Fragata 'Blas de Lezo'.

Fragata 'Blas de Lezo'. Emad

Observatorio de la Defensa

La Armada española monitoriza buques rusos en aguas de interés nacional en un contexto de creciente tensión estratégica

Estas actuaciones se producen en un contexto geopolítico marcado por el aumento de la actividad naval rusa en el entorno europeo desde el inicio de la guerra en Ucrania.

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Y.R.
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Las claves

La Armada española ha monitorizado varios buques rusos en aguas del norte y sur de España en el marco de las Operaciones Permanentes de Presencia, Vigilancia y Disuasión.

La fragata Blas de Lezo y los patrulleros Vigía y Medas siguieron a unidades rusas en coordinación con aliados como Francia y Portugal, reforzando la seguridad marítima nacional.

Estas acciones responden al aumento de la actividad naval rusa en Europa y a la preocupación de la OTAN por el control de rutas estratégicas entre el Atlántico y el Mediterráneo.

El Mando Operativo Marítimo, con sede en Cartagena, coordina estas misiones para incrementar el conocimiento del entorno marítimo y garantizar la protección de los espacios de soberanía.

La Armada española ha llevado a cabo en los últimos días varias misiones de vigilancia y seguridad marítima para seguir y monitorizar el tránsito de unidades navales rusas por aguas de interés del norte y sur de España, en el marco de las Operaciones Permanentes de Presencia, Vigilancia y Disuasión (OPVD).

Estas actuaciones se producen en un contexto geopolítico marcado por el aumento de la actividad naval rusa en el entorno europeo desde el inicio de la guerra en Ucrania y por la creciente preocupación de los aliados de la OTAN por el control de rutas marítimas estratégicas entre el Atlántico y el Mediterráneo.

Según ha informado el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), la fragata Blas de Lezo (F-103) fue alertada y alistada en su puerto base de Ferrol para integrarse en el Mando Operativo Marítimo (MOM) y realizar una misión de seguimiento de dos buques rusos que navegaban desde el mar Báltico con destino al Mediterráneo.

El tránsito de este tipo de unidades por el entorno marítimo español es habitual, pero ha adquirido una mayor relevancia estratégica en un escenario internacional caracterizado por la rivalidad entre Rusia y la Alianza Atlántica y por el refuerzo de las operaciones de disuasión y vigilancia en los flancos norte y sur de Europa.

El seguimiento se inició en el límite norte de la Zona Económica Exclusiva española, donde las unidades rusas estaban siendo monitorizadas por una fragata francesa, en una muestra de la coordinación aliada en la vigilancia del tráfico naval sensible.

Tras el relevo, la Blas de Lezo, al mando del capitán de fragata Pedro Ramos Carbonell, realizó durante dos días un seguimiento continuado de los buques rusos durante su tránsito por aguas de interés español, contribuyendo a reforzar el conocimiento del entorno marítimo y a garantizar la protección de los espacios de soberanía.

Una vez completada la misión, la fragata española fue relevada por un patrullero portugués y emprendió su regreso al Arsenal Militar de Ferrol.

El dispositivo de vigilancia se mantuvo activo en el sur peninsular, una zona especialmente sensible desde el punto de vista geopolítico por la convergencia de rutas marítimas estratégicas y la proximidad al Estrecho de Gibraltar, uno de los principales puntos de paso del comercio y del tráfico naval militar a escala global.

Patrullero 'Medas'

Patrullero 'Medas' Emad

Tras abandonar aguas portuguesas, el patrullero Vigía, al mando del capitán de corbeta Alfredo Rodríguez González, asumió el seguimiento de estas unidades durante su paso por el Estrecho de Gibraltar.

De forma paralela, el patrullero Medas, bajo el mando del teniente de navío Santiago González-Aller Rodríguez, monitorizó a otros dos buques rusos en su tránsito por el mar de Alborán, antes de regresar a su base en Cádiz tras finalizar los cometidos de vigilancia y seguridad marítima asignados.

Estas operaciones se desarrollan bajo el control operativo del Mando de Operaciones y se enmarcan en la estrategia española de contribuir a la seguridad colectiva y a la estabilidad regional, en un momento en el que la presencia naval rusa en el Mediterráneo y sus accesos es observada con especial atención por los países aliados.

Mando Operativo Marítimo

El Mando Operativo Marítimo, con sede en Cartagena y bajo el mando del Almirante de Acción Marítima (ALMART), vicealmirante Vicente Cuquerella Gamboa, es el responsable del planeamiento, conducción y seguimiento de estas misiones.

Integrado en la estructura operativa de las Fuerzas Armadas y subordinado al Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el MOM coordina a los buques desplegados en las OPVD, una herramienta considerada clave para “incrementar el conocimiento del entorno marítimo, contribuir a su protección integral y detectar anticipadamente posibles amenazas”.

Junto al MOM, los mandos Operativo Terrestre, Aéreo, Espacial y Ciberespacial conforman la estructura de Mandos Permanentes. En conjunto, alrededor de 850 militares participan a diario en estas operaciones, que refuerzan la presencia continua de las Fuerzas Armadas en un escenario internacional cada vez más marcado por la competencia estratégica y la necesidad de disuasión creíble.