Es el momento de Microsoft. Es el momento de cambiar la manera de hacer las cosas, de buscar nuevos caminos. Puede que llegue algo tarde respecto a la competencia, pero es mejor que quedarse quieto y esperar que los mismos trucos que funcionaron durante décadas sigan funcionando ahora. En ese sentido tiene que entenderse la reestructuración de la compañía, un auténtico movimiento de sillas que ha terminado con una “nueva” Microsoft. Pero, ¿habrá alguna diferencia?

Esta reorganización empezó con la marcha de Don Mattick, responsable hasta hace no mucho de la división de Xbox, que tantos quebraderos de cabeza ha dado a la compañía en los últimos meses con el anuncio de Xbox One. Su “huida” a Zynga dejó un hueco abierto, que temporalmente fue cubierto por el mismísimo Steve Ballmer, pero estaba claro que era una situación que no podía seguir durante mucho tiempo. Por tanto, Microsoft ha aprovechado para mover de sitio y de tamaño sus departamentos, fusionarlos y eliminarlos según la demanda actual.

El resultado es “Una Microsoft”, según la propia compañía. Un organigrama en el que no hay divisiones, en el que todos trabajan con el mismo objetivo. Hasta ahora, la gente que pertenecía a la división de Windows no tenía nada que ver con la de Xbox o incluso con la de Windows Phone. Eso ha cambiado, y nos dice mucho de cómo piensa enfrentarse la compañía al futuro de la informática y las nuevas tecnologías.

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Por ejemplo, Windows, Windows Phone y el sistema operativo de Xbox One ahora pasan a formar parte del mismo departamento. Esto da mas fuerza a los rumores que indicaban que los sistemas para PC y para dispositivos móviles pasarán a tener la misma base. Es decir, un solo sistema operativo para gobernarlos a todos, ya estemos hablando de ordenadores, smartphones o consolas. Ya hemos visto como las tres versiones del sistema operativo actual cuentan con una interfaz de diseño muy similar, y esto es de esperar que se acentúe en el futuro, con una única interfaz y un único código para cualquier producto.

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El hardware también recibe una fusión parecida, ya que Xbox, Surface y los accesorios para PC ahora pasan a formar parte del mismo conglomerado, aunque es de esperar que Xbox One y sus rediseños y sucesoras sean las grandes protagonistas del departamento. Es poco probable que Surface reciba mucho mas cariño por parte de Microsoft, después de haber ahuyentado a los fabricantes de tablets al ver que no podían competir con un producto del creador del SO. En lo que respecta a los accesorios, no esperamos mucho aparte de la nueva versión de Kinect para PC. Atrás quedaron los tiempos de Sidewinder y los buenos ratones y teclados.

Otros departamentos interesantes son los relacionados con la nube y los servicios, así como una apuesta mas agresiva por el marketing. Por supuesto, la pregunta que todos tenemos es si esto será suficiente para hacer que la compañía vuelva a ser la que era. La respuesta es que es poco probable, pero es que, para bien o para mal, la Microsoft de los 90 no va a volver nunca, y eso es un hecho que haríamos bien en no olvidar. Lo único a lo que puede aspirar Microsoft es a encontrar su lugar en el nuevo mercado, y centralizar sus esfuerzos y dividir sus departamentos de la manera mas sabia posible es un buen comienzo.

Fuente | Microsoft