constelación de hidra

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La leyenda de la Hidra, la serpiente que da forma a la mayor constelación

Os contamos la leyenda de la Constelación de Hidra, que a su vez sitúa también entre las estrellas las constelaciones de Corvus y Cráter.

29 julio, 2016 10:08

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Hoy de nuevo hacemos un súper combo de esos que tanto nos gustan y os contamos en una sola historia el origen mitológico de tres constelaciones.

Concretamente nos centraremos en la Constelación de Hidra, la más grande de las ochenta y ocho, aunque de rebote también situaremos en el firmamento las de Cráter y Corvus.

La historia más aceptada, que además incluye las otras dos, se asocia a un incidente que tuvo el dios Apolo con el cuervo que le servía, por lo que vamos a empezar por saber quién era el dios Apolo y cómo pudo situar una serpiente, un cuervo y una copa entre las estrellas.

La historia de Apolo, el jefe de las musas

Apolo

Apolo

Apolo es uno de los dioses olímpicos más representativos de la mitología greco-romana.

Hijo de Zeus y Leto y hermano mellizo de Artemisa, consiguió ser muy venerado en la antigua Grecia, ya que se le consideraba un símbolo de la verdad y se asociaba a la inspiración de cualquiera de las ramas del arte, debido a su condición de jefe de las musas y director de su coro.

Se le relaciona con un gran número de leyendas, la mayoría de ellas en torno a algún escarceo amoroso, tanto con parejas femeninas como masculinas, pero lo que os vamos a contar hoy es algo mucho más cotidiano, aunque diera lugar al inicio de tres constelaciones. Según la mitología, claro.

El cuervo sirviente que dio origen a la Constelación de Hidra

cuervo

cuervo

Cuentan las leyendas que Apolo tenía un cuervo que le hacía las veces de mensajero y sirviente, trayendo y llevando todo tipo de información y cumpliendo las tareas que su amo le encomendaba.

Una de ellas era la de traerle comida o bebida cuando la necesitara, por lo que un día decidió enviarlo cargado con una copa en busca del Agua de la Vida.

El animal partió de inmediato, pero a mitad de camino se sintió cansado y decidió parar un momento mientras esperaba a que maduraran los higos de una higuera cercan, olvidando por completo la tarea para la que había sido requerido.

Finalmente recogió el agua y, como coartada a su pequeño olvido, decidió incluir también en el interior del recipiente una culebra de agua (hidra), con el fin de contar que el reptil había sido el que le había impedido llenar la copa a tiempo.

Pero sólo consiguió enfurecer a Apolo, que de inmediato descubrió el engaño y castigó al cuervo a viajar eternamente a las estrellas formando la constelación de Corvus, junto a la cual se situaba la copa llena (Cráter) lo suficientemente cerca para que le apeteciese beber de ella, pero igualmente lejos para que no pudiese tomarla. Además, también situó junto a él a la serpiente (Hidra), para que nunca olvidase el engaño que lo había enviado allí.

Como veis, no todas las leyendas sitúan en el firmamento a los protagonistas de las constelaciones como forma de homenaje, sino que en algunas ocasiones también representa un gran castigo. ¡Hay que ver cómo se las gastaban estos dioses griegos!