22 mayo, 2022 02:30
Vilafranca

Entrar en la fábrica de Marie Claire es hacerlo en un templo del empleo femenino. La célebre marca española de medias y bragas echó a andar en 1907, impulsada, precisamente, por una mujer. Fue Francisca Íñigo, alias la fabricanta, quien convenció a su marido, un comerciante de mulas y caballos, para distribuir confecciones por el país, además de los animales.

La idea resultó un éxito, y el acierto de la emprendedora ha permitido sucesivas generaciones de trabajadoras en el mismo lugar donde todo empezó: la recóndita Vilafranca, localidad ubicada en la frontera de Castellón con Teruel, donde sigue la fábrica que visita EL ESPAÑOL | Porfolio.

Las longevas máquinas de Marie Claire siguen hoy gobernadas por mujeres. A la fábrica acuden decenas de ellas cada día. El grueso andando o en bicicletas que dejan sin candar a las puertas del tranquilo recinto. En coche llegan las que proceden de los municipios vecinos de las comarcas de l'Alt Maestrat y Els Ports.

Cecilia Fabregat Fabregat, en su puesto en la fábrica de Marie Claire.

Cecilia Fabregat Fabregat, en su puesto en la fábrica de Marie Claire. Biel Aliño

Una mujer, en la fábrica de Marie Claire, haciendo medias.

Una mujer, en la fábrica de Marie Claire, haciendo medias. Biel Aliño

En una empresa de estas características, la llamada 'baja por reglas incapacitantes' que ha impulsado el Gobierno esta semana debería ser toda una revolución, a juzgar por la polémica suscitada. Pero nada más lejos de la realidad.

"Ni siquiera hemos abordado el tema en la dirección de la empresa", asegura Elena Ravello Barber (43 años), directora de Marketing de la compañía. "Creo que se trata de un revuelo bastante artificial. No es algo como una reforma laboral que te obligue a hacer números para ver cómo te puede afectar. De verdad que no nos preocupa en absoluto", asevera.

Elena Ravello, la directora de Marketing de Marie Claire, muestra los hilos que se utilizan en la fábrica.

Elena Ravello, la directora de Marketing de Marie Claire, muestra los hilos que se utilizan en la fábrica. Biel Aliño

Confección de una media en la fábrica de Marie Claire.

Confección de una media en la fábrica de Marie Claire. Biel Aliño

¿No teme entonces Marie Claire que un volumen importante de su plantilla femenina se acoja a esta baja por el dolor de la menstruación? "No sé cuántas lo harán, pero si algo tenemos claro es que ninguna va a utilizar su regla para trabajar menos. Si por algo destacamos las mujeres, es justo por lo contrario, por nuestra productividad", argumenta la directiva. El dato de absentismo acumulado en la empresa fue del 5,76% en 2021, y "fue igual en hombres y mujeres, la mujer no falta más por tener la regla".

Ravello ofrece a Porfolio una completa visita a este pulmón industrial del interior de Castellón, ubicado a dos horas en coche desde Valencia. Tras superar el puerto de Ares del Maestre y recorrer sus sinuosas carreteras, emerge en su altiplano Vilafranca (Villafranca del Cid en castellano), municipio de tan solo 2.200 habitantes. En Marie Claire, durante los años 90, llegaron a trabajar 1.300 personas.

"Ninguna va a utilizar su regla para trabajar menos. Si por algo destacamos es por nuestra productividad"

Pero la plantilla se encuentra ahora en 306 empleados. Con el paso de los años se han incorporado muchos hombres a la empresa, pero las mujeres copan todavía las labores productivas y representan el 60% del empleo.

Las instalaciones tienen una entrada humilde. Son un puro centro de trabajo, sin alardes para el visitante. "La vamos a modernizar", anticipa Ravello. Destaca en el acceso una foto con el pueblo a vista de pájaro. La imagen da buena cuenta de lo que Marie Claire representa para el municipio. El tejado de esta industria de 58.000 metros cuadrados equivale a una quinta parte de la mancha del casco urbano.

Dos trabajadoras, en la zona de planchado manual de las medias.

Dos trabajadoras, en la zona de planchado manual de las medias. Biel Aliño

Una caja de pantys de Marie Claire.

