
Descubre cómo afrontar la retención de líquidos con éxito. Istock
¿Por qué me hincho? Así puede ayudarte la alimentación a soltar esos kilos de más
La retención de líquidos se puede combatir adoptando una dieta más específica. Estas son las recomendaciones de una experta.
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Hablemos de algo que muchas sentimos, sobre todo en ciertos momentos del mes, cuando hace calor, después de un viaje largo, o cuando estamos más paradas de lo normal: la retención de líquidos.
Esa sensación de hinchazón que no sabes de dónde viene, pero que hace que te notes como inflada, pesada y hasta que te duela tu propia piel. Pero, ¿qué es exactamente eso de 'retener líquidos'?
Esta es la mejor forma de acabar con la retención de líquidos y adelgazar más rápido
Se trata de una acumulación excesiva de agua en los tejidos del cuerpo. Y no, no tiene nada que ver con beber más o menos, sino con cómo la gestionan tus células y tus riñones, y depende (en gran medida) de si tu sistema linfático está funcionando como debe.
Hay muchos factores que pueden influir:
- Cambios hormonales (hola, ciclo menstrual y perimenopausia)
- Una alimentación muy salada o procesada
- Falta de movimiento
- Viajes largos o estar mucho tiempo sentada
- Trastornos del sistema linfático o circulatorio
Pero quiero centrarme en lo que puedes hacer desde la alimentación y en cómo algunos cambios muy sencillos pueden ayudarte a sentirte más ligera.
¿Cómo influye la comida en la retención de líquidos?
La relación entre lo que comemos y cómo eliminamos lo que el cuerpo no necesita es directa. Cuando llenamos el plato con alimentos muy salados, azucarados o ultraprocesados, entra en modo 'retención': se defiende (evidentemente porque se siente atacado). Retiene agua como forma de compensar un desequilibrio que no siempre sentimos a corto plazo, pero que se acumula.
Por eso no se trata de hacer una dieta detox de tres días y ya, sino de revisar los hábitos que tenemos cada día. Y, sin agobios, empezar a sumar opciones que le digan al cuerpo: "tranquilo, aquí estamos bien, puedes soltar lo que no necesitas".
¿Qué hábitos ayudan (mucho más de lo que crees)?
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Muévete cada día, aunque sea poco. Caminar, estirar, bailar en la cocina. El sistema linfático no tiene una bomba propia como el corazón: se activa con el movimiento. Sé que da pereza, que cuesta encontrar el momento, pero hablamos de 2 minutos, no de 2 horas.
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Bebe agua, infusiones o caldos. Sí, aunque estés reteniendo. Porque lo que el cuerpo necesita es eliminar, y para eso necesita líquidos que ayuden a arrastrar toxinas.
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Revisa cómo estás de estrés. Si tu hormona del estrés está alta, tendrás más probabilidades de aumentar esa retención. Así que respira, prioriza, y baja el ritmo donde puedas.
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No te olvides del magnesio y el potasio. Son dos minerales clave para equilibrar los líquidos. Se encuentran en frutas, verduras, frutos secos, legumbres… o a veces con suplementación (siempre pautada por una profesional, claro).
¿Qué alimentos ayudan a soltar?
Aquí es donde empieza lo bonito: cuando la comida se convierte en parte de tu autocuidado. Te dejo algunos de los grupos de alimentos más interesantes para favorecer la eliminación de líquidos:
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Frutas ricas en agua y potasio: piña, sandía, melón, fresas, uvas, plátano maduro.
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Verduras diuréticas naturales: espárragos, alcachofas, apio, pepino, calabacín, perejil.
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Semillas y frutos secos (tostados y sin sal añadida): fuente de magnesio, fibra y grasas saludables.
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Infusiones con plantas drenantes: diente de león, cola de caballo, ortiga, hibisco.
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Proteínas limpias: huevo, pescado, legumbres bien cocidas. Ayudan al hígado y a la reparación celular.
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Grasas buenas: aguacate, aceite de oliva virgen extra, nueces. Antiinflamatorias y saciantes.

Estos son los alimentos que no pueden faltar en tu dieta. Istock
4 recetas que miman tus riñones, tu hígado y tu abdomen
1. La ensalada detox de sandía, pepino y menta. Es fresca, hidratante y alcalinizante.
Ingredientes:
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2 rodajas de sandía sin pepitas, en dados
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½ pepino pelado y en rodajas finas
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Un puñado de hojas de menta
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1 puñado de queso feta
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Zumo de ½ lima
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1 cdita de semillas de lino molido
Cómo se hace: Mezcla todo en un bol y sirve bien frío. Puedes añadir un chorrito de aceite de oliva.
2. El caldo depurativo de apio, puerro y perejil. Es ideal para tomar entre comidas o antes de cenar.
Ingredientes:
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2 ramas de apio
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1 puerro grande (con la parte verde incluida)
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Un manojo de perejil fresco
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1 litro y medio de agua
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Sal marina, pimienta y cúrcuma
Cómo se hace: Hierve todo durante 30-40 minutos, cuela y guarda el caldo. Tómalo caliente o templado durante el día y agrega una pizca de aceite de oliva virgen extra cuando vayas a ingerirlo. Puedes hacerlo en cantidad y congelarlo en botellas de cristal.
3. El guiso rápido de lentejas con calabacín y cúrcuma. Es ligero, saciante y cargado de fibra.
Ingredientes:
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1 taza de lentejas cocidas (pueden ser de bote, pero enjuágalas bien antes de usarlas)
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½ cebolla morada
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1 calabacín (pelado) en dados
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1 cdita de cúrcuma
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1 chorrito de AOVE
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Sal, pimienta y comino al gusto
Cómo se hace: Sofríe la cebolla con el aceite, añade el calabacín y las lentejas, las especias y un poco de agua. Cocina todo 10-15 minutos a fuego medio.
4. El smoothie drenante de piña, jengibre y espinacas. Es un clásico que nunca falla.
Ingredientes:
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1 rodaja de piña natural
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Un puñado de espinacas frescas
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1 trocito de jengibre pelado (1-2 cm)
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1 vaso de agua de coco o agua fría
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1 cdita de semillas de lino molido
Cómo se hace: Bate todo en la batidora hasta que quede cremoso. Tómalo en ayunas. Es digestivo, refrescante y ayuda a activar los riñones.
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No hace falta vivir a base de ensaladas para deshincharte, ni eliminar la sal para siempre, ni obsesionarte con la báscula. Basta con que escuches tu cuerpo, que le des alimentos reales y que lo acompañes en su ritmo.
La retención de líquidos es un síntoma de algo más, muchas veces, de un sistema linfático un poco dormido, de un hígado sobrecargado o de un intestino que necesita un respiro. Y desde la nutrición, podemos darle esa ayuda amable y poderosa. Con calma, sin castigos y con sabor.