Ilustración de Morfeo en 'Matrix' dando elegir entre píldora roja y píldora azul

Ilustración de Morfeo en 'Matrix' dando elegir entre píldora roja y píldora azul C.F. / Gemini Omicrono

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"Nuestro universo no puede ser una simulación": por qué no vivimos en Matrix y es imposible que llegue a existir

Un equipo de científicos asegura haber demostrado matemáticamente que la hipótesis que sostiene que nuestro universo es simulado es errónea.

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"Vivimos en una simulación". Es una frase frecuente en nuestro día a día, ya sea provocada por una extraña casualidad o por un evento inesperado. Pero detrás de esta afirmación, además de películas icónicas como Matrix, hay décadas de discusión entre físicos, filósofos y matemáticos sobre la posibilidad de que nuestra realidad sea el producto de una simulación informática extremadamente avanzada.

La 'culpa' la tienen las hermanas Wachowski y la lejana alegoría de la caverna de Platón, pero sobre todo el filósofo y científico sueco Nick Bostrom, que en 2003 planteó la 'hipótesis de la simulación'. Su premisa fundamental es que hay al menos un 50% de probabilidades de que exista una civilización avanzada responsable de un sistema informático encargado de recrear lo que conocemos como realidad. Y, sea quien sea, se lo debe de estar pasando pipa.

Desde entonces, con las aventuras de Neo y Trinity como catalizador, la teoría se ha convertido en una de las ideas más fascinantes y debatidas tanto en la ciencia como en la cultura popular. Al menos hasta hace unas semanas, cuando un equipo de investigadores de la University of British Columbia (UBCO) canadiense publicó un paper que explica por qué esa supuesta ilusión digital es completamente imposible.

"Nuestro universo no puede ser una simulación o el producto de la computación ciega", afirma de forma rotunda a EL ESPAÑOL-Omicrono el físico y matemático Mir Faizal, autor principal de la investigación publicada en Journal of Holography Applications in Physics. Por el camino, él y sus compañeros también han tirado por tierra la posibilidad de que exista una ansiada Teoría del Todo que explique el universo y nuestra realidad.

"Los axiomas o reglas fundamentales de la gravedad cuántica inevitablemente dan lugar a ciertas afirmaciones que son verdaderas en virtud de la estructura de la propia teoría, pero que no pueden derivarse a través de ningún procedimiento lógico, algorítmico o computacional”, señala Faizal a este periódico.

Por qué Matrix es imposible

En uno de los momentos más recordados de la película estrenada en 1999 que cambió el rumbo del cine de ciencia ficción y de las técnicas de efectos especiales, Morfeo le da a elegir a Neo entre dos realidades que se bifurcan.

"Después de esto no hay vuelta atrás", le dice. "Si tomas la píldora azul, la historia termina, te despiertas en tu cama y crees lo que quieras. Si tomas la píldora roja, te quedas en el País de las Maravillas y te enseño lo profundo que es el agujero de la madriguera". Chúpate esa, Lewis Carroll.

Ilustración inspirada en 'Matrix' y la hipótesis de la simulación

Ilustración inspirada en 'Matrix' y la hipótesis de la simulación I.M. / Gemini Omicrono

Así empieza el camino del héroe, que elige la píldora roja y toma conciencia de esa realidad simulada. Su lucha pasa por acabar con el dominio de las máquinas, ese que parece más cerca que nunca con el auge de la IA y la búsqueda de una superinteligencia que podría devenir en utopía feliz o apocalipsis digital.

La premisa parte de una pregunta intrigante: si la potencia de cálculo y computación continúa avanzando, ¿podría alguna civilización desarrollar una simulación tan detallada que los seres dentro de ella no distinguieran la simulación de la realidad?

En este escenario, incluso es posible imaginar simulaciones dentro de simulaciones, en una especie de bucle infinito donde nunca sabríamos si realmente somos 'los originales' o solo una copia dentro de otra copia.

"Si tal simulación fuera posible, el universo simulado podría dar lugar a la vida, que a su vez podría crear su propia simulación", señalaba Faizal en un comunicado de prensa de la UBCO.

"Esta posibilidad recursiva hace que parezca muy improbable que nuestro universo sea el original, en lugar de una simulación anidada dentro de otra simulación. Esta idea se consideraba antes fuera del alcance de la investigación científica. Sin embargo, nuestras investigaciones recientes han demostrado que, de hecho, puede abordarse científicamente".

Aprender chino sin entenderlo

Así, Faizal y sus colegas refutan las propuestas de otros investigadores como el físico Melvin Vopson. Este físico de la Universidad de Portsmouth aseguró recientemente tener evidencias de que, efectivamente, todo lo que pensamos, sentimos y percibimos formaría parte de un complejo software capaz de manejar enormes cantidades de información.

Vopson se atreve incluso a proclamar una Segunda Ley de la Infodinámica que no sólo demostraría que la hipótesis de la simulación es cierta, sino que tendría implicaciones para los sistemas biológicos, señalando una "correlación única entre la información y la dinámica de las mutaciones genéticas" como la del virus que dio lugar a la epidemia del COVID.

Por contra, los investigadores de la UBCO, con Faizal a la cabeza, rechazan de plano la posibilidad de que nuestro día a día sea un escenario virtual en el que cada uno de nosotros seríamos los involuntarios protagonistas. Para ellos, la base misma de la realidad no puede ser reproducida por ningún sistema computacional, por potente que sea.

Ilustración de un universo simulado

Ilustración de un universo simulado I.M. / ChatGPT Omicrono

Su trabajo se apoya en fundamentos matemáticos como el teorema de incompletitud de Gödel, que demuestra que hay verdades que no pueden ser probadas ni replicadas mediante algoritmos. “Hay aspectos de la realidad conocidos como verdades gödelianas que no pueden ser consecuencias computacionales de la teoría del todo y, por lo tanto, no pueden simularse", en palabras del investigador.

Para los no iniciados todo esto suena a chino. Y precisamente, el idioma es el mejor ejemplo de Faizal para aclarar su teoría. "Si no entiendes chino pero has aprendido todas sus reglas gramaticales, puedes ser capaz de construir frases gramaticalmente correctas, pero no tendrías ninguna comprensión de su significado", explica. "Esto deja claro que la comprensión es fundamentalmente diferente de la computación".

El estudio sostiene que la estructura más profunda de la realidad no se basa ni siquiera en el espacio-tiempo, sino en una especie de "información primordial" que no puede ser codificada ni procesada por ninguna máquina.

Así, aunque las leyes fundamentales del universo puedan parecer expresables en fórmulas matemáticas, siempre existirán elementos -las mencionadas “verdades gödelianas”- que escapan a cualquier intento de modelización computacional.

Según esta investigación, aunque la hipótesis de la simulación ha servido para enriquecer el debate sobre los límites del conocimiento humano, el universo, con todos sus matices y complejidades, no puede reducirse a los parámetros de una supercomputadora. La realidad es aún más profunda y escurridiza que cualquier código que se pueda llegar a programar, aunque haya gente que se parece tanto al agente Smith que cualquier cosa parece posible.