Dispositivo Haptika

Dispositivo Haptika James Dyson Award- UPC Omicrono

Tecnología

El guante de cuatro jóvenes españoles que cambia la vida a los usuarios de prótesis: "He logrado sentir el tacto perdido"

Haptika ayuda a sentir la fuerza con la que se agarra un objeto cuando se ha perdido el tacto en la mano de forma intuitiva y no invasiva.

Más información: La prótesis tan precisa como una mano humana: utiliza ultrasonidos para conectarse con el cerebro

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Poder agarrar un huevo sin romperlo, esta simple acción para la mayoría de la población es todo un reto para las personas que usan prótesis y han perdido el sentido del tacto en esta extremidad. Son numerosos los proyectos de innovación que tratan de crear manos artificiales lo más realistas posibles para devolver el control y tacto a estas personas como Háptika.

Cuatro estudiantes españoles han ganado el primer premio nacional de los James Dyson Awards con este invento. "Estos años hablando con gente amputada vi que el camino no estaba en crear una prótesis súper innovadora que permitiese a los usuarios hacer de todo, sino mejorar las que ya existían", explica Jordi Puig Prujà en una entrevista a EL ESPAÑOL-Omicrono.

Se inició en el estudio de prótesis desde el instituto creando varios prototipos, proceso en el que conoció a Joan, un electricista que perdió una extremidad superior y otra inferior tras un accidente de 25.000 voltios. Joan les ha servido de inspiración para el desarrollo y es la primera persona que ha probado el producto.

Inventores de Haptika: Jung Ji Suh, Albert Lladonosa, Núria Aguado y Jordi Puig Prujà (de izq a drch)

Inventores de Haptika: Jung Ji Suh, Albert Lladonosa, Núria Aguado y Jordi Puig Prujà (de izq a drch) James Dyson Award- UPC Omicrono

Joan lleva 13 años con una prótesis en la mano y otra en la pierna y nunca había probado un dispositivo como este. "Con los ojos cerrados cogí el huevo sin romperlo, no sé cómo describirlo, fue muy bonito, me gustó mucho la sensación. Cuando no tienes tacto, lo agradeces mucho", explica por teléfono a este periódico. "Enseguida aprendes, es muy intuitivo, es espectacular; de la primera vez que lo probé a la última versión ha mejorado mucho", asegura.

Cada miembro ha volcado su especialidad en el desarrollo del dispositivo, explica Puig como portavoz del equipo que Albert Lladonosa Gort se ha encargado del diseño de las piezas en 3D, mientras que Núria Aguado Manero abordó el diseño del conjunto y la parte de branding de la marca. También Jung Ji Suh trabajó en el renderizado, el diseño de los renders que se pueden ver en este artículo y parte de la electrónica.

Jordi inició el proyecto con un primer prototipo el año pasado y el resto del equipo se unió a principios de este año para crear una segunda versión más acabada como producto comercial. El proyecto se enfocaba como trabajo final del Máster de Diseño e Ingeniería de Producto de la UPC, (Universidad Politécnica de Catalunya).

"En el mercado encontramos otras soluciones que son muy innovadoras, pero también son muy caras y difíciles de conseguir o son invasivas", explica. Otros proyectos de investigación como los del MIT han planteado prótesis conectadas al sistema nervioso periférico del cuerpo, "claro esta es la forma más realista de conseguir recrear el tacto, pero requiere cirugía y se queda más lejos del día a día”.

Estas innovaciones no solo se centran en ayudar a las personas amputadas, la industria también persigue crear prótesis capaces de recrear el tacto para integrarlas en robots humanoides que puedan realizar tareas delicadas como cuidar de personas e, incluso, dentro del ámbito de las experiencias de realidad virtual.

¿Cómo funciona Háptika?

Háptika se compone de dos piezas: un, guante de tres dedos y un receptor que traduce la información en vibraciones hápticas. El guante se compone de solo tres dedos, los principales para sentir el tacto y manipular objetos: pulgar, índice y corazón. Se coloca sobre la prótesis y los tres sensores que lo integran, uno en cada dedo, recogen la fuerza con la que la persona está tocando o agarrando un objeto.

Render del brazalete

Render del brazalete UPC Omicrono

"Diseñamos el dispositivo para prótesis bastante universales, que fueran tanto en forma de mano como de gancho, así como eléctricas o de accionamiento mecánico", explica Jordi Puig. Después, el guante envía los datos de forma inalámbrica al brazalete, la segunda pieza.

Este se coloca por lo general en el bíceps, por encima de donde termina la prótesis. Sus creadores lo describen como un smartwatch sin pantalla que tiene diferentes niveles de vibración, módulos hápticos, que son los que dan el feedback de lo que el usuario está tocando en tiempo real.

"La idea no es devolver el tacto o la sensación en los dedos, esto aún no se ha conseguido, sino que ellos perciban cómo están agarrando el objeto", dice Puig. "Es la forma no invasiva más fácil e intuitiva que encontramos".

Los sensores hápticos que producen esos módulos de vibración se distribuyen por la correa y son personalizables, el usuario puede ajustar su intensidad. "Esto les permite realizar tareas que antes les eran imposibles o muy difíciles como coger un huevo, a un usuario que lleva prótesis que no tiene ningún feedback de lo que está tocando le es casi imposible coger un huevo sin romperlo y con las pruebas que realizamos siempre lo conseguía".

Guante háptico para prótesis Jordi Puig Prujà

Ambas piezas se cargan por USB. La intención del equipo es que la autonomía alcance al día completo y puedan integrar una carga rápida que lo recargue en solo dos horas, pero este aspecto aún no está implementado en la última versión.

Un futuro en rehabilitación

Explica este inventor que a largo plazo se han planteado usar su invento para ayudar en procesos de rehabilitación para pacientes con enfermedades neurológicas que han perdido la sensibilidad de las manos, ponen de ejemplo enfermedades como la esclerosis múltiple o los ictus. Para ello plantean desarrollar una aplicación con la que controlar el dispositivo.

Diseño de Háptika

Diseño de Háptika UPC Omicrono

Por ahora se enfocan en seguir probando con usuarios con prótesis y mejorando el producto, además de fabricar más modelos para poder trabajar con ortopedias con las que están ya en contacto. En adelante, si Haptika sale al mercado el equipo podría costar unos 500 euros, según ha calculado el equipo.