Despliegue del Dédalo 25 por aguas del Atlántico Emad
El Dédalo 25 continúa su travesía en el Atlántico para fortalecer la seguridad y la cooperación internacional
A lo largo de este despliegue, el Grupo de Combate Expedicionario se traslada a la costa este de Estados Unidos para sumarse al ejercicio internacional Unitas.
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Desde hace poco más de una semana, la Armada española se encuentra en plena tercera fase del despliegue del Grupo de Combate Expedicionario Dédalo-25, navegando en aguas del Atlántico. Una misión en la que participan 1.230 militares, repartidos entre diferentes unidades, que permanecerán operativos hasta el 24 de octubre.
Como señaló el contraalmirante Antonio González-Tanago de la Lastra, comandante del Dédalo-25, antes de partir este 28 de agosto, el despliegue representa "la capacidad de la Armada para liderar y proyectar una fuerza expedicionaria allí donde sea necesario, trabajando además en perfecta coordinación con países aliados".
También subrayó que esta operación sirve para afianzar la relación estratégica con la industria nacional de defensa, destacando, asimismo, que la tripulación afronta la misión "con la ilusión de seguir sirviendo a España y a los españoles desde la mar".
Estos despliegues navales son una importante contribución a la capacidad de disuasión y defensa de la OTAN.
Su objetivo en estos cerca de dos meses de misión no consiste sólo en entrenar y poner a prueba la capacidad expedicionaria de España, sino también reforzar la seguridad marítima internacional, trabajar codo con codo con marinas aliadas y demostrar la capacidad de disuasión y defensa colectiva.
En esta nueva fase del despliegue, el Grupo de Combate Expedicionario está compuesto por una auténtica fuerza naval de primer nivel que partió de los arsenales de Rota y de El Ferrol.
Fuerza naval de primer nivel
La agrupación está encabezada por el buque de asalto anfibio LPD Galicia (L-51), acompañado por las fragatas Almirante Juan de Borbón (F-102) y Canarias (F-86).
A ellos se suma el Buque de Aprovisionamiento en Combate Cantabria, pieza clave para garantizar el suministro de combustible y material durante la navegación.
Cada uno aporta un valor añadido único. El Galicia se convierte en el corazón anfibio de la misión, al llevar a bordo un Batallón Reforzado de Desembarco de Infantería de Marina, además de dos helicópteros SH-60F preparados para el transporte de tropas.
Fragata Canarias Emad
La fragata Canarias, por su parte, refuerza la capacidad de vigilancia y defensa con un helicóptero SH-60B especializado en la lucha antisubmarina y de superficie.
Además, para garantizar la seguridad en alta mar, el grupo cuenta también con el apoyo de dos Equipos Operativos de Seguridad (EOS): uno del Tercio del Sur y otro de la Unidad de Seguridad de Canarias, desplegados respectivamente en la Canarias y el Galicia.
Gracias a esta combinación de capacidades —anfibias, aeronavales y de seguridad— la agrupación se presenta como una fuerza versátil, moderna y preparada para afrontar cualquier desafío, mostrando no solo la capacidad de la Armada Española, sino también su compromiso con la cooperación internacional y la defensa colectiva.
El destino
A lo largo de este despliegue, el Grupo de Combate Expedicionario se traslada a la costa este de Estados Unidos para sumarse al ejercicio internacional Unitas, uno de los encuentros navales multinacionales con mayor tradición y relevancia.
En esta ocasión, el Dédalo 25 no navegará solo. Lo acompañarán un buque de la Marina de México, otro de la Armada de Guatemala y un tercero de la US Navy.
Todos ellos compartirán maniobras y operaciones anfibias bajo la dirección del comandante del Grupo Anfibio y de Proyección de la Flota, lo que promete ser una experiencia única de cooperación entre marinas hermanas, reforzando la interoperabilidad y la seguridad marítima colectiva.
Primeros pasos del Dédalo 25
El Dédalo 25 es el gran despliegue naval de la Armada Española en 2025, y antes de su tercer recorrido ya ha acumulado varias fases operativas importantes.
La primera fase de la operación se desarrolló entre el 30 de enero y el 14 de marzo en el mar Mediterráneo. En ella tomaron parte el buque de aprovisionamiento en combate BAC Patiño y la fragata Álvaro de Bazán, que comenzaron su despliegue navegando junto al portaeronaves Dédalo 25.
Almirante Juan de Borbón (F-102). Emad
Posteriormente, ambos se integraron en la SNMG2, la Agrupación Naval Permanente de la OTAN en esta región, lo que les permitió participar en maniobras y operaciones conjuntas con otras marinas aliadas.
Este segundo despliegue tuvo lugar entre los meses de junio y julio, con un recorrido de 45 días de navegación que abarcó tanto el Atlántico como el Mediterráneo.
Durante esta fase se oficializó la creación del Grupo de Combate Expedicionario Dédalo 25, una fuerza naval diseñada para operar de forma conjunta en tierra, mar y aire, gracias a su capacidad anfibia y aérea.
La misión del despliegue consistió en reforzar la seguridad marítima en aguas del Mediterráneo y Atlántico, bajo el mando operativo del MOPS (Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa).
Su ruta incluyó escalas y ejercicios bilaterales e internacionales desde la base de Rota hasta Turquía, pasando por Italia y Grecia.