
JF-17 de Pakistán
Por qué Pakistán confía en los cazas de China para protegerse frente a India: aviones ligeros armados con misiles nucleares
Islamabad y Pekín mantienen una estrecha relación de colaboración en la que se incluye el desarrollo de cazas y armamento compatible con las aeronaves.
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La situación entre India y Pakistán se encuentra en un punto crítico. Tras el atentado en Cachemira a finales del mes pasado, la tensión entre ambos países ha ido incrementándose hasta el punto de que Pakistán promete responder al ataque con misiles de India pese al riesgo de una "guerra total" entre dos potencias nucleares. Desde Nueva Delhi e Islamabad, las dos capitales, se ha ordenado la realización de numerosas maniobras militares para demostrar al adversario sus capacidades, con el perpetuo telón de fondo de un posible conflicto nuclear y la aviación militar preparándose para el siguiente escenario.
Y es que estos dos países se encuentran dentro del top 10 con las flotas de aeronaves más numerosas del mundo —algo que no quiere decir que sean las más avanzadas—, con India en el cuarto y Pakistán en el séptimo lugar. Mientras el primero ha apostado por sistemas occidentales, los segundos se han alineado con el armamento chino que poco a poco van recibiendo.
En particular, los cazas más modernos de Pakistán son los JF-17 Thunder (Trueno), de los que ya ha incorporado 123 unidades en servicio y espera recibir 35 más, y los J-10C, con 20 unidades operativas y 5 a la espera, según datos del World Air Forces Directory. Ambos modelos son de origen chino, lo que supone un desmarque respecto a los Mirage franceses y los F-16 estadounidenses que también tienen activos en la actualidad y desde hace algunas décadas.
Así es el JF-17 Trueno
El caza JF-17 es un caza creado a medio camino entre la compañía china Chengdu Aircraft Corporation (CAC) y la Pakistan Aeronautical Complex (PAC). Se trata de un desarrollo conjunto que nació con el objetivo de crear una plataforma barata, capaz y compatible con las sanciones económicas que Estados Unidos impuso a Pekín a raíz de lo sucedido con las protestas en la plaza de Tiananmen en 1989.
Justo antes de eso, EEUU y China se encontraban trabajando juntos en la actualización del caza Chengdu F-7 del que Pakistán iba a beneficiarse de forma importante al contar con ese modelo de aeronave en su flota. Con las relaciones entre Pekín y Washington D.C. muy deterioradas, a principios de los 90 Islamabad firmó un memorando de entendimiento para llevar a cabo ese mismo proyecto junto a los ingenieros de la compañía Chengdu.

JF-17 en pista con varios pod debajo de las alas
De esa forma quedó inaugurada una alianza que todavía permanece en la actualidad y que ha supuesto un punto de inflexión para las capacidades aéreas de Pakistán. El primer vuelo de la aeronave se registró en agosto de 2003 y comenzó a fabricarse en 2007 en China y a principios de 2008 en Pakistán.
El buen rendimiento obtenido con el caza sirvió para que Pakistán apostara por continuar con la saga desarrollando versiones cada vez más modernas. De esta forma, un modelo JF-17 Block II comenzó a fabricarse a finales de 2013 mejorando la aviónica, incrementando la capacidad de carga, la transmisión de datos y las capacidades para la guerra electrónica.
En 2015, Janes publicó que se estaba trabajando en una tercera versión, denominada Block III, que incorpora elementos clave como un radar de apertura sintética, cascos avanzados para los pilotos y sistemas de búsqueda y seguimiento de objetivos. Ya en 2020, se supo que Rusia se encontraba trabajando en el desarrollo de una nueva planta motriz para el caza que mejorara las especificaciones y envolvente de vuelo.
La aeronave mide 14,2 metros de largo por 9,44 de envergadura y tiene un peso máximo al despegue de 13 toneladas. Se trata, por tanto, de una aeronave extremadamente ligera si se compara con los cazas avanzados como puede ser un Eurofighter y sus más de 20 toneladas. De la propulsión, en el caso pakistaní, se encarga un motor Klimov ruso que le confiere una velocidad máxima de 1.300 km/h y un techo de vuelo de 16.000 metros, según datos oficiales.

