Lo nuevo del fabricante Kumho es un .

Esta idea no es nueva, y de hecho su compatriota en Corea del Sur, Hankook, ya presentó una gama de prototipos de neumáticos que eran capaces de transformarse en dos estados diferentes (por ejemplo, entre asfalto y tierra).

En cambio, Maxplo, la idea de Kumho, es algo más extrema: es un neumático que es capaz adaptarse a cualquier condición transformándose dependiendo de la situación.

Así funciona el neumático que se transforma de Kumho

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El neumático, que no tiene aire en su interior sino que está hecho de materiales que amortiguan los impactos de la misma manera, cambia entre diferentes configuraciones, desde asfalto seco a nieve.

Para evitar el aquaplaning (cuando el neumático pierde agarre en una superficie mojada al no poder evacuar toda el agua) el neumático Maxplo cuenta con surcos en 3D a lo largo de toda su superficie; estos han sido diseñados usando simulaciones del comportamiento del agua.

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Cuando salimos de la carretera y entramos en un camino de tierra, la parte interior se abre, haciendo el neumático más ancho para mejorar el agarre.

Por último, en situaciones de nieve o hielo el neumático saca clavos guardados en su interior. Además, cada neumático cuenta con un motor de hidrógeno, por lo que nuestro vehículo ganaría tracción en todas las ruedas en determinadas situaciones difíciles. Todo ello con un peso de apenas 12 kilogramos.

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Aunque es poco probable que vayamos a ver este neumático como tal en nuestros coches, los conceptos que presenta sí que llegarán a los neumáticos del futuro, o al menos esa es la intención de Kumho.