en mayor que en España, y les compensa incluso alargar la estancia", precisa Begoña Alcaraz.
Victoria S. llegó desde Reino Unido a Alicante hace dos años. Antes, buscó clínicas con altas tasas de éxito, porque en su país "no encontraba la respuesta que necesitaba". Hoy, con su hija Harriet ya en el mundo, ha vuelto a España a someterse a un segundo tratamiento. "Yo recomiendo a mis amigos que no pierdan el tiempo y que acudan a España si están buscando un bebé". Destaca un trato "muy profesional", con un equipo "honestamente preocupado".
Deborah y Joe, también ingleses, lo intentaron antes en una clínica londinense. "No fue una buena experiencia. Oímos buenas recomendaciones de España y aunque nos costó tomar la decisión, venir a realizar el tratamiento a España fue un acierto". Como Victoria, también tuvieron una hija, Ava.

Un trabajadora del laboratorio de tratamientos de fertilidad del Instituto Bernabéu en Madrid.
Eva-Maria F. y Volker L., alemanes, acudieron al Instituto Bernabéu en Mallorca. Antes venían de un largo proceso en su país sin resultado. Hoy, se han propuesto liderar un proyecto en su país que ayude a otras familias a través de su experiencia, pues finalmente lograron ser padres. "En Alemania no teníamos la alternativa que sí permite la legislación española: el diagnóstico preimplantacional", que multiplica las posibilidades de embarazo.
"En nuestro caso conocer la salud de nuestros embriones fue clave para poder tener un bebé sano y no perder el tiempo. Esto una ventaja muy grande en comparación con Alemania". No fue fácil "porque tuvimos que realizar muchas pruebas y esperar hasta que los doctores y los embriólogos consideraron que era el momento de la transferencia. A pesar de nuestra impaciencia inicial, entendimos que analizar nuestro caso tan pormenorizadamente fue lo que hizo que Eva se quedase embarazada a la primera".
En cuanto al tiempo de estancia, depende del tratamiento. "Si la paciente va a usar sus óvulos, hay que estar más tiempo. Si es por donación, menos", precisa Alcaraz. Aunque la mayoría de casos "se da flexibilidad y no es necesario que hagan el cien por cien del tratamiento en la clínica. Solemos tener ginecólogos externos para que hagan los controles en sus respectivos países".
La media de días en España oscila entre los 7 y los 10, "pero a lo mejor tienen que venir dos veces. En total, el tratamiento dura unas 5 semanas. Para la donación, entre 3 y 10 días". Luego, en caso de estar en tratamiento, "regresan con la medicación. Lo cierto es que cuando vienen es lo primero que preguntan. Esa flexibilidad la agradecen mucho".
La primera cita es "presencial. La prefieren. Aunque también las hacen por videollamada. Luego las pruebas previas son más complejas y obligatoriamente tienen que venir". Pernoctan, en primer término, "en hoteles. Luego se decantan por apartamentos".