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Omicrono

Prince, la estrella del firmamento a la que Internet se le quedó pequeño

La muerte de Prince ya es oficial, y ha dejado rota a la comunidad de Internet. Es un buen momento para recordar la influencia que tuvo el artista en la red

21 abril, 2016 20:18

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La muerte de Prince es un buen momento para recordar su tormentosa relación con Internet, de cómo una estrella tan grande sintió la necesidad de brillar independientemente del resto del cielo.

Prince Rogers Nelson, el “artista antes conocido como Prince”, fue un cantante y autor que dejó marcadas a millones de personas en todo el planeta durante cuatro décadas seguidas.

Su estilo ultra-personal e inconfundible pese a sus constantes cambios de personalidad, sus canciones que se metieron en las mentes de jóvenes y mayores, sus polémicas constantes… todo eso era Prince, y absolutamente nadie querría lo contrario.

Un genio cambiante que era toda una religión

Prince fue Prince en cada segundo de su vida, siempre brillando, siempre cambiante y al mismo tiempo siempre el mismo, como un ser polimórfico que parecía diferente dependiendo del ángulo en el que lo vieses. Tenía más nombres que camisas, pero al fin y al cabo, Prince era Prince.

Entonces llegó Internet, una Internet repleta de aficionados a su música, a su estilo y a su vida. Qué digo aficionados, auténticos creyentes fieles a la religión que era Prince, que gracias a la red podían compartir sus obras y adorar su figura. Pero a Prince no le valía esta experiencia de terceros.

Sólo puede haber un Prince, y sólo puede haber una manera de disfrutar de su obra, y es como él quiere. Esto no es una crítica, querido lector, es un halago. Poca gente a lo largo de la historia de la música ha sido capaz de sentirse tan posesiva y perfeccionista con su obra.

prince 3

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Ver un directo grabado con una cámara de mano no es una experiencia aprobada por Prince. Pero, afortunadamente o lamentablemente, Prince es un nombre, no un título, y el mundo tenía derecho a verle como él no quería.

No es porque no lo intentase, por supuesto. En 2007, Prince inició una cruzada particular contra Youtube, eBay y The Pirate Bay por fomentar que sus canciones fuesen compartidas por millones de usuarios de la red. Una de las frases más polémicas del artista, y eso es decir mucho, fue:

“[Youtube y eBay] claramente son capaces de filtrar porno y pedofilia, pero parece que eligen no filtrar la música desautorizada y contenido cinematográfico que es el núcleo de su negocio”.

Para Prince, era una locura que, aunque se borrasen los vídeos no autorizados, al día siguiente apareciesen cientos más. Él fue el primer gran artista en luchar contra Google, pero ni siquiera él pudo hacer nada contra este imperio y hoy en día es fácil encontrar sus canciones y videoclips en toda la web.

Prince contra Internet

El otro blanco de las iras de Prince fueron sus propios aficionados. Cualquier uso de cualquier cosa relacionada con Prince estaba prohibido, algo que hoy en día provoca más carcajadas que otra cosa. Hoy tenemos la seguridad de que hay un límite a lo que puedes controlar en Internet, no puedes barrer toda la red y eliminar todas las imágenes de un artista, por ejemplo.

Pero eso fue justo lo que Prince y sus abogados intentaron, como denunció la plataforma Prince Fans United. Todas las fotografías, cubiertas de CD, vídeos, letras de canciones, cualquier cosa que pudiese recordarnos mínimamente a Prince era “vulneración de copyright” según sus abogados. La polémica terminó cuando algunas fotos poco agradecidas del artista fueron borradas, pero este era sólo el principio.

El caso más famoso, y el que tuvo consecuencias más importantes, fue el de un vídeo que una madre había grabado de sus hijas bailando, mientras de fondo sonaba el tema “Let’s Go Crazy”. El vídeo fue bloqueado por Youtube después de un aviso DMCA en 2007, pero ahí no acabó la cosa; la madre luchó y llevó a la productora Universal a los juzgados.

Después de años de lucha, en septiembre de 2015 la justicia estadounidense dio la razón a la madre; Universal había abusado de los avisos DMCA, normalmente usados para borrar contenido con copyright de manera rápida. El tribunal de California llegó a la conclusión de que las propietarias de los derechos de autor debían considerar el uso justo o razonable de sus obras.

Las grabaciones no autorizadas de conciertos en directo también supusieron más de un dolor de cabeza para Prince, que las persiguió incluso aunque tuviese que ir contra sus fans. Desde 2007 hasta 2014 los abogados de Prince se metieron en varios rifirafes legales contra clubs de fans y webs que permitían compartir estos vídeos.

Hasta el final, Prince era una persona fuera de este mundo, que no podía ser contenido en algo tan pequeño como Internet. En cierta forma, gracias a lo celoso que fue de su imagen ahora tenemos precedentes legales que dicen que es perfectamente legal compartir fotos de nuestros artistas favoritos y que existe algo que se llama “uso justo”.

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Prince murió a los 57 años en sus estudios de grabación Paisley Park por causas aún desconocidas. Nunca habrá nadie como él, y la verdad es que preferimos que sea así. Sólo puede haber un Prince, porque es infinito.