Una caja de pantys de Marie Claire. Biel Aliño

Los nuevos dueños

Los actuales propietarios apenas llevan un año. Son David Lasheras y Álvaro Bordils, dueños del grupo empresarial B2Tex -especializado en textil y proveedor de Inditex-. Al llegar a Marie Claire, acometieron el último ajuste sufrido por la empresa para optimizar los recursos y garantizar su viabilidad. Cuentan con el respaldo financiero del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el banco público de la Generalitat Valenciana, que ya le ha prestado 21 millones en dos créditos.

El recorrido de la visita es el mismo que realiza el hilo hasta convertirse en el producto final. Pasa por seis secciones: hilatura, tejeduría, cosidos, tinte, planchado y envasado. En 'cosidos' encontramos trabajando a Isabel Gil Badal (49 años), nacida en Vilafranca pero vecina de Castellfort, localidad ubicada a 12 kilómetros.

"Esto siempre ha sido un micromundo, aquí la mujer siempre ha trabajado", subraya sobre el inusual escenario de estas comarcas, donde la mujer, gracias a Marie Claire, lleva más de un siglo plenamente incorporada al mundo laboral. "El hombre iba al campo y la mujer, a la fábrica", resume.

¿La menstruación ha sido alguna vez un problema para trabajar? "Claro que no. Aquí en Marie Claire, al haber tantas mujeres, nuestras circunstancias nunca han sido un problema, porque la empresa se ha adaptado muy bien. Por ejemplo, siempre ha habido flexibilidad para poder recoger a los niños en el colegio, algo que ha hecho tradicionalmente la mujer. Y con la menstruación, lo mismo. Aquí siempre hemos tenido flexibilidad para recuperar las horas si un día no puedes venir", explica.

Cecilia Fabregat Fabregat, en la zona de planchado.

Cecilia Fabregat Fabregat, en la zona de planchado. Biel Aliño

Control informático de la línea de producción de Marie Claire.

Control informático de la línea de producción de Marie Claire. Biel Aliño

La baja por reglas incapacitantes, sin embargo, no consistiría en librar durante la menstruación dolorosa y recuperar las horas en otro momento. Se trata de una baja, como su nombre indica. Pero Elena Ravello descarta que vaya a producirse una gran incidencia. "Es como si hubieran anunciado una baja por cualquier otro dolor. Yo creo que solo la cogerá quien lo necesite, y nos alegraremos de que tenga esa posibilidad", manifiesta la directiva.

La visita a la fábrica avanza hasta la sección de planchado, donde se encuentra trabajando Cecilia Fabregat Fabregat (40 años). Luce por partida doble un popular apellido de Benasal, su localidad de procedencia. La empleada coincide con sus compañeras en el augurio sobre la incidencia de la baja por reglas incapacitantes. "Cuando escuché que lo proponían me pareció bien, pero sin más. Está bien tener esa posibilidad, pero ni siempre ni todas la vamos a necesitar", considera.

La trabajadora apunta "que no hubo ningún comentario al respecto entre las trabajadoras". "De lo que sí hablamos fue sobre la propuesta de rebajar el IVA a los productos para la regla. Eso sí que habría afectado a todo el mundo", afirma.

Finalmente, esta propuesta, la de rebajar del 10% al 4% el gravamen a los artículos para la higiene menstrual o incluso eliminarlo, no fue incluida en el anteproyecto de Ley del Aborto impulsado por el Ministerio de Igualdad, donde sí se ha incluido la baja por el dolor de la menstruación.

Tubo elástico a partir del cual se confecciona una braga de Marie Claire.

Tubo elástico a partir del cual se confecciona una braga de Marie Claire. Biel Aliño

"Braguitas menstruales"

Precisamente Marie Claire trabaja en un producto alternativo a las compresas, tampones y salvaslips. Se trata de sus "braguitas menstruales" reutilizables, dotadas en la zona de la vagina de varias capas de tejido ultra absorbente e impermeable para evitar las fugas y los olores.

La firma destaca que son más absorbentes, porque permiten 12 horas de protección. Pero, a la vez, son más finas que una compresa. Las fabricarán también en Vilafranca, tanto en color 'carne' como en negro, el que auguran más exitoso porque minimiza el impacto visual del rojo de la sangre.

