Alphabet acaba de firmar un acuerdo con compañías indonesias para llevar Project Loon al país en 2016.

Tres de las mayores compañías de telecomunicaciones de Indonesia firman un acuerdo con Alphabet (la ahora matriz de Google), para reestructurar parte de sus conexiones a Internet en los globos estratosféricos del Project Loon.

Project Loon consiste en el despliegue de una serie de globos estratosféricos con el fin de servir Internet a grandes zonas de población disminuyendo costos y aumentando la velocidad de las infraestructuras tradicionales, como os explicamos hace unos meses por aquí.

Project Loon está listo para despegar

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Indonesia es actualmente el país con la cuarta población más grande del mundo, distribuida en cientos de pequeñas islas, lo cual hace muy complicado construir y mantener las infraestructuras necesarias para llevar Internet a toda la población. De hecho, se estima que menos de un 20% de la población indonesia tiene actualmente acceso a la red mundial.

Es por eso, que Indonesia presenta para Alphabet un desafío a la altura de Project Loon en ese afán por llevar Internet a todo el mundo. “Si las pruebas van bien, será la señal de salida para comenzar la comercialización del servicio”, afirma Mike Cassidy, responsable del proyecto. Según el CEO de Telkomsel, las áreas que pretenden cubrir con los globos no podrían tener Internet de otra forma, dado que resultaría muy arriesgado o costoso con los métodos tradicionales.

Los globos de Project Loon están fabricados en un plástico similar al de las bolsas de basura comunes, y todo el arsenal electrónico responsable de brindar las comunicaciones es alimentado por un pequeño panel solar. El único control de movimiento que puede ejercer Alphabet sobre estos globos es su altitud, a través de este factor y ayudado por las corrientes de aire, estas bolsas pueden viajar hasta 10000Km y mantenerse perenne en un radio de acción de 500m del lugar objetivo. No pensamos quitarle el ojo de encima a Project Loon porque seguirá dando que hablar en los próximos meses.

Vía | MIT Technology Review