La seguridad del coche autónomo de Uber se ha puesto en duda después de haberse saltado un semáforo.

Es inevitable que los coches autónomos reciban un trato más duro de parte de la prensa, las autoridades y la ciudadanía; representan la idea de perder el control sobre lo que estamos haciendo, aunque sean mucho más seguros que conducir por nuestra cuenta.

Por ejemplo, ¿cuántas veces has visto a alguien saltarse un semáforo en rojo? Demasiadas para contarlas. Sin embargo, ahora un coche autónomo se lo salta y se convierte en un escándalo. Ese es el desafío que aguarda a esta tecnología.

El coche de Uber no hace amigos en San Francisco

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Los hechos han ocurrido en San Francisco, donde ayer se anunció que Uber iba a iniciar nuevas pruebas con su coche autónomo; pese a algunas dudas sobre la legalidad de las pruebas, parecía una buena noticia para el proyecto.

Sin embargo, el coche no pudo terminar su primer día sin problemas. Como demuestra un vídeo grabado por un taxi de la ciudad, el coche de Uber se saltó un semáforo que estaba en rojo; y todo pese a que el semáforo claramente primero se pone en amarillo y el taxi para.

Parece como si el coche simplemente siguiese a los que consiguieron pasar en amarillo; todo ello sin fijarse en el semáforo ni en las indicaciones “Keep Clear” de la carretera para dejar espacio hasta el paso de cebra. Justo a continuación, un peatón pasa por el paso de cebra; una historia que podría haber terminado mucho peor.

Pocas horas después, ocurría un segundo incidente; el coche de Uber se saltaba otro semáforo, esta vez en una intersección.

Por qué la seguridad del coche autónomo de Uber es el menor de sus problemas

Sin embargo, la compañía ha reaccionado rápidamente asegurando que en realidad no es culpa de su sistema autónomo. Según Uber, cuando se produjeron los incidentes el coche estaba siendo conducido manualmente por sus empleados.

La compañía aprovecha para recordar que está desarrollando este sistema precisamente para evitar estos “errores humanos”. Los empleados han sido suspendidos temporalmente hasta que se averigüe qué es lo que ocurrió.

Sea verdad o no, ya poco importa porque el debate ha sido abierto. También es casualidad que los dos empleados se saltasen semáforos en el mismo día, y eso no va a ayudar a la causa de Uber.

Pero tal vez más preocupante para la compañía sea su relación con las autoridades; el gobierno de California ya ha contactado con Uber para recordarle que necesita un permiso para probar coches autónomos, un permiso que será más difícil de conseguir si la opinión pública se pone en contra de los coches autónomos.