Esto no se ve todos los días. Normalmente son las asociaciones de usuarios las que tienen que velar porque las empresas no se escapen sin ninguna repercusión por sus malas prácticas, ya que si ellas no lo hacen no lo hará nadie. Al fin y al cabo, es poco probable que la propia empresa inicie el difícil paso de arreglar su desaguisado, por temor a las consecuencias en forma de multas y mala publicidad. Y sin embargo, eso es exactamente lo que ha pasado con Pepephone.

Todo empezó con un correo electrónico aparentemente inocuo, en el que se informaba a sus usuarios de una mejora en el servicio. El “pequeño” problema es que la persona encargada no mandó el correo con copia oculta, así que sin querer hizo públicas 4845 direcciones de email, un número nada despreciable que en otras ocasiones han supuesto sanciones para otras compañías. No solo eso, sino que en la era de las redes sociales un evento así no pasa desapercibido, e Internet se llenó de usuarios justamente enfadados.

Esto no es la primera vez que pasa, por supuesto, pero la diferencia es en cómo ha reaccionado Pepephone. Normalmente hay un proceso de negación/pasotismo en el que se ignora todo lo que está pasando esperando que nadie se de cuenta y se aguanta el chaparrón en caso de que no salga bien. Pero alguien en Pepephone ha tenido una idea que, a falta de ver el resultado, me parece genial: aprovechar el incidente para demostrar que son diferentes.

Así, han decidido acudir a la Agencia de Protección de Datos y  auto-denunciarse, con todas las consecuencias que esto conlleva. Puede que Pepephone acabe llevándose una merecida multa, pero la rapidez de las decisiones y el uso de las redes sociales puede hacer que acaben con una gran victoria de marketing.

Fuente | bandaancha.eu