Todos hemos jugado alguna vez a Piedra, Papel o Tijeras.

Especialmente de pequeños, pero también cuando ya somos adultos, este juego es una de las formas más democráticas y comunes de tomar decisiones y hacer repartos de tareas. ¿Quién pone la mesa? ¿Qué equipo saca al empezar un partido?  Da igual lo que sea, no hay dilema o discusión que no se pueda zanjar jugando a piedra papel o tijeras.

Y es que, si lo pensáis,  lanzar una moneda al aire es mucho menos emocionante que sacar tu decisión de detrás de la espalda a gran velocidad y esperando que tu compañero haya sacado el opuesto. Y bueno, ya si introduces el  “Piedra, Papel, Tijeras, Lagarto, Spock”  de la serie Big Bang Theory, la emoción está más que asegurada.  Al igual que la moneda, se supone que ganar o perder en este juego es cosa del azar, pero lo cierto es que nunca sacamos lo primero que nos pasa por la mente, sino que solemos madurarlo antes.

¿En qué consiste el juego de piedra, papel o tijeras?

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Vale, sí, dudo que haya alguien que no lo sepa; pero, por si caso, no está de más refrescarlo. Además, así será más fácil entender este estudio. Como sabéis, este juego es muy sencillo. Los dos jugadores esconden las manos detrás de la espalda y después de recitar al unísono la frase “piedra, papel o tijeras“, las sacan formando con los dedos una de esas tres opciones: el puño cerrado (piedra), la mano abierta (papel) o los dedos índice y corazón en forma de V (tijeras).

Para saber quién ha ganado, basta con tener en cuenta que la piedra gana a las tijeras, el papel vence a la piedra y la tijera hace lo propio con el papel.

¿Qué nos dice la psicología del piedra, papel o tijeras?

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Aunque lo suyo sería dejarse llevar por el azar, lo cierto es que no lo hacemos. Según un grupo de psicólogos que decidió adentrarse en los misterios de este juego, normalmente elegimos piedra. Aunque las causas no están claras, podría ser por la idea de robustez e invulnerabilidad que nuestro cerebro asocia a la roca.

Por otro lado, si repetimos la operación varias veces (cuando se decide hacer al mejor de tres) si hemos ganado mantenemos la misma opción, mientras que si hemos empatado o perdido, cambiamos por otra.

Para poder estar seguros de lo que afirman, estos científicos hicieron jugar a un grupo de voluntarios con una máquina, que sí que utilizaba el azar. De este modo, comprobaron que, curiosamente, las decisiones suelen ser cíclicas. Por ejemplo, si en la partida anterior perdían, tendían a bajar un escalón; es decir, sacar la opción a la que vencía la anterior, como tijeras después de piedra, por ejemplo. Sin embargo, si habían empatado, hacían todo lo contrario y subían un escalón, como tijera después de papel.

El descubrimiento de estas tomas de decisiones cíclicas no sólo resulta muy curioso, sino que también puede servir para predecir la forma de comportarse de las personas en otras disciplinas, como la política o la economía.

Quizás después de leer este artículo queráis usar todo esto en contra de vuestros oponentes, pero también debéis saber que, según el estudio, la mejor forma de ganar es usando el azar. De hecho, los mejores resultados contra la máquina los obtuvieron los niños pequeños, que son los únicos que sacan lo primero que les viene a la mente, sin dejarse manipular por su cerebro. Al fin y al cabo, ellos tienen cosas mucho más divertidas de las que preocuparse.