La feria E3 de este año está viendo pocas novedades de hardware; ayer apenas vimos a Sony anunciar el lanzamiento de Playstation TV en Europa y norteamérica. Curiosamente la mayor novedad en este sentido llega de parte de Nintendo, aunque no estamos hablando de una nueva consola sino de figuras con NFC para incorporar a nuestros juegos: Amiibo.

Idea con éxito asegurado

El concepto no es nuevo ni mucho menos, con el mayor ejemplo de todos de parte de Activision y su saga Skylanders que le ha supuesto unos pingües beneficios; seguro que a Nintendo le entró algo de envidia, porque Amiibo parece ser un calco de esta idea. Básicamente se trata de una serie de figuras con chips NFC que podemos usar en diversos videojuegos para conseguir nuevos personajes o mejoras en nuestra partida.

De esta manera se añade un componente de coleccionismo físico a los videojuegos, que no son extraños a incluir cientos de secretos en su código. Los críticos ven en este tipo de productos un mero afán de ganar dinero con juguetes sobrevalorados y dirigidos a los mas pequeños de la casa, pero también es cierto que es posible crear juegos interesantes alrededor de este sistema.

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Por tanto esta apuesta de Nintendo dependerá únicamente de los juegos, y para empezar no se ha arriesgado demasiado, anunciando la compatibilidad con el próximo Super Smash Bros para Wii U y con Mario Kart 8. Ambos son juegos que encajan bien con esta idea, y lo mejor de todo es que ya están publicados o casi finalizados, así que Nintendo no tiene que invertir millones en un juego nuevo que posiblemente no tenga éxito.

Pero tal vez mas importante es que el anuncio de la llegada de Amiibo no supone que Nintendo haya dejado de prestar atención a sus jugadores de siempre. En la misma conferencia se anunciaron nuevas entregas de sagas clásicas como The Legend of Zelda, además de juegos exclusivos de terceros como Bayonetta 2 o Devil’s Third, del director de Ninja Gaiden. Si se hubiera centrado en Amiibo seguramente veríamos un futuro muy negro para Nintendo, pero al presentarlo solo como un complemento que no quita protagonismo a los juegos puede que este haya sido uno de los mejores E3 para la compañía japonesa.