Se llama Bloodhound SSC y es el vehículo terrestre más potente que se ha creado jamás.

Aunque las siglas SSC vienen de SuperSonic Car, el Bloodhound tiene poco de “coche”, así que preferimos llamarlo vehículo. Se ha presentado en sociedad en Londres y pretende batir todos los récords de velocidad.

El Bloodhound SSC es el resultado de ocho años de investigación, diseño y desarrollo en el que se han involucrado más de 300 empresas de todo tipo y otras tantas universidades. Con unos 13.5 metros de longitud, sus motores a reacción y cohetes producen un empuje de 135.000 CV de potencia.

Alcanzará una velocidad de 1.600 kilómetros por hora, con la máxima seguridad

Para hacernos una idea, es siete veces la potencia de todos los coches que componen la parrilla actual de Fórmula 1, combinados. En su construcción, la aleta superior de 2 metros juega un papel fundamental para aportar estabilidad a alta velocidad cuando los motores a reacción Rolls-Royce EJ200, el motor Jaguar V8 y el cohete Nammo se pongan a máximo rendimiento.

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El Bloodhound SSC es una maravilla de la ingeniería en la que tampoco se ha escatimado en tecnología. Su creadores afirman que quieren batir todos los récord de velocidad, sí, pero con la máxima seguridad.

Por ello, la cabina del piloto está compuesta por un monocasco enorme de una sola pieza y el interior no tienen nada que envidiar a una nave de las películas de ciencia ficción. Mandos digitales y analógicos, tres sistemas independientes de frenado, 7 extintores y más de 500 sensores que se encargan de mandar a los ingenieros toda la información de lo que está ocurriendo.

Su primera “carrera” será el próximo año en Sudáfrica y, aunque el vehículo está expuesto en Londres, todos los intentos de récord serán retransmitidos y grabados por las 12 cámaras que se han incluido en su carrocería de fibra de carbono y en el interior.

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Web oficial | BloodHound