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Tecnología

El primer trasplante de cabeza, más cerca que nunca

Os hablamos de los últimos experimentos dirgidos a la realización de la primera operación de trasplante de cabeza en humanos.

22 septiembre, 2016 11:31

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Hace ya tres años que el cirujano Sergio Canavero anunció disponer de las técnicas y los conocimientos necesarios para poder realizar el primer trasplante de cabeza en humanos.

Esta increíble operación, que parece sacada de una novela de ciencia ficción, sería la solución perfecta para tratar a pacientes con lesiones graves en la médula espinal o incluso para aquellos otros que, por algún tipo de enfermedad, ya no podrían sobrevivir con su propio cuerpo.

El problema es que se trata de una intervención con muchos obstáculos, tanto a nivel ético como científico, pues no es fácil unir la cabeza de un paciente al cuerpo de un donante; para lo que sería necesario conectar piel, músculos, vasos sanguíneos, médula espinal y neuronas. Por eso, han sido muchos los científicos que se han manifestado en contra de la aplicación de las teorías de Canavero, a pesar de los últimos experimentos que pretenden hacerse con la confianza de los círculos más escépticos.

Así es la operación de trasplante de cabeza propuesto por Canavero

trasplante-cabeza

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Como ya indicó en su momento Canavero, el trasplante consistiría en conectar la cabeza del enfermo al cuerpo de un donante en muerte cerebral, obteniendo un cuerpo sano con la cabeza(y el raciocinio, por lo tanto) del paciente.

Esto conlleva grandes complicaciones en lo referente a la conexión de las dos partes, pues no tiene nada que ver con pegar la cabeza de una muñeca rota, sino que se deben tener en cuenta muchos factores, como el rechazo inmunológico o las propias conexiones neuronales asociadas a la médula ósea.

Para solventar la mayor parte de estos obstáculos, propuso un protocolo que comienza con el enfriamiento de la cabeza y el cuerpo, con el fin de aumentar el tiempo que las células de ambos puedan vivir sin oxígeno.

A continuación se pasaría a pegar las “piezas del puzzle”, comenzando por los vasos sanguíneos, que se unirían con ayuda de pequeños tubos, y continuando con la realización de cortes limpios en la médula del paciente y en la del donante.

Así ya todo estaría listo para seguir el proceso, en el que la cabeza y el cuerpo se unirían a través de músculos y médula espinal. Los primeros podrían conectarse por medio de sutura, pero la segunda es bastante más delicada, por lo que para ello se propone el uso de un compuesto llamado polietilenglicol (PEG), que estimularía la grasa de las membranas celulares para que funcionara como pegamento.

Ratones y perros como antesala a la operación de trasplante de cabeza

raton_laboratorio

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Como es lógico, todo esto no podía quedar como una simple teoría; por lo que, desde que la enunciara en 2013, Canavero ha procedido a la realización de diversos experimentos, con el fin de comprobar la efectividad de su mecanismo de unión de la médula espinal.

Para ello, comenzó cortando la médula espinal de dieciséis ratones, de los cuáles a la mitad se les administró una inyección de PEG justo en el hueco generado entre ambos extremos y al resto se les hizo lo mismo, pero con una solución salina que haría la función de grupo control. 

Curiosamente, cuatro semanas después cinco de los ocho ratones que recibieron el PEG comenzaron a mostrar grandes mejoras en su movilidad, mientras que los demás, tanto los del grupo control como el resto de los tratados, acabaron muriendo.

Esto llegó a oídos de un nuevo equipo de investigadores, que ha desarrollado una fórmula mejorada de PEG, bautizada como Texas-PEG, que incluye también un andamio de grafeno, un material conductor de la electricidad que facilitaría las conexiones neuronales. Así, han conseguido reproducir el experimento con una clara mejoría en lo que al transporte de estímulos eléctricos entre neuronas se refiere.

Y como parece ser que las ratas y los ratones estaban dando buenos resultados, estos últimos investigadores han decidido dar un paso más, provocando una lesión en medular a un perro, que perdió cualquier capacidad de movimiento, convirtiéndose también en sujeto de estudio del PEG, cuya inyección le devolvió progresivamente gran parte de su movilidad.

Muy pronto para lanzar las campanas al vuelo

neuronas_cerebrales

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Todo esto suena genial, y no cabe duda de que si supusiese que la operación de trasplante de cabeza está cerca sería una gran noticia para la ciencia, pero son muchos los expertos que siguen en desacuerdo, esgrimiendo argumentos como que las lesiones producidas en los animales de experimentación pudieron ser menos graves de lo que se cree.

Además, todos los experimentos se han llevado a cabo en muestras muy pequeñas (un perro o unos pocos ratones), por lo que no se pueden extraer conclusiones claras de ellos.

Por lo tanto, de momento la operación de trasplante de cabeza sigue formando parte de la ciencia ficción, pero la ciencia no ha tirado la toalla y además cuenta con voluntarios humanos dispuestos ponerse en las manos de Canavero; así que, ¿quién sabe?, quizás en un futuro no tan lejano la novela se haya hecho realidad. Hasta entonces, estaremos expectantes.