Bruselas

Fumata blanca en Bruselas sobre el sexto paquete de sanciones contra el Kremlin por invadir Ucrania. El acuerdo de mínimos ha sido posible después de que Viktor Orbán -el aliado más estrecho de Vladímir Putin en Europa- levantara su veto a esta nueva tanda de medidas de castigo, cuyo pilar central es un embargo al petróleo ruso. El objetivo final es cortar la financiación a la maquinaria de guerra de Moscú.

El primer ministro húngaro ha bloqueado las sanciones durante cuatro semanas hasta lograr todos sus objetivos: en particular, una excepción total para su país. El boicot, que no entra en vigor hasta finales de año, afectará únicamente al crudo que llega a la Unión Europea por vía marítima, que supone alrededor del 75% del total. Queda exento de las sanciones, al menos de momento, el petróleo ruso procedente de oleoducto. Hungría recibe el petróleo directamente desde Rusia a través del oleoducto Druzhba.

El resto de líderes europeos se han plegado a las exigencias del Gobierno de derecha radical de Budapest, en un intento de preservar la unidad frente a Moscú que empezaba a resquebrajarse. "Hemos enviado una señal muy fuerte porque en los últimos días había especulaciones sobre el riesgo de una falta de unidad de la UE. Es más importante que nunca mostrar que somos capaces de ser firmes y duros a la hora de defender nuestros valores e intereses", ha admitido Michel.

Ursula von der Leyen y Charles Michel, durante la rueda de prensa del Consejo Europeo UE

"Queremos detener la maquinaria de guerra rusa y detener la financiación de esta capacidad militar rusa, poniendo en práctica sanciones cuyo objetivo es meter presión al Kremlin", subraya el presidente del Consejo Europeo.

Michel sostiene que el acuerdo supone en realidad prohibir el 90% del petróleo ruso de aquí a finales de año. Eso es así porque Alemania y Polonia, que también reciben crudo por el oleoducto Druzhba, renuncian a beneficiarse de esta excepción. El 10% restante corresponde a Hungría, pero también a República Checa y Eslovaquia. El trato especial que reciben estos países se revisará en el futuro, aunque no se ha fijado ningún límite temporal.

Tampoco se ha dado ninguna respuesta a la ventaja competitiva de la que gozará Hungría al seguir recibiendo petróleo ruso barato, mientras sus vecinos sufren precios disparados. Una cuestión que suscitó protestas por parte de Italia, Holanda, Bélgica o los países bálticos.

El Consejo Europeo se limita a señalar que la solución definitiva para el petróleo de oleoducto debe velar por "el buen funcionamiento del mercado único de la UE, la competencia leal, la solidaridad entre los Estados miembros y la igualdad de condiciones". Los jefes de Estado y de Gobierno volverán a abordar esta cuestión "lo antes posible".

Este compromiso descafeinado se ha cerrado durante la cumbre de líderes de la UE que concluye este martes en Bruselas, al cabo de una primera jornada maratoniana de negociaciones. Previamente, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 han tenido que escuchar los reproches del propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que ha intervenido por videoconferencia en el Consejo Europeo.

"¿Por qué Rusia todavía puede ganar casi 1.000 millones de euros al día vendiendo energía?", ha denunciado Zelenski. El primer ministro ucraniano ha exigido a los líderes europeos que pongan fin a sus "disputas internas", que sólo benefician al Kremlin. Y que activen cuanto antes el embargo petrolero "con el fin de que Rusia sienta el precio de lo que está haciendo contra Ucrania y contra el conjunto de Europa".

Victor Orbán escucha el discurso de Zelenski ante el Consejo Europeo UE

A la entrada de la reunión, la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, todavía se mostraba escéptica sobre las posibilidades de cerrar un pacto durante el Consejo Europeo. "Tengo bajas expectativas de que se resuelva en las próximas 48 horas", aseguraba.

"No hay acuerdo en absoluto", aseguraba el propio Orbán a su llegada a Bruselas. El primer ministro húngaro ha acusado a Von der Leyen de un "comportamiento irresponsable" por plantear un embargo al petróleo ruso sin ofrecer soluciones para Hungría, que al carecer de puertos no puede recibir envíos de otros países por vía marítima.

A su juicio, un boicot total supondría una "bomba nuclear" para la economía húngara. Excluir el crudo de oleducto de las sanciones es un "buen planteamiento", admite Orbán, pero Budapest reclamaba además garantías de suministro por parte de la UE si un accidente interrumpe el flujo de petróleo a través del oleoducto Druzhba.

Unas garantías que al final se han incluido en las conclusiones aprobadas por los jefes de Estado y de Gobierno. "En caso de interrupciones repentinas de suministro, se introducirán medidas de emergencia para asegurar la seguridad de abastecimiento", reza el texto, preparado por la presidencia francesa de la UE.

Emmanuel Macron conversa con Charles Michel y Mario Draghi durante el Consejo Europeo UE

Las conclusiones no detallan las compensaciones financieras que se ofrecerán a Hungría para adaptar refinerías y gaseoductos alternativos que permitan con el tiempo prescindir totalmente del petróleo ruso. Bruselas había propuesto un paquete de hasta 2.000 millones de euros Next Generation, a repartir con República Checa y Eslovaquia. 

El problema es que Budapest tiene bloqueado el acceso a su plan de recuperación por vulnerar los valores democráticos europeos. Pagar ahora este dinero supondría hacer la vista gorda a la deriva autoritaria de Orbán, algo que de momento el resto de socios no han aceptado. Así que la excepción temporal para Hungría podría convertirse en permanente.

Además del embargo parcial al petróleo ruso, el sexto paquete de sanciones contra el Kremlin incluye la desconexión del sistema internacional de mensajería financiera SWIFT del principal banco ruso, Sberbank, (que por sí solo representa el 37% del sector bancario del país).

También se prohibirán las emisiones en territorio comunitario de tres cadenas estatales rusas, consideradas parte de la maquinaria de propaganda de guerra del Kremlin. Finalmente, la UE añadirá a su lista negra de sancionados a los responsables de crímenes de guerra en ciudades como Bucha.

La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, en el Consejo Europeo UE

Durante el Consejo Europeo, los jefes de Estado y de Gobierno han acordado seguir prestando apoyo militar a Ucrania para que pueda defender su soberanía e integridad territorial frente a Rusia. Además, la UE ha dado luz verde a un paquete de 9.000 millones de euros de asistencia financiera a corto plazo, cuyo objetivo es que Kiev pueda seguir pagando salarios, pensiones y servicios básicos.

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