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Ellen Church, la enfermera que se convirtió en la primera azafata de la historia

Hoy, en la sección de mujeres científicas, os hablamos de Ellen Church, una enfermera que se convirtió en la primera azafata de la historia.

2 diciembre, 2016 17:03

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La de Ellen Church es otra de esas historias sobre mujeres que lucharon contra viento y marea por ser lo que no se les permitía por su sexo.

En su caso, no quiso llevar a cabo el único papel que se le permitía a las enfermeras de su época y quiso ir más allá, llegando a ofrecerse a una compañía aérea para ejercer la profesión que desempeñan hoy en día las azafatas.

Los propios integrantes de la agencia ya se habían planteado contratar más personal, para que el vuelo no estuviese tripulado sólo por el piloto y el copiloto, pero jamás se les había pasado por la cabeza que pudiese ser una mujer, pues en aquella época se consideraba que los cambios hormonales característicos del sexo femenino no las hacían válidas para volar. Pero Ellen demostró que no era así, abriendo la veda a miles de mujeres que, años después, seguirían sus pasos.

Ellen Church, la primera azafata de la historia

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Nacida en 1.904, en una granja del estado de Iowa, Ellen compaginó desde pequeña su pasión por la enfermería con el amor a los aviones, que habían atraído su interés durante las exhibiciones aéreas que se realizaban cerca de su casa.

Por ese motivo, se esmeró en dar clases de vuelo, con el fin de poder algún día dedicarse a ello de forma profesional.

Lamentablemente, era consciente de que nadie iría a su casa a ofrecerle un empleo como ese, especialmente por el veto al que las hormonas femeninas sometían a las mujeres en el campo de la aviación, por lo que decidió ir ella misma a ofrecerse a la compañía aérea Boeing Air Transport (BAT).

Allí la recibió el responsable de la empresa, que llevaba tiempo pensando en contratar a lo que se conocía por aquel entonces como “cabin boys”, un equipo de trabajadores que sirvieran como asistentes de la tripulación y los pasajeros durante el vuelo.

El nacimiento de las Stewardesses, las primeras azafatas

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Después de que Ellen Church insistiera en lo ventajoso que podía ser contar con una enfermera entre la tripulación de cara a indisposiciones de los pasajeros, la compañía aceptó a contratar por un periodo de prueba inicial de tres meses a un equipo de ocho de ellas, entre las que, lógicamente, también se encontraba Ellen.

Pronto la idea, bautizada como Stewardesses, se extendió por otras compañías y se convirtió en un trabajo muy demandado al que sólo podían acceder mujeres enfermeras, menores de veinticinco años y con unas medidas concretas.

Y así fue como Ellen Church inició una andadura que, lamentablemente, terminó pronto, pues un accidente de tráfico, acaecido dieciocho meses después, le impidió seguir volando.

Como consecuencia, pasó a trabajar como profesora de enfermería en la Universidad de Minnesota, pero no quiso dejar la aviación totalmente a un lado, de modo que durante la Segunda Guerra Mundial volvió a las andadas como capitana del servicio aérea de evacuación.

Este trabajo le valió ser condecorada con la medalla del aire, iniciando el que podría haber sido el primero de muchos premios, si no hubiese sido por el accidente a caballo que la llevó a una temprana muerte a los sesenta años de edad.

Hoy es un personaje muy querido en el mundo de la aviación, especialmente porque fue otra de esas mujeres que demostraron que nosotras podemos llegar tan alto como queramos. Incluso literalmente hablando.