Bruselas

Cuando apenas quedan 37 días para que Reino Unido abandone la Unión Europea, el estatus de Gibraltar vuelve a emerger como un escollo que amenaza con hacer naufragar las negociaciones relacionadas con el brexit. La última disputa tiene que ver con la definición del Peñón como "colonia de la Corona británica" que los Gobiernos de los Veintisiete han incluido en un reglamento sobre visados a petición de España. La Eurocámara rechaza utilizar la palabra colonia en esta norma por considerar que podría dinamitar las relaciones entre Bruselas y Londres.

El encontronazo sobre la definición de Gibraltar ha bloqueado las negociaciones sobre el reglamento en cuestión, cuyo objetivo es suprimir la exigencia de visado a los británicos que viajen a la UE para periodos cortos (de menos de 90 días) tras el brexit. Una iniciativa cuyo objetivo es proteger los derechos de los ciudadanos, ya que Bruselas espera que Reino Unido adopte medidas recíprocas con los europeos.

Sin embargo, los negociadores de la Eurocámara se han levantado este miércoles de la mesa de diálogo con los Gobiernos sin fijar una nueva fecha para discutir ante la imposibilidad de encontrar un acuerdo sobre la Roca. Una ruptura que hace muy difícil que el reglamento sobre la exención de visados se apruebe como estaba previsto en el pleno del Parlamento que se celebra del 11 al 14 de marzo, a tiempo para el brexit, que se materializará el 29 de marzo. 

Si la norma no se aprueba en plazo, los británicos tendrían que pagar 60 euros para obtener un visado que les permita viajar a la UE, más los trámites burocráticos que comporta la solicitud. Como represalia, Reino Unido podría pedir visado a los europeos que viajen a su territorio, cuyo coste en la actualidad es de alrededor de 107 euros.

La propuesta original de Bruselas no definía a Gibraltar como colonia británica. Esta referencia se introdujo como una nota a pie de página del reglamento durante las negociaciones entre los Veintisiete a petición de España. "Gibraltar es una colonia de la Corona británica. Hay una controversia entre España y Reino Unido sobre la soberanía de Gibraltar, un territorio para el que debe alcanzarse una solución a la luz de las resoluciones y decisiones relevantes de la Asamblea General de la ONU", reza la nota.

Precisamente, el ministro de Exteriores, Josep Borrell, ha presumido este miércoles en el Congreso de haber logrado que la UE haya reconocido "por primera vez en mucho tiempo" en un documento que Gibraltar es una colonia.

¿Un término incendiario?

¿Por qué se opone el Parlamento Europeo a calificar a Gibraltar como "colonia" británica? "La palabra colonia es un término incendiario que amenaza con ser contraproducente para los objetivos del texto", explica a EL ESPAÑOL el liberal checo Petr Jezek, miembro del equipo negociador de la Eurocámara, en el que no hay ningún español. De hecho, el Gobierno de Theresa May ya ha protestado por el uso de esta definición. "Gibraltar no es una colonia y es completamente inapropiado describirlo así", dijo su portavoz al conocer el acuerdo de los Veintisiete.

"El Parlamento ha sugerido varios otros tipos de redacción para garantizar que se transmita un significado similar, pero el Consejo (la institución en la que están representados los Estados miembros) se niega hasta ahora a tomarlas en consideración. Este es el único punto de desacuerdo", ha relatado Jezek a este periódico.

"Convertir a este expediente en un rehén de la nota a pie de página va contra los intereses de los 500.000 ciudadanos que se verán afectados en sus posibilidades de viajar hacia y desde Reino Unido en caso de un brexit sin acuerdo. Para mi, es fundamentalmente importante que los ciudadanos europeos y británicos puedan viajar sin visado. Hacer que esta medida sea prisionera de una palabra en una nota a pie de página que ni siquiera es necesaria es una locura", insiste el negociador de la Eurocámara.

"Si no hay un acuerdo a tiempo, los ciudadanos de Reino Unido tendrán que pagar por un visado para viajar a la UE para un periodo corto. Si la UE impone este requisito a los ciudadanos británicos, es muy probable que Londres también exija visados a los europeos en caso de un brexit sin acuerdo. Eso es lo que está en juego", sostiene Jezek.

No es la primera vez que el estatus de Gibraltar está a punto de hacer descarrilar las negociaciones del brexit. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, amenazó en noviembre con bloquear el acuerdo de divorcio por considerar que no incluía suficientes garantías de que España tendrá poder de veto sobre el futuro del Peñón. Al final, Sánchez capituló en sus exigencias y se conformó con un apaño sin valor jurídico.

Noticias relacionadas