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Curiosidades cerebrales (I): ¿Un golpe en la nuca puede dejarnos ciegos?

4 enero, 2012 13:00
Hoy empezaré a contaros algunas de las curiosidades sobre las lesiones en nuestro cerebro en 4 pequeños artículos. Empezaremos por el lóbulo occipital, situado en la nuca.

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En la nuca, o zona posterior de nuestra cabeza, encontramos los lóbulos occipitales (tenemos 2 hemisferios cerebrales, y por tanto dos lóbulos de cada tipo, uno a cada lado). Si se lesiona uno de los dos lóbulos, sufriremos una hemianopsia contralateral (falta de visión en la zona externa de un ojo, e interna del otro; si se lesiona el lóbulo izquierdo, se lesionara la zona externa del ojo derecho y la zona interna del ojo izquierdo)

Por otra parte, si se lesiona solo el lóbulo izquierdo, sufriremos alexia (perdida de la capacidad de leer), anomia colors (incapacidad de identificar un color), agnosia para los objetos (no podremos identificar objetos conocidos) y afasia (trastorno del lenguaje).

Si la lesión es en el lóbulo derecho, sufriremos desorientación, falta de identificación para los objetos en posición inhabitual (por ejemplo, una silla al revés), acromatopsia (solo se perciben los colores blanco y negro) y prosopagnosia (no reconoceremos las caras de la gente).

Por último, y haciendo referencia al título, si el golpe o traumatismo afecta a ambos lóbulos, izquierdo y derecho, sufriremos ceguera cortical (solo se ve un poco de luz, nada más) y además también se sufrirá prosopagnosia (no reconocimiento de las caras de la gente), simultagnosia (no podremos identificar dos estímulos visuales a la vez), y lo más interesante, anosognosia o negación de esta ceguera. El paciente que sufre la lesión se inventara literalmente lo que está viendo, negando así su ceguera; solo podrá ver una pequeña luz pero irá contándonos lo que está viendo como si fuera real.

Además de todo esto, en la afectación de ambos lóbulos occipitales, también se puede llegar a sufrir el síndrome de Balint, donde encontramos una apraxia óptica o fallo para dirigir la mirada en una dirección cuando lo pide el médico, pero si pudiendo hacerlo de forma espontanea sin ordenes de por medio.