"Son totalmente discretas e indetectables, sin efecto pañal", asegura su publicidad, que las describe como "bonitas y ultraconfortables" y promete "de 5 a 7 años de duración". Se lavan en la lavadora como cualquier otra prenda, aunque Marie Claire recomienda un enjuagado previo tras su uso.

Publicidad de las braguitas menstruales de Marie Claire. EE

Publicidad de las "braguitas menstruales" de Marie Claire. EE

Elena Ravello explica que el producto será lanzado durante las próximas semanas en un pack junto a un jabón íntimo. "Pensamos que puede representar un gran avance, porque funciona muy bien y, además de para la menstruación, sirve para las pérdidas de orina", expone.

La directora de Marketing agrega que se pueden utilizar también como complemento a otro método ecológico en auge: la copa menstrual. Pero subraya que es "perfectamente sustitutivo".

"De hecho, creemos que puede tener éxito entre las adolescentes, más reacias al tampón y la copa por ser invasivos. A la vez, se muestran más preocupadas durante los primeros años por evitar el efecto pañal", apunta.

En la actualidad ya existe alguna braga de este tipo en los lineales, disponible sobre todo en farmacias. Pero Marie Claire se ha propuesto capitanear este mercado emergente "con un producto asequible pero de mucha calidad".

Las "braguitas menstruales" forman parte de la apuesta de Marie Claire por atender los problemas reales de las mujeres. En este contexto, también disponen de una línea de maternidad con una braguita de recogimiento del bajo vientre y un sujetador de lactancia, así como de fajas compresivas recomendadas para la recuperación de una cesárea.

Equipo para el planchado manual de las medias de Marie Claire.

Equipo para el planchado manual de las medias de Marie Claire. Biel Aliño

Isabel Gil Badal, cosiendo en Marie Claire.

Isabel Gil Badal, cosiendo en Marie Claire. Biel Aliño

Su nuevo lema es La importancia de lo invisible. Persigue "poner en valor el confort y a la propia mujer, tantas veces invisibilizada", según explica Ravello. Su histórico claim "también era profundamente inclusivo". "Aquel 'Marie Claire, un panty para cada mujer' nos remite hoy al mensaje de que la mujer no ha de adaptarse a la prenda, sino la prenda a la mujer. Nos dice que todos los cuerpos son válidos", argumenta.

Y la propia historia de la empresa es también un ejemplo precoz de empoderamiento. Como ya hemos contado, Francisca Íñigo, la fabricanta, no sólo convenció a su marido para distribuir estos productos, sino que logró que aparcara poco a poco el negocio de los animales para elaborar y comercializar directamente sus creaciones. Comenzaron con las tradicionales calzas y se fueron especializando en otras prendas para la mujer, con la media como producto estrella con el paso de los años.

Eugenia de Montijo

Publicidad de la marca inicial, Eugenia de Montijo.

Publicidad de la marca inicial, Eugenia de Montijo.

Antes de llamarse Marie Claire tomaron por marca el nombre de Eugenia de Montijo, la aristócrata española y emperatriz de Francia como consorte de Napoleón III. El catálogo de vicisitudes al que se enfrentó aquella empresa de principios del siglo XX da verdadero vértigo. Durante sus primeras décadas sobrevivió a los efectos de dos guerras mundiales y a la Guerra Civil española, tras la que tuvo que renacer.

Su innovación fue constante. Abanderó el uso del nailon y supo modernizarse cambiando de nombre en 1960, cuando adoptó la denominación de Marie Claire -en presumible homenaje a la revista ya existente del mismo nombre-.

Tras este giro, todavía en los estertores del franquismo, realizó una potentísima campaña de marketing. Sus lemas y melodías coparon los medios de comunicación y su anuncio llegó a tener el privilegio -previo pago- de ser el primero del año en la televisión. Marie Claire, Marie Claire, un panty para cada mujer, sonaba continuamente en la época. No menos célebre era su otro juego de palabras: No son medias, son enteras.

La entrada de España en la Comunidad Económica Europea, rubricada en 1986, fue un duro golpe para muchas empresas al enfrentarse de pronto a una gran competencia en el Viejo Continente. Pero en Marie Claire tuvo el efecto contrario: la consagró como líder europeo del sector hasta alcanzar en los 90 el pico de los 1.500 trabajadores y 90 millones de euros de facturación. 