Caza JF-17 de exhibición
Sin embargo, donde verdaderamente destaca el JF-17 es en la larga lista de munición compatible. Esta característica la consigue gracias a ser, en esencia, un modelo de origen chino con una amplísima panoplia disponible para todo tipo de bombas y misiles.
La situación tan preocupante en Cachemira ha provocado que China y Pakistán aceleren los planes de integración del misil PL-15 de largo radio a bordo de los JF-17. Hace sólo unos días, se publicaron las primeras imágenes de la munición integrada en los cazas como parte de un contrato de más de 1.000 millones de euros por el que Pekín suministra 240 de estos misiles a Islamabad, además de otras adquisiciones como los cazas J-10.
Según recoge Army Recognition, estos misiles son compatibles con un máximo de 70 cazas JF-17, ya que necesitan estar actualizados a la versión Block III antes mencionada. Tampoco se conoce su rendimiento real a bordo de las aeronaves pakistaníes, ya que su operación podría estar limitada por el radar que equipan, lo que podría dar un rango de acción de unos 100 kilómetros. Asimismo, según algunos analistas, el JF-17 también tendría capacidad de lanzar misiles nucleares en operaciones aire-superficie.
Dragón Vigoroso
Además del JF-17 Trueno, Pakistán también opera el J-10C. Apodado Dragón Vigoroso, se trata de un caza multipropósito desarrollado en China en los años 80 con el objetivo de competir con el F-16 estadounidense y el MiG-29 soviético.
El caza Chengdu J-10 en acción
Desde entonces y hasta la llegada del J-20, el J-10 se ha convertido en el principal caza multipropósito del PLAAF, con capacidad de ataque aire-aire y aire-superficie, continuas actualizaciones y cerca de 600 unidades operativas en sus diferentes versiones. Entre ellas, el J-10CE es la versión de exportación, desarrollada exprofeso para su venta a Pakistán en 2021 y de las que tiene en activo 20 unidades.
El peso máximo al despegue del J-10 es de 19.227 kg, y su actual planta motriz es un motor WS-10B turbofán de postcombustión. Este le permite alcanzar una velocidad máxima de Mach 1,8 (el equivalente a 2.222 km/h). Cuenta con una gran capacidad para combustible, tanto interna como con depósitos externos, que elevan su autonomía hasta los 1.850 km, aunque su alcance de combate se reduce hasta los 550 km. Su techo de vuelo está a los 18.000 metros, con una velocidad de ascenso de 300 m/s.
El apartado en el que destaca este caza multipropósito es el arsenal que consigue integrar en su fuselaje. Su arma principal de superioridad aérea es un cañón Gryazev-Shipunov GSh-23, al que se unen 11 anclajes para distintos tipos de misiles y bombas, con una capacidad de hasta 5.600 kg.
Entre los misiles aire-aire que puede lanzar destacan el PL-10 y el PL-15. El primero es un misil de corto alcance guiado por infrarrojos, con un alcance de 20 km, motor de combustible sólido controlado por vector de empuje y la capacidad de rastrear objetivos más allá de las capacidades del radar de la aeronave. El segundo es un misil de largo alcance, con un rango superior a los 300 km, un radar AESA para localizar objetivos y motor cohete de doble impulso.

El caza multipropósito Chengdu J-10 Omicrono
En la actualidad, Pakistán también opera varias unidades de los cazas franceses Mirage III y Mirage V compatibles con el armamento nuclear. Asimismo, dispone de los estadounidenses F-16 provenientes de las primeras generaciones del aparato. Todos estos modelos occidentales con varias décadas a sus espaldas y pendientes de sustitución