Lunar Trailblazer de la NASA

Lunar Trailblazer de la NASA Lockheed Martin Space Omicrono

Aviación y Espacio

La NASA se despide del satélite Lunar Trailblazer perdido en el espacio profundo: "estamos profundamente decepcionados"

Se da por concluida la misión lunar iniciada en febrero tras meses intentando recuperar el contacto con el Lunar Trailblazer que iba a estudiar el agua lunar.

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Un pequeño detalle durante un lanzamiento espacial puede tirar por tierra años de desarrollo y trabajo en una nave espacial. Durante meses, la NASA ha tratado de recuperar por todos los medios un pequeño satélite, Lunar Trailblazer, que debía mapear el agua lunar. Esta semana la agencia espacial ha confirmado que la sonda se ha perdido y va camino del espacio profundo.

Lunar Trailblazer salió de la Tierra en la segunda misión de Intuitive Machines, IM-2. El despegue se llevó a cabo el pasado 27 de febrero, desde Florida (Estados Unidos) y a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX. El objetivo era estudiar recursos naturales de la Luna. Sin embargo, y al igual que ocurrió con Odysseus en el anterior intento, al llegar al satélite el alunizaje no fue como se esperaba.

El módulo Athena llegó a la superficie de la Luna el 6 de marzo, pero apoyada sobre un costado, complicando la labor encargada a sus instrumentos. Por su parte, el pequeño satélite se separó del cohete, como estaba previsto, unos 48 minutos después del lanzamiento para iniciar su vuelo independiente a la Luna.

Athena a su llegada a la Luna.

Athena a su llegada a la Luna. Intuitive Machines Omicrono

Estamos profundamente decepcionados de que nuestra nave espacial no haya llegado a la Luna, pero los dos instrumentos científicos que desarrollamos, al igual que los equipos que reunimos, son de primera clase”, declaró Bethany Ehlmann, investigadora principal de la misión en Caltech.

Explica la NASA que la labor de este satélite era crear mapas como apoyo a la futura exploración robótica y humana de la Luna, así como los intereses comerciales. También habrían contribuido a la comprensión de los ciclos del agua en cuerpos sin aire de todo el sistema solar.

Para ello, el JPL construyó el espectrómetro de imágenes y la Universidad de Oxford en Reino Unido se encargó del Mapeador Térmico Lunar, entre otros equipos. Parte de esa tecnología se conservará en el Espectrómetro de Imágenes Ultracompacto para la Luna (UCIS-Moon), que se utilizará para un futuro vuelo orbital.

Meses de esperanza

En un primer momento, los operadores de la misión en el IPAC de Caltech, en Pasadena, fueron capaces de establecer comunicación, pero esta se perdió al día siguiente. Sin el contacto, el equipo no pudo realizar las operaciones de propulsión necesarias para mantener el trayecto hacia la Luna.

“Si bien no fue el resultado que esperábamos, experiencias en misiones como Lunar Trailblazer nos ayudan a aprender y a reducir el riesgo de que futuros satélites pequeños y de bajo costo realicen ciencia innovadora mientras nos preparamos para una presencia humana sostenida en la Luna" ha dicho Nicky Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas en Washington.

El cohete Falcon 9 que lleva el módulo de aterrizaje lunar IM-2 de Intuitive Machines.

El cohete Falcon 9 que lleva el módulo de aterrizaje lunar IM-2 de Intuitive Machines. SpaceX Omicrono

Los datos limitados que el equipo de la misión había recibido de Lunar Trailblazer indicaban que los paneles solares de la nave espacial no estaban orientados correctamente hacia el Sol, lo que provocó que sus baterías se agotaran.

El equipo ha pasado todos estos meses tratando de recuperar la conexión con el pequeño satélite, incluso, ha contado con la ayuda de organizaciones colaboradoras de todo el mundo que han tratado de escuchar la señal de radio de la nave espacial y rastrear su posición. "El apoyo de la comunidad global nos ayudó a comprender mejor la rotación, la orientación y la trayectoria de la nave. En la exploración espacial, la colaboración es crucial; esto nos brindó la mejor oportunidad para intentar restablecer el contacto” ha dicho Andrew Klesh, ingeniero de sistemas del proyecto Lunar Trailblazer.

El radar terrestre y las observaciones ópticas indicaron que la Lunar Trailblazer giraba lentamente mientras se adentraba en el espacio profundo. Aunque esta frase puede parecer el final, la NASA no se dio por vencida, descubrieron que los paneles solares podían recibir más luz solar y esperaban que las baterías de la nave se cargasen para poder activar la radio.

Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, Lunar Trailblazer se distanciaba más y la señal de telecomunicaciones era más débil como para recibir o dar órdenes desde Tierra. Esta última semana, la NASA ha informado del cierre definitivo de la misión.