El potencial de la Nintendo Switch parece más claro conforme pasan las horas, y eso que no lo sabemos aún todo de la consola.

Aún sufrimos algo de resaca después de la presentación ayer de la Nintendo Switch; nuestro cerebro aún está encajando el puzle, aunque falten piezas porque Nintendo no lo ha contado todo aún.

Sabemos lo básico, que la Switch es una consola híbrida que puede ser usada en la sobremesa o como portátil; la clave está en el diseño modular de la consola. Gracias a esto, podemos cambiar el dispositivo como necesitemos.

El potencial de la Nintendo Switch, demostrado

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En realidad la Switch, el dispositivo en sí, es una especie de tablet con su propia pantalla. Cuando está en formato de sobremesa, los controladores de la Switch se unen usando un adaptador para convertirse en un mando.

Mientras tanto, la Switch permanece acoplada a un dock, que no añade ninguna funcionalidad; sólo se encarga de recargar la batería de la tablet y enviar la señal de vídeo y audio al televisor.

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Cuando queramos seguir jugando en otro sitio, desconectamos los controladores del adaptador central, y los conectamos a la Switch. De esta manera podemos seguir jugando donde queramos.

Pero, ¿Y si la modularidad de la Switch fuese más allá? Como el dispositivo no es más que un rectángulo con puertos, es muy posible que Nintendo esté desarrollando módulos adicionales.

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Por ejemplo, sería muy fácil desarrollar un controlador personalizado para cada tipo de juego. No tendría que ser el mando completo, sólo un lado, para controlar el precio.

Imagináos que cada juego sea capaz de incluir su propia mitad del controlador, personalizada según la jugabilidad. Un shooter podría incluir un gatillo más grande, un juego de coches podría incluir un gatillo con más recorrido, etc.

Ryan Salamanda ya publicó en Twitter un concepto semejante; aunque lo publicó el agosto pasado, la semejanza con el resultado final es notable.

El diseño modular de Switch es un gran baza

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No todos los juegos tendrían que incluir su propia mitad del controlador, claro. La idea es que la mayoría de los juegos se controlen con el mando por defecto; y si queremos algo más, está el nuevo mando Pro.

Pero seguro que juegos como Yokai Watch o Pokémon ganarían mucho con este añadido. La consola virtual también podría mejorar; si jugamos a un título de Gamecube, podríamos usar un controlador que imitase la posición de sus botones.

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El diseño modular no pararía ahí. ¿Os habéis fijado en que el tráiler de la Switch no mostró nada de juego online? Sólo se mostró Splatoon en un estadio de eSports, pero seguro que la consola debe tener algún tipo de conectividad.

El obstáculo del éxito de la Switch es la propia Nintendo

Una posibilidad es que Nintendo lance módulos para mejorar la consola; por ejemplo, podría lanzar un módulo 3G o 4G para jugar online donde queramos.

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Sin embargo, por ahora todo esto son elucubraciones, porque estamos obligados a hacerlas. Además, también se ha confirmado que la Switch no podrá leer las tarjetas de Nintendo DS; y por supuesto, no podrá leer los discos de Wii U. Por lo tanto, la retrocompatibilidad se quedará reducida a lo que podamos descargar de la eShop.

Nintendo ha anunciado que hasta 2017 no sabremos más de la consola, y este aura de secretismo puede hacer mucho daño a una consola con semejante potencial.