El caso que os vamos a contar hoy es digno de uno de los libros del detective Sherlock Holmes.

En los últimos meses, 54 personas de diferentes rincones de Wisconsin han sido infectadas por Elizabethkingia anophelis, una bacteria muy frecuente en la naturaleza, que fue aislada en 2011 en los intestinos de un mosquito.

La enfermedad ha terminado ya con la vida de 15 personas, por lo que es muy importante localizar la fuente de la infección y ponerle fin. Sin embargo, no está resultando nada fácil, pues la bacteria parece ser muy escurridiza.

¿Cómo afecta esta bacteria a la salud humana?

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Una vez que esta bacteria infecta a una persona, se introduce en su torrente sanguíneo, causándole problemas como fiebre, dificultad para respirar, escalofríos y problemas en la piel. Además, en pacientes ancianos, con afecciones previas o inmunodeprimidos puede llegar a provocar sepsis y, con ella, la muerte.

La mayoría de pacientes que han muerto hasta el momento tenían más de 65 años y problemas previos de salud, pero no por eso deja de ser preocupante.

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¿De dónde ha salido la bacteria de Wisconsin?

Los pacientes infectados procedían de 12 condados diferentes de Wisconsin. Algunos vivían en centros de mayores, otros se encontraban ingresados en el hospital y otros tantos vivían tranquilamente en su casa, sin haber recibido atención médica en los últimos días.

Entonces, ¿de dónde viene la bacteria? Parece obvio pensar en el suministro de agua potable de Wisconsin, pero según declaró a Wired el director del Centro de Control de Enfermedades, ésta ya había sido analizada y no parecía haber rastro del microbio.

Esto ha llevado a que un grupo de científicos se conviertan en verdaderos detectives e interroguen de uno en uno a todos los afectados, buscando algún hábito común entre todos: consumo de alimentos, uso de cosméticos, visitas a un mismo lugar, lo que sea. Por desgracia, de momento estos cuestionarios no han dado ningún resultado, por lo que se hace necesario tener en cuenta otras vías de transmisión.

Como os dije al inicio, estas bacterias fueron aisladas del intestino de un mosquitos y, aunque no se ha podido demostrar que éstos sirvan de vector de la enfermedad, de momento lo mejor es no descartar al cien por cien ninguna posibilidad.

Hasta 80 investigadores están manos a la obra, en busca del foco de la infección. Es curioso como resultan necesarias tantas personas para buscar algo tan pequeño. Eso sí que es una verdadera aguja en un pajar. Esperemos que la encuentren.

Imagen de portada | Daniela Kloth / kloth-grafikdesign.de