Pero pronto llegaron los problemas. Tras celebrar el centenario surgió la crisis de 2008, a la que ya llegó con una estructura sobredimensionada y con una fuerte competencia, agravada por los menores precios que ofrecían sus rivales gracias a la deslocalización. A los herederos de los fundadores les costó acometer despidos en los malos momentos, y provocaron una estructura sobredimensionada que llevó a la firma al borde del precipicio.

Y así se encontraba, tras varios traspasos erráticos en su capital, cuando la adquirió B2Tex en 2021 gracias a un crédito de 9 millones del IVF. Posteriormente se le concedió otro de 12 millones para relanzar la firma, cuya facturación se encuentra ahora en los 18 millones de euros anuales.

Una trabajadora de Marie Claire.

Una trabajadora de Marie Claire. Biel Aliño

Medias en la fábrica de Marie Claire.

Medias en la fábrica de Marie Claire. Biel Aliño

Hilos en la fábrica de Marie Claire.

Hilos en la fábrica de Marie Claire. Biel Aliño

En la fábrica "había muchísimo por hacer", recuerda Elena Ravello. Su organización era propia todavía del siglo XX. Cada producto tenía su línea de producción independiente, y también sus oficinas por separado, junto a la maquinaria. Era como tener varias empresas dentro de una misma.

Los nuevos dueños han optado por integrarlas para unificar procesos, de modo que ahora se encuentran juntas todas las máquinas tejedoras, independientemente de que hagan calcetines, bragas o medias. Ello permite su operativa de forma más eficiente, con menos trabajadores.

Poderoso enjambre

Muchas de las máquinas tienen varias décadas de antigüedad, pero su funcionamiento en absoluto se ha quedado obsoleto. La innovación en el sector viene más por el tipo de hilo que se utiliza y el diseño que se le da a la prenda, algo que aún hacen perfectamente las incansables tejedoras de Marie Claire. La vista de todas ellas alineadas es la imagen más impresionante de la factoría.

Durante la visita se encuentran en una parada técnica para su limpieza y mantenimiento. Son como un poderoso enjambre de abejas dormidas, con las bobinas de hilo en alto dispuestas a coser sin descanso. Las que trabajan con algodón parecen llenas de polvo. "Pero es el residuo que suelta el hilo al coser. Esto con el nailon no pasa, por eso unas cortinas separan la zona de los calcetines de la de las medias", exponen.

La reorganización ha dejado libre buena parte de los 58.000 metros cuadrados de las instalaciones de Vilafranca, que la empresa ha decidido destinar a la logística para cerrar la planta que tenía para ello en Borriol. La ubicación parece un problema para la distribución de los productos, pero la firma asegura que no le impide atender con celeridad a sus clientes. Solo tiene deslocalizada la distribución para la venta directa al cliente, un mercado para el que sí requiere una mayor inmediatez.

Productividad femenina

Después de tantos años de experiencia con una plantilla mayoritariamente femenina, quién mejor que Marie Claire para responder a la pregunta del millón ¿Son más productivas las mujeres que los hombres?

Elena trasmite con su reacción que tiene muy clara su respuesta, pero que teme desmerecer a los hombres al verbalizarla. Finalmente, lo resuelve así: "Mi sensación es que las mujeres son muy productivas", afirma, si bien subraya que se trata de su "opinión personal", no la de la compañía.

Varias de las trabajadoras de Marie Claire.

Varias de las trabajadoras de Marie Claire. Biel Aliño

Un estudio de la consultora ForceManager, centrado en los profesionales comerciales, cifraba la ventaja de las mujeres en materia de productividad en un 13% sobre los hombres ¿Le encaja a usted este porcentaje? "Sí que me puede encajar", reconoce.

Tanto la directiva como las trabajadoras entrevistadas subrayan que la maternidad, a la que se ha dedicado tradicionalmente más la mujer, les ha enseñado a ser más eficientes. Saben de lo que hablan. Elena tiene cuatro hijos de 1, 3, 11 y 12 años. Isabel tiene dos, de 11 y 15. Y Cecilia, otros tantos: de 4 y 8 años.

"Si se nos proporciona un entorno flexible las mujeres tenemos una gran habilidad para optimizar el tiempo", aseguran.