Un sistema de cohetes de lanzamiento múltiple BM-21 Grad empleado por el Ejército ucraniano
Los talibanes hallan al sur de Kabul un alijo de lanzacohetes BM-21 rusos oculto durante 40 años tras la invasión soviética
El hallazgo se produce en pleno esfuerzo del Gobierno afgano por fortalecer su poder militar, algo prioritario para mantener la estabilidad del país.
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El Ministerio de Defensa del gobierno talibán en Afganistán ha anunciado este lunes el hallazgo de un antiguo depósito de lanzacohetes BM-21 de fabricación rusa en la provincia de Kabul, un descubrimiento que revive los ecos de la invasión soviética de Afganistán en los años ochenta.
Según un comunicado oficial, el material se encontraba oculto en el distrito de Khak-e-Jabbar, al sur de la capital, donde las fuerzas talibanas han llevado a cabo una operación de reconocimiento coordinada con las unidades antiterroristas locales.
De acuerdo con los detalles difundidos por la cartera de Defensa, el equipo responsable pertenecía al 3.º Batallón de Infantería de la 3.ª Brigada del 313.º Cuerpo Central. En el transcurso de la operación, los soldados recuperaron 18 cohetes BM-21 y 21 ojivas, almacenados en condiciones que sugieren su procedencia del periodo de la guerra afgano-soviética o de los enfrentamientos entre facciones muyahidines que siguieron a la retirada del Ejército Rojo, en 1989.
No obstante, los talibanes no han ofrecido información precisa sobre el estado operativo del armamento, aunque subrayaron la relevancia del hallazgo dentro de sus esfuerzos por fortalecer las capacidades militares nacionales.
Desde su regreso al poder en 2021, el grupo islamista ha insistido en que garantizar la autosuficiencia armamentística de Afganistán constituye una prioridad esencial para mantener la estabilidad y la soberanía frente a amenazas internas y externas.
El BM-21, conocido popularmente como Grad ("granizo" en ruso), es un sistema de artillería múltiple introducido por la Unión Soviética en 1963 para reemplazar al BM-14. Montado sobre un camión todoterreno Ural-375D, dispone de 40 tubos lanzadores capaces de disparar cohetes de 122 milímetros en una salva completa de 20 segundos.
Su diseño prioriza la potencia de fuego por saturación sobre la precisión, lo que permite cubrir amplias zonas y neutralizar concentraciones enemigas con devastadora eficacia.
Cada proyectil mide aproximadamente tres metros y admite distintas configuraciones de carga -explosiva, incendiaria o dispersante-, con un alcance de entre 20 y 30 kilómetros. A lo largo de las décadas, el modelo original soviético ha sido adaptado por varios países, incluidos China, Irán y Corea del Norte, que han desarrollado versiones más modernas con sistemas de navegación y blindaje mejorados.
Para el actual gobierno talibán, que busca consolidar su control y proyectar una imagen de fuerza, este tipo de hallazgos tiene un doble valor: estratégico y simbólico. Recuperar material soviético no solo amplía su inventario de armas, sino que refuerza su narrativa de resistencia y autosuficiencia en un país que sigue intentando cerrar las heridas de su turbulenta historia reciente.