La experta en microbiota Asun González.

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Salud y Bienestar

Asun González, experta en flora intestinal: "La clave para tener una microbiota sana está en cenar a las 4 de la tarde"

¿Cenar a las cuatro de la tarde? Según Asun González, experta en microbiota, ese es el horario ideal para cuidar la flora intestinal y mejorar la salud digestiva.

Más información: Dolores de la Puerta, experta en flora intestinal: "La clave para tener una microbiota sana está en estos alimentos"

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Asun González, autora de Tú también tienes SIBO y experta en microbiota, ha hablado en el podcast Tiene Sentido acerca de cómo influye algo tan invisible en nuestra salud y bienestar, desvelando algunas claves de la manera en la que tenemos que actuar para cuidarnos.

La experta deja claro que la microbiota tiene horarios y necesita descanso, puesto que sus ritmos se ven alterados en aquellas ocasiones en las que comemos fuera de hora. En su opinión, en España deberíamos "desayunar a las nueve y cenar a las cuatro".

Estos horarios serían los más propicios para poder cuidar el intestino, aunque reconoce la dificultad de que puedan darse de esta manera, especialmente en lo que respecta a la última comida del día, pues estamos acostumbrados a hacerlo mucho más tarde.

La experta destaca que los gases, la hinchazón o la barriga inflada no son normales y son síntomas de que existe un desequilibrio. Esta alteración de la microbiota (SIBO) no es una infección, sino una descompensación que puede derivar en problemas digestivos crónicos.

Asun González destaca que un 80% de la población sufre molestias digestivas, lo que viene provocado por la existencia de un "déficit de vida evolutiva", pues nuestros hábitos han cambiado tan rápido que el cuerpo humano no se ha podido adaptar lo suficiente.

La clave para la experta radica en la comida, donde hay que tener una base pesco-mediterránea, donde haya lugar para la ingesta de verdura, pescado y agua, además de seguir un ayuno intermitente ajustado a los ritmos del sol para cuidar la microbiota.

Qué es el SIBO y cómo tratarlo

Curar el SIBO es posible, pero no hay nada milagroso que lo permita. Por lo tanto, el tratamiento del mismo supone tratar de encontrar el origen de ese desequilibrio y mantener rutinas saludables con el apoyo de profesionales.

Habitualmente, detrás del problema se encuentran casos de estrés, intolerancias no detectadas o antibióticos. Para combatirlos, los probióticos y prebióticos son grandes aliados para cuidar el intestino, aunque hay que hacer una buena selección y evitar los suplementos sin control.

González tiene claro que el intestino no solo tiene que ver con la digestión, ya que se encuentra conectado con el cerebro, la piel y el sistema inmune, siendo necesario mirar la salud de una forma integral.

De hecho, indica que una persona con fatiga o eccemas puede tener el origen en un desequilibrio de la microbiota. La experta recalca la importancia de recuperar determinados hábitos naturales, pues la falta de sueño, el sedentarismo y los ultraprocesados la dañan.

Cómo cuidar la microbiota

Cuando hablamos de microbiota, hablamos de los diferentes microorganismos que se reúnen en un lugar determinado. La microbiota intestinal se puede ver alterada por factores como una mala gestión del estrés, el sedentarismo o hábitos tóxicos como el consumo de tabaco o alcohol.

También puede alterarse por edulcorantes, trastornos del sistema digestivo e inmunológico, tratamientos antibióticos, envejecimiento, infecciones intestinales, malos hábitos alimenticios, o por predisposición genética, entre otros.

Para mantener una microbiota intestinal sana y en buen estado, hay una serie de recomendaciones que todo el mundo debería tener muy en cuenta para disfrutar de un mejor estado de salud.
Consume vegetales de hoja verde

Es imprescindible mantener una alimentación adecuada, en la que hay que dar prioridad a los vegetales de hoja verde, como lechuga o espinacas, pero también convendría incluir en la dieta espárragos, brócoli, cebolla o alcachofas.

Todos ellos tienen grandes cantidades de fibra que, aunque no es digerida por nosotros, es muy beneficiosa para las bacterias buenas que habitan en nuestros intestinos.

Evita los procesados y el azúcar

Los azúcares de digestión rápida (monosacáridos) se digieren con una enorme rapidez para que las bacterias intestinales puedan aprovecharlos. Si con frecuencia se consumen muchos azúcares simples, la microbiota puede notar una falta de combustible.

En esos casos, las bacterias recurrirán a comerse el revestimiento de los intestinos al tener hambre, ocasionando así inflamación. Los azúcares complejos harán que la flora esté feliz y saludable y se puede obtener mediante plátanos, frutos rojos, boniato, legumbres…

Recurre a los probióticos

Los probióticos ayudan a mantener una microbiota variada. Se pueden aportar a través de suplementos en el día a día, pero también a través de alimentos probióticos. Es recomendable consultar con un profesional de la salud para conocer los más apropiados para tu caso.

Evita los antibióticos

Los antibióticos son de gran ayuda para combatir diferentes infecciones, pero no son selectivos. Esto significa que, aunque son necesarios para curar enfermedades, son un gran enemigo de la microbiota.

Aunque hay que tomarlos para matar bacterias patógenas, convendría tomar un probiótico durante o después del tratamiento para poder así conseguir que se repongan las bacterias intestinales y disfrutar de una mejor salud.

Consume prebióticos

Los prebióticos son alimento para la microbiota, que es fundamental para que las digestiones sean perfectas y que la inmunidad sea la indicada. Se puede aportar a través de vegetales de raíz, cereales integrales, ajos, espárragos, té verde, plátanos, cebollas, guisantes, lentejas…

Si se cocinan y luego enfrían los hidratos de carbono complejos provenientes de tubérculos como el boniato o la patata, se obtiene un almidón resistente que es una de las comidas preferidas de las bacterias.

De esta forma, siguiendo estas recomendaciones, junto a la ingesta de alimentos fermentados y descansar lo suficiente, se podrán llegar a conseguir mejores resultados en el cuidado de la microbiota.