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La vacuna que podría proteger frente a un ictus

24 febrero, 2016 19:23

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Según las estadísticas, uno de cada seis españoles va a sufrir un ictus a lo largo de su vida. Posiblemente, el sedentarismo y la mala dieta asociados al estilo de vida típico de los tiempos que corren son la causa principal de esta incidencia. Sea como sea, este tipo de predicciones no están grabadas en piedra, por lo que la ciencia trabaja a conciencia para conseguir cambiarlas.

Este es el caso de un grupo de investigadores japoneses, que han diseñado una vacuna que podría servir para prevenir el ictus.

¿Qué es un ictus?

A grandes rasgos, un ictus es el resultado de una alteración repentina de la circulación cerebral, que desencadena el deterioro de las funciones asociadas a la zona del cerebro afectada. Esta alteración puede ser debida a la ausencia de riego en esa zona como consecuencia de un coágulo arterial o, por el contrario, a una hemorragia.

Por lo general suele darse en personas muy mayores, aunque cada vez es más frecuente que suceda en pacientes jóvenes con problemas de hipertensión.

Una vacuna para proteger al cerebro del ictus

Como os decía, este trastorno se presenta, por lo general, en pacientes hipertensos. Por eso, una vacuna que proteja al cerebro de las subidas de presión arterial podría prevenirlo muy eficientemente.

Esto es lo que han conseguido un grupo de científicos japoneses, que han presentado sus resultados en la Conferencia Internacional sobre el Ictus de 2016. Esta vacuna actúa directamente sobre la angiotensina II, una hormona conocida por provocar vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos) y que, por lo tanto, se asocia a la presión arterial alta.

Para llevar a cabo el estudio, inyectaron tres veces con la vacuna a un conjunto de 53 ratas, a las 4, 6 y 7 semanas de edad. Por otro lado, hicieron lo propio en otro conjunto de ratas; pero, esta vez, con un placebo.  A continuación se indujo el ictus en ambos grupos de roedores y se analizó su sangre. Como cabía esperar, las ratas a las que se les había administrado la vacuna produjeron un mayor número de anticuerpos frente a la angiotensina II (Anti-angII). Además, aunque su cerebro se había dañado, la gravedad y el número de neuronas deterioradas era mucho menor que en el grupo que había sido inyectado con placebo. Esta vacuna, además, es de larga duración, por lo que las ratas quedarían protegidas frente a futuros trastornos asociados a la hipertensión.

Aún queda mucho para que esta vacuna termine de perfeccionarse, aunque parece ser que van por el buen camino. De todos modos, mientras tanto, deberíamos intentar evitar hábitos tóxicos, mejorar nuestra dieta y practicar ejercicio. Quizás así también consigamos cambiar las estadísticas.

Vía: Infosalus