Personal militar embarcando en un Osprey

Personal militar embarcando en un Osprey Sam Weaver / USAF

Observatorio de la Defensa

Los efectivos de operaciones especiales de EEUU toman el Caribe con el despliegue de nuevos aviones en Puerto Rico

El incremento de efectivos aéreos frente a las costas venezolanas lleva aparejado el despliegue de aviones como el Osprey o el Commando II.

Más información: Estados Unidos penetra en el espacio aéreo de Venezuela con cazas F-18, drones y aviones de alerta temprana

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Las claves

Estados Unidos ha desplegado aeronaves de operaciones especiales MC-130J Commando II y CV-22B Osprey en Puerto Rico para reforzar su presencia militar en el Caribe.

La llegada de estos aviones incrementa la capacidad de intervención rápida y operaciones encubiertas en la región, en medio de la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Las aeronaves desplegadas permiten misiones de infiltración, extracción, reabastecimiento y apoyo en condiciones complejas, incluyendo vuelos nocturnos y operaciones en territorio disputado.

El Pentágono ha enviado unidades especializadas como los 'Night Stalkers', mientras la administración Trump mantiene en secreto los detalles de una posible operación en Venezuela.

El Pentágono continúa con su plan de reforzar sus efectivos en la región del mar Caribe mientras la presión diplomática y militar se incrementa sobre Caracas.

Tras el despliegue de cazas F-35 de la Fuerza Aérea, aviones de alerta temprana y de reabastecimiento hace solo unos días, ahora es el turno de aeronaves enfocadas en las operaciones especiales.

Esta novedad en el teatro caribeño pasa por los MC-130J Commando II y CV-22B Osprey, dos modelos muy particulares que han aparecido en la plataforma del Aeropuerto Internacional Rafael Hernández de Puerto Rico, donde EEUU ha establecido uno de sus cuarteles generales en la región.

La presencia de los CV-22B ha sido revelada por el The Wall Street Journal, mientras que los MC-130J han aparecido en imágenes tomadas por el satélite europeo Sentinel-2.

Estas nuevas apariciones llegan poco tiempo después de la comparecencia de Donald Trump refiriéndose directamente a Maduro: "Si se hace el fuerte, será la última vez que pueda hacerlo".

"Pronto empezaremos el mismo programa [de despliegue] sobre tierra", aseguró el mismo Trump.

Con esas frases, que han ido acompañadas por otras dedicadas a señalar la capacidad armamentística de los efectivos ya desplegados, Trump alude a Maduro y a su intención de plantar cara a las fuerzas estadounidenses.

Mientras todo esto ocurre en un plano mediático delante de los focos y las cámaras, desde Washington D.C. no han perdido un instante para ir trasladando sistemas y personal para ampliar el contingente puertorriqueño.

"Están preposicionando fuerzas para actuar", ha declarado David Deptula, teniente general retirado de la Fuerza Aérea estadounidense y decano del Instituto Mitchell de Estudios Aeroespaciales, a The Wall Street Journal.

MC-130J de operaciones especiales

MC-130J de operaciones especiales Dennis Henry / USAF

El movimiento de estos activos y las declaraciones indican que la administración Trump ya ha decidido el curso de la acción.

Sin embargo, todavía quedan muchos flecos sueltos sobre una potencial operación en Venezuela. Desde el mero planteamiento de la intervención hasta los objetivos de la misma, más allá de derrocar a Maduro y extraditarlo a Estados Unidos.

Esos detalles son, hoy por hoy, el secreto mejor guardado del Comando Sur de EEUU, responsable de las operaciones militares en la región de Latinoamérica.

El discurso oficial de este organismo militar apunta a operaciones rutinarias para rotar equipos y personal en cualquier instalación militar, sin entrar en más detalles aludiendo a la seguridad de los contingentes.

La rutinariedad a la que se refieren ya cayó hace tiempo por el propio peso de las unidades desplegadas, que concentran actualmente los mejores medios de los que dispone el país norteamericano.

Operaciones especiales

De vuelta al plano de las aeronaves, la mera presencia de ambas plataformas supone una importante expansión en las capacidades aéreas en la rama de las operaciones especiales.

CV-22 Osprey aterrizando

CV-22 Osprey aterrizando Elizabeth Copan / USAF

Los CV-22 Osprey proporcionan mayor autonomía y velocidad comparados con el resto de aeronaves de ala rotatoria, como los helicópteros.

Esto les otorga mayor poder de llegar a zonas más profundas dentro de territorio disputado sin el soporte proporcionado por los aviones de reabastecimiento.

El formato de rotor basculante de los Osprey también les permite suoperación en cualquier circunstancia meteorológica y, además, volar a una velocidad mucho mayor.

En cuanto a las misiones encomendadas a los aparatos de este modelo, los CV-22 son especialistas en misiones especiales de infiltración y extracciones, así como en búsqueda y rescate dentro del plano militar.

Una de las principales capacidades del Osprey es que puede despegar y aterrizar verticalmente, por lo que su operación a bordo de portaviones le otorga un plus de flexibilidad.

A eso se une que sus rotores basculantes le permiten volar horizontalmente como un avión convencional para desplazamientos rápidos a gran altitud. Una auténtica navaja suiza tanto para el Cuerpo de Marines como la Armada estadounidense.

Más especial como plataforma es el MC-130J, una aeronave enfocada en la realización de misiones con personal de operaciones especiales que se basa en la plataforma del C-130 Hércules.

El principal cometido del MC-130J es desplegar carga y personal dentro de territorio disputado bajo cualquier condición meteorológica.

MC-130J de operaciones especiales

MC-130J de operaciones especiales Shelby Kay-Fantozzi / USAF

Puede conseguirlo aterrizando en zonas complejas, como campos, o lanzando desde el aire esa misma carga o militares paracaidistas, un esquema muy común en operaciones especiales tras la línea enemiga.

Este modelo de aeronave puede reabastecer en vuelo a otros aparatos como CV-22 o varios tipos de helicópteros.

Según recoge TWZ, otra misión que llevan a cabo es establecer puntos avanzados de armamento y reabastecimiento de combustible en zonas austeras, junto con proporcionar apoyo de comunicaciones y otras tareas auxiliares.

Que se sepa, Estados Unidos ya ha desplegado en la zona varias unidades especializadas en el ramo, como personal del 160º Regimiento Aéreo de Operaciones Especiales, más conocidos popularmente como los Night Stalkers.

"El Comando II realiza vuelos clandestinos o de baja visibilidad, en una sola o con varias aeronaves, de infiltración, extracción y reabastecimiento a baja altura de fuerzas de operaciones especiales", según lo describe la Fuerza Aérea estadounidense.

Además, según explican, el MC-130J realiza las "misiones principalmente nocturnas para reducir la probabilidad de adquisición visual e interceptación por amenazas aéreas".