Lo típico es buscar siempre a la pareja perfecta, que comparte los mismos gustos que nosotros, con la que estamos de acuerdo y al fin y al cabo la que se parece a nosotros. Ya hace tiempo se vio que en cuanto a relaciones puede que dos personas opuestas se complementen como piezas de puzle, sin tener porqué ser iguales. ¿Pero y en el sexo? ¿Es mejor alguien con nuestros mismos gustos o con gustos diferentes? Intuitivamente la mayoría diríamos que iguales, más probabilidad de acertar y que los gustos de ambos queden cubiertos, de que haya más compenetración y se compartan los placeres similarmente. ¡Pues nos equivocaríamos! El estudio de hoy nos lo muestra….

El estudio:

En este estudio publicado en la revista “Personality and Social Psychology Bulletin” se evaluaron preferencias sexuales similares y preferencias sexuales complementarias, viendo como estas se asociaban con la satisfacción sexual y la compatibilidad. Por ejemplo preferencias sexuales similares sería que ambos fueran dominantes en la cama o que a ambos les gustara el sexo oral. Se considera complementario por ejemplo que a uno le guste estar encima y al otro debajo. Se entrevistó a 304 parejas heterosexuales de entre 18 y 65 años. Dentro de este grupo había parejas comprometidas, casadas o solo saliendo. Había desde parejas que llevaban juntas un mes hasta aquellas que llevaban juntas más de 30 años.

Se les paso el Inventario de Actividad Sexual, este incluye preguntas sobre aspectos positivos y negativos de su vida sexual, fantasías, cosas que le gusta y no le gusta hacer a la pareja, etc… Al final calificaban el nivel de satisfacción general para la vida sexual con su pareja.

Los resultados mostraron que las preferencias complementarias correlacionaban con una más alta satisfacción con la vida sexual en pareja.

Visto así no es raro entender que si uno es dominante su pareja perfecta será un sumiso, si uno adora el sexo oral estará mejor con alguien a quien le guste darlo, si uno le gusta estar abajo estará mejor con alguien que disfrute estando arriba. ¡Uno se ahorra muchos problemas!

Otras ideas:

Es importante no confundir las preferencias con el deseo sexual, en esto estaremos de acuerdo en que debe ser similar para ambos miembros. Si el deseo o impulso sexual es diferente, una de las dos personas no estará cómoda con la frecuencia. Si uno tiene un deseo sexual muy alto y el otro bajo probablemente eso acabe creando conflictos.

El estudio también encontró algo interesante, parece ser que el mayor peso para la satisfacción en las relaciones de pareja está relacionado con el hombre, más que con la mujer. En concreto se encontró que cuando el hombre era capaz de predecir mejor lo que le gustaba a su pareja tanto ellos mismos como la pareja puntuaban mejor en satisfacción en las relaciones sexuales. Esto es otra prueba más a favor de los consejos de cualquier sexólogo: comunícate con tu pareja, hazle saber cuáles son tus preferencias, que te gusta y que no ya que, como veis, ¡eso aumenta la satisfacción en ambos miembros!

¡Así que ya sabes, tal vez que no le guste lo mismo que a ti sea una ventaja!

Fuente: Women´s Health.

Imagen: Flickr.