Cúpula de Hierro israelí lanzando un misil interceptador Tamir Efe
Israel firma un contrato multimillonario con Rafael para ampliar la Cúpula de Hierro con fondos procedentes de EEUU
El contrato se financiará con fondos procedentes del paquete de 8.000 millones de euros en ayuda militar aprobado por EEUU en abril de 2024.
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El Ministerio de Defensa de Israel firmó este jueves un contrato multimillonario con Rafael Advanced Defense Systems —una de las tres grandes compañías armamentísticas del país— para la adquisición de nuevos interceptores destinados al sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, pieza clave de la arquitectura defensiva aérea israelí.
Según informó el propio ministerio en un comunicado recogido por EFE, “en virtud de este acuerdo, Rafael suministrará una cantidad considerable de interceptores para la Cúpula de Hierro”.
El contrato se financiará íntegramente con fondos procedentes del paquete de 8.000 millones de euros en ayuda militar aprobado por el Congreso de Estados Unidos en abril de 2024, a través de la Ley de Asignaciones Suplementarias para la Seguridad de Israel.
De esa partida, 5.200 millones están destinados específicamente a reforzar los sistemas de defensa aérea de Israel, incluidos la Cúpula de Hierro, el David Sling y el nuevo sistema láser Iron Beam, considerado uno de los programas más estratégicos para el futuro de las capacidades defensivas de Israel y actualmente en fase final de desarrollo.
La Cúpula de Hierro, desarrollada por Israel en estrecha colaboración con Estados Unidos, es un sistema antimisiles móvil que entró en funcionamiento en marzo de 2011, tras la experiencia acumulada en la guerra del Líbano en 2006.
Fue diseñada para proteger el territorio israelí, su función principal es interceptar y neutralizar cohetes, misiles de corto y medio alcance, así como drones.
Este avanzado sistema se apoya en un radar de detección que rastrea constantemente el lanzamiento y trayectoria de proyectiles enemigos, y un centro de control que evalúa en segundos si el blanco representa una amenaza para zonas pobladas.
Solo cuando es necesario, la Cúpula lanza interceptores Tamir para destruir esas amenazas antes de que puedan causar daños, logrando una tasa de éxito cercana al 90%.
Con un alcance efectivo de entre 4 y 70 kilómetros, la Cúpula de Hierro permite a los ciudadanos israelíes contar con entre 15 y 90 segundos de alerta para buscar refugio, dependiendo de la proximidad del ataque.
Se ha consolidado como uno de los escudos antimisiles más avanzados del mundo, particularmente relevante en un contexto marcado por amenazas constantes desde Gaza, Líbano y Siria.
En este contexto, el presidente de Rafael Advanced Defense Systems —la empresa estatal que codiseñó y fabrica la Cúpula de Hierro—, Yuval Steinitz, subrayó la relevancia de los nuevos contratos de adquisición de interceptores.
“La adquisición de interceptores representa un avance significativo que garantizará la ventaja tecnológica de Israel durante los próximos años”, afirmó, poniendo el acento en la necesidad de mantener un ritmo de producción elevado ante la creciente presión regional.
Críticas por el uso en los territorios ocupados
Pese a la expansión tecnológica y comercial de la industria de defensa israelí, organizaciones humanitarias mantienen su escrutinio sobre el empleo de estos sistemas.
Amnistía Internacional sostiene que equipos fabricados por Rafael —así como por Elbit Systems e Israel Aerospace Industries (IAI)— “se utilizan de manera continuada en Gaza y en la Cisjordania ocupada”.
Según la organización, estas tecnologías participan en ataques que habrían causado víctimas civiles y podrían constituir crímenes de guerra bajo el derecho internacional.
Una disputa que refleja la dualidad que rodea al sector de defensa israelí: un ecosistema tecnológico en expansión, alimentado en gran parte por la cooperación con EEUU, frente a un creciente escrutinio internacional sobre el uso de esos sistemas en un conflicto prolongado y de enorme impacto humanitario.