Martín-Loeches, neurocientífico español, lo confirma: "Tengo claro que la IA nos va a superar en inteligencia"
Explica que los seres humanos tienen picos de rendimiento en función de su cansancio y de su estado de ánimo, factores que no afectan a los algoritmos.
Según el experto en el cerebro Manuel Martín-Loeches, todavía no es más inteligente que los humanos porque carece de nuestra creatividad y de nuestra manera de sentir. En cambio, se muestra convencido de que "en unos años nos va a superar en inteligencia".
De hecho, aunque se la denomine como "artificial", este experto dice que ya es "verdadera inteligencia porque lo que se está haciendo ahora es decirle a estos algoritmos que aprendan como aprendemos los humanos, pero lo hacen sin esfuerzo y en menos tiempo".
En cambio, los algoritmos de IA no necesitan descansar y no tienen una vida privada que compaginar con el trabajo, por lo que, "al no fatigarse ni necesitar comer, seguramente requerirán mucho menos tiempo para procesar la misma información".
Martín-Loeches, catedrático en Psicobiología y neurocientífico cognitivo, ha hablado con el divulgador Jon Hernández durante casi dos horas para reflexionar sobre cuál será el alcance de la inteligencia artificial y sus posibles consecuencias.
"El objetivo inicial de su implementación fue programar las máquinas para generar algoritmos estáticos que lo que hacían era intentar imitar cómo es la inteligencia humana en el sentido de cómo tomo decisiones".
"Es decir, decidir entre las opciones A, B y C cuál tiene menos coste y cuál tiene más beneficios", aclara. Pero revela que actualmente está siendo inteligencia real, porque lo que está haciendo es "imitar cómo aprenden los humanos".
Históricamente, "cada vez que ha habido una innovación (como la escritura o las calculadoras), ha habido detractores que temían un menoscabo de las capacidades humanas, pero al final, estas herramientas nos han permitido "ir más hacia delante y mejorar el conocimiento de la especie", sostiene.
La visión de Martín-Loeches, por lo tanto, es bastante optimista, pero es un hecho que esta revolución tecnológica va a suponer que todo el mundo tenga que adaptarse lo más rápido posible, como ocurrió con la llegada de la Imprenta, de internet o de los smartphones.