La experta insiste en que hay que saber cuidar las relaciones.

La experta insiste en que hay que saber cuidar las relaciones.

Salud y Bienestar

Elizabeth Clapés, psicóloga: "Cuando compartes vida con alguien es muy difícil que no te molesten muchas cosas"

La experta ha compartido la mejor solución para las parejas que no saben cómo gestionar su convivencia.

Más información: Magdalena Perelló, cardióloga: "La inflamación crónica es lo que está destruyendo tu corazón, no el colesterol"

Publicada

Amor, rutina, convivencia. Tres palabras que pueden sonar románticas o pesadas, dependiendo del día. Y es que Elizabeth Clapés, psicóloga especializada en relaciones de pareja, lo tiene claro: estar en una relación a largo plazo no es un camino de rosas, pero tampoco un campo de batalla.

Una buena relación es, más bien, una práctica constante de paciencia, comunicación y saber elegir en qué batallas entrar. Porque la convivencia no es solo amor, también son calcetines en el suelo, toallas mojadas donde no deben estar, platos sin fregar y silencios incómodos. Pero eso no significa que la relación esté mal. Significa, simplemente, que es una relación real.

Es por ello, que en esta ocasión la experta ha decidido sincerarse con sus seguidores sobre lo que supone compartir la vida con alguien, ya que "cuando estás con alguien 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año, cuando compartes vida con alguien, es muy difícil que no te molesten muchas cosas de esa persona".

Las relaciones no son perfectas.

Las relaciones no son perfectas. Istock

En esta ocasión Elizabeth pone sobre la mesa una idea fundamental, que muchos pasan por alto: no todo lo que molesta debe convertirse en una discusión. "Puedes sentir enfado por todas, pero no puedes ir a atacar a otra persona por todas, porque es evidente que cuando llevas muchos años con alguien vas a acabar enfadándose por un huevo de cosas", dice.

La clave, según ella, está en filtrar. Elegir bien cuándo vale la pena señalar un comportamiento o cuándo es mejor dejarlo pasar. Y, para ilustrar su punto de vista, ha compartido una escena cotidiana que a muchas nos puede resultar familiar: "Yo hay días que llego a casa y veo la chaqueta sobre la silla, la alfombra de la ducha mojada en el suelo, la toalla mojada sobre la cama".

En ese momento, cualquiera podría levantar la voz o soltar un comentario sarcástico. Pero Clapés ha aprendido a respirar hondo y a poner otra perspectiva. "Cojo aire y digo, por esto no me voy a enfadar. Hoy no". Una decisión que aunque a veces cuesta más, y lo reconoce, explica, es lo que hará que tu relación dure mucho más.

Sin embargo, esta psicóloga recalca que esa actitud no significa tragarse todo. Al contrario. Se trata de saber comunicar, sin herir ni acumular rencores: "Cuelgo en el toallero la toalla que había en la cama, me acerco a mi pareja y le digo, cariño, te has dejado la toalla sobre la cama, por favor no te dejes la toalla sobre la cama porque está mojada y humedece la cama".

Un gesto que puede parecer simple o casi insignificante, pero bajo el que en realidad se esconde un gran esfuerzo para muchos.

Por eso, la psicóloga invita a que, en esos momentos, uno piense: "Mi vale por un enfado lo guardo para algo realmente más importante, pero no para un día que se deja puntualmente cosas fuera de sitio porque ha salido de casa rápido. Yo no utilizo ese vale ese día".

La experta recuerda la importancia de la comunicación.

La experta recuerda la importancia de la comunicación. Istock

Un mensaje claro, con el que la experta hace hincapié en la importancia de que elegir nuestras batallas no significa conformarse, sino cuidar la relación.

Clapés no pretende vender un ideal inalcanzable sino un regreso a la relación tradicional: la empatía, la paciencia y la honestidad con uno mismo y con el otro. Y aunque eso no garantiza una paz constante, sí contribuye a construir un vínculo mucho más saludable, auténtico y duradero.

Porque al final, convivir con alguien es aceptar que el amor no se trata de perfección, sino de decisiones diarias. Y una de las más importantes es decidir cuándo hablar… y cuándo simplemente colgar la toalla.