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Tecnología

Así es el cine 4DX: una experiencia en la que nosotros somos los protagonistas

Hemos probado la experiencia del cine 4DX con la película "Alita: Ángel de Combate" y os contamos nuestras impresiones sobre dicha tecnología.

18 febrero, 2019 21:02

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Durante las últimas décadas, el cine ha ido incorporando mejoras relativas a la calidad de vídeo. Es cierto que la calidad de imagen de una película de hace 20 años nada tiene que ver con una actual; ahora, podemos ver hasta las gotas de sudor de los protagonistas.

Los filmes en 3D también suponen un cambio respecto a las versiones normales; sin embargo, todas estas mejoras también podemos disfrutarlas desde nuestro propio sofá. ¿Qué puede hacer el cine ante esta situación para atraer clientes?

La tecnología 4DX se alza como una alternativa ideal para aquellos que deseen vivir una experiencia cinematográfica en la que los sentidos serán los protagonistas. Hemos tenido la oportunidad de ver una película en 4DX y os contamos nuestra experiencia.

¿Qué es el 4DX?

Antes de pasar a la acción, mejor explicar lo que es el 4DX. Esta tecnología combina efectos sensoriales, como el viento; la lluvia; el ruido; la nieve; la niebla; los olores; y la luz con el movimiento de las butacas.

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Para ello, las butacas van equipadas con un motor específico que permite realizar movimientos de diferentes tipos que analizaremos más adelante. De este modo, se consigue que el usuario no solo visualice la película; sino que forme parte de ella al sentirla en primera persona.

Para vivir esta experiencia 4DX acudimos a Kinépolis Madrid Ciudad de la Imagen; concretamente, vimos “Alita: Ángel de Combate”, el último filme de James Cameron. Kinépolis es un modelo de negocio que consiste en cines con grandes dimensiones; complementados por restaurantes y tiendas en las mismas instalaciones. La compañía belga cuenta con cines en España, Francia, Bélgica, Polonia y Suiza.

Muévete como el protagonista

A primera vista, una sala 4DX puede parecer normal; sin embargo, observaremos que las butacas cuentan con un curioso reposapiés. Más que por comodidad es una medida de seguridad, puesto que los asientos efectuarán movimientos que pueden resultar bruscos en ocasiones.

4dx 2

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Antes de que comience la película deberemos colocarnos unas gafas 3D, que habría que comprar antes de entrar a la sala si no tenemos unas propias. La visualización en tres dimensiones ofrece una experiencia mucho más inmersiva; pero, la magia del 4DX aún está por llegar.

El 4DX posibilita que las butacas se muevan hacia la derecha, izquierda, arriba o abajo; además de inclinarse hacia atrás o hacia delante. Todo ello en perfecta sincronización con los movimientos de los protagonistas en pantalla y mientras los asientos vibran.

En nuestro caso, mientras veíamos “Alita: Ángel de Combate”, pudimos experimentar que dichos desplazamientos favorecían a crear una inmersión mayor que en una película tradicional; aunque, dependiendo de la escena el grado de satisfacción era mayor o menor. En este sentido, hay momentos en los que las sacudidas del asiento pueden resultar demasiado bruscas; sobre todo en niños pequeños.

Siente la lluvia y los olores

El movimiento de las butacas no es lo único que podremos sentir. La tecnología 4DX hace posible que notemos en nuestra propia piel el agua o la lluvia cuando éstas aparecen en escena. Para ello, la sala de Kinépolis ha instalado unos dispositivos encargados de crear la lluvia en la parte trasera de cada asiento. Por esta razón, si colocamos un abrigo o prenda que tape la zona posterior de la butaca, la persona que esté detrás nuestra no podrá disfrutar de algunos efectos.

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Hemos podido experimentar que el agua no resulta molesta, tan solo recibiremos pocas cantidades; nadie debe tener miedo por calarse mientras ve la película. Eso sí, en la propia sala se advierte a los clientes que aquellas prendas que sean sensibles al agua es mejor quitárselas. De todos modos, todos los clientes tendrán un botón en el reposabrazos derecho con el que podrán desactivar los efectos de agua si así lo desean.

