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¿A que velocidad máxima puede correr un ser humano?

31 mayo, 2013 08:56

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Para algunas personas correr es una afición agradable, mientras que para otros es algo similar a una tortura física. Sin embargo, el atletismo es uno de los deportes más vistos de las Olimpiadas. A mucha gente le suena el nombre de Usain Bolt, atleta que ostenta el récord de velocidad en 100 metros lisos, realizándolos en 9.58 segundos. No cabe duda de que es una gran hazaña, pero podemos preguntarnos ¿cuál es la máxima velocidad que puede alcanzar corriendo un ser humano? ¿De qué depende este límite de velocidad?

Entre los científicos existen diferentes expertos en locomoción humana que han tratado de responder estas preguntas, no solo aplicables al ser humano. Por ejemplo en un documental se comenta que un guepardo es capaz de recorrer 100 metros en 6 segundos (es decir, acabaría ganando a Bolt en una carrera). El dato es obtenido mediante la medición precisa de la anatomía del animal, teniendo en cuenta diversos factores como la circulación sanguínea y la masa muscular.

Si tenemos en cuenta estos factores obtendremos una velocidad máxima diferente en cada persona, que aumentaría a medida que entrenáramos. Si realmente queremos saber a qué velocidad máxima puede correr un ser humano, lo mejor sería entrenar a varios para que corran lo más rápido posible y comprobar sus límites. Esto es realmente sencillo cuando existe gente que dedica su vida a esta tarea: el atleta olímpico.

En un estudio realizado por el biólogo Mark Denny en 2008 se analizaron los récords anuales en las carreras de 100 metros lisos desde 1900 hasta 2008. Si se calcula la velocidad y se representan en una gráfica podremos ver algo muy interesante.

A medida que pasan los años la velocidad récord ha ido aumentando, pero llega un punto en el que no puede subir más. Matemáticamente podemos realizar una curva que encaje con los resultados y saber cuál es esta velocidad máxima. Denny afirma que el ser humano no puede correr 100 metros lisos en menos de 9.48 segundos, solo 0.10 segundos menos que el récord de Bolt. Si se convierte veremos que es una velocidad aproximada de 40 kilómetros por hora.

Hay que tener en cuenta que la velocidad obtenida es la de una carrera de 100 metros lisos. Aunque esta sea la carrera más corta del atletismo, cabe la posibilidad de que en los primeros 10 metros se alcance la velocidad máxima y luego todo sea bajada ligera de la velocidad por cansancio. Por eso esta medida es aproximada, si queremos una mejor medida debemos entender mejor qué es correr.

En deporte, se define correr como dar un paso en el cual ninguna extremidad está tocando el suelo. Dicho de otro modo, correr es dar pequeños saltos de manera coordinada con cada pierna.

En 2011, un equipo de investigadores dirigido por el biomecánico Peter Wallard comprobó en un estudio que la velocidad que alcanza un corredor está relacionada con la fuerza con la que se impulsa hacia arriba cuando salta: a mayor fuerza de salto más velocidad puede alcanzar. Es fácil hallar cuanta es la fuerza máxima que pueden soportar nuestras piernas sin romperse,y si hacemos las cuentas obtenemos que la velocidad máxima que puede soportar un ser humano son aproximadamente 69 kilómetros por hora. A esa velocidad seríamos capaces de correr 100 metros lisos en 5.18 segundos (y adelantar al guepardo). Si corriésemos a una velocidad superior, nuestras piernas no aguantarían y se romperían.

Pero eso no es todo. Correr no es ir dando saltos continuados, importan otros factores como el ritmo, la coordinación entre las dos piernas, la dureza del terreno por el que se corre e incluso la longitud de las piernas del corredor. Todos estos factores corrigen y disminuyen la velocidad máxima calculada a partir de la fuerza de las piernas. Si usamos estos factores volvemos a obtener la velocidad calculada anteriormente de 40 kilómetros por hora.

Aunque esta velocidad sea nuestro límite, no significa que el ser humano pueda correr más rápido si contamos con ayuda externa. Bajo esta teoría sería posible fabricar prótesis que aumenten la fuerza de nuestras piernas y por tanto nuestra velocidad (ya hay una armadura que hace esto). Por eso, los atletas del futuro quizá no sean como los actuales y superen todas las barreras de la velocidad humana. Después de ver a Oscar Pistorius en las Olimpiadas de Londres corriendo con sus prótesis quedan más claras las ventajas de la tecnología. Quizá no adelantemos al guepardo corriendo “desnudos”, pero siempre podemos construir algo que nos ayude a lograrlo.

 

Fuente| Popular Science

Imágenes | Runfitners, Ateos del deporte