Si por otra cosa se caracteriza el 4DX es por poder ofrecer olores. Como en el caso anterior, éstos se generan por un dispositivo situado en la parte trasera del asiento. Desgraciadamente, mientras veíamos “Alita: Ángel de Combate” solo pudimos experimentar los olores en un par de ocasiones.

Lo cierto es que cuando ocurre es una sensación asombrosa; aunque, no es menos cierto que quizás los olores deberían ser más intensos. Mis acompañantes ni siquiera se dieron cuenta de tales olores, por lo que pensamos que dependerá de la adaptación de cada película y del olfato de cada uno. Curiosamente, la mejor sensación de olor tuvo lugar durante los anuncios, antes de que iniciase la película; un olor penetrante a fruta que, por un momento, me hizo olvidar que estaba en el cine.

Viento, niebla e incluso golpes

El techo de la sala cuenta en sus laterales con ventiladores para producir diferentes sensaciones. Una de ellas es la del viento y, a decir verdad, es ideal para determinadas escenas. Como en el caso del agua y la lluvia, el viento no es molesto; simplemente trata de introducirnos en la escena. La parte posterior de la butaca también genera aire para que choque de una manera más directa en nuestra cara.

Del mismo modo, los ventiladores permiten movilizar pompas de agua; aunque, no pudimos experimentarlo en “Alita: Ángel de Combate”. La sala también incorpora focos en cada esquina para hacer más realistas los relámpagos. Hemos de admitir que lo consiguen, puesto que la iluminación es mucho más realista cuando una tormenta aparece en escena.

Debajo de la pantalla de cine también se han instalado unos dispositivos capaces de simular la niebla y el humo de las escenas; sin embargo, creemos que no termina de dar el toque realista deseado. En “Alita: Ángel de Combate” se hace uso de esta técnica que no termina de convencer porque solo sale niebla en la parte inferior de la pantalla. Es obvio, que si se lanzase más humo se taparía por completo la pantalla, lo que dificultaría la visión; pero, nos da la sensación de quedarnos a medias.

Curiosamente, los asientos pueden hacernos sentir golpes, tal y como lo oyen. Esta sensación es la que más nos ha sorprendido de todas, puesto que en escenas de lucha uno nunca se espera recibir un golpe por detrás. Como es lógico, es indoloro, hablamos de una sensación similar a la que realizan los asientos con masaje. Durante el visionado de “Alita: Ángel de Combate” pudimos comprobar lo bien lograda que está dicha sensación.

Recomendable probarlo, al menos, una vez en la vida

El 4DX ofrece una experiencia imposible de disfrutar desde nuestra propia casa en un mundo del entretenimiento dominado por plataformas de streaming como Netflix o HBO. Plataformas de este tipo han incidido negativamente en las salas de cine, que cada vez ingresan menos. Ante ello, los actores del sector se ven en la obligación de innovar, de hacer algo diferente que atraiga clientes y creemos que el 4DX cumple con ese cometido.

Si bien es cierto que el 4DX ayuda a sumergirse de un modo más realista en un filme; también lo es que dependerá mucho del tipo de película que veamos. Creemos que “Alita: Ángel de Combate” es una buena opción para iniciarse en dicha tecnología, pero, también que la experiencia puede ser mucho mejor en películas más cañeras como Los Vengadores.

Pese a ello, hay que admitir que estamos en un momento temprano. Quizás con el paso del tiempo las películas estén mejor adaptadas a este formato, evitando sacudidas excesivas de las butacas que pueden resultar bastante tediosas; además de mejorar sistemas como el de los olores. Insistimos en que nuestra opinión se ha formado tras el visionado de “Alita: Ángel de Combate”, opinión que podría cambiar positiva o negativamente si hubiéramos visionado otra película diferente.

En definitiva, el 4DX se postula como una opción que cualquier amante del cine debería probar, al menos una vez. Además, una entrada 4DX cuesta en Kinépolis 14,20€; mientras que, el formato digital tiene un precio de 9,20€. Tan solo son 5€ de diferencia que resultan en una experiencia mucho más enriquecedora.