@dolypantojaendocrino.

@dolypantojaendocrino.

Salud y Bienestar

Soy endocrinóloga y estos son los cinco alimentos que nunca tomo: son muy populares en España

Cada vez son más personas las que se esfuerzan por seguir un estilo de vida saludable y tratar de corregir los errores ya cometidos.

Más información: Esta es la dieta de la longevidad que sigue Carolina Herrera a sus 86 años: "Hago 6 comidas al día"

Publicada

En España, el 20,3% de los alimentos que se consumen son ultraprocesados. Un dato que lo sitúa como el segundo país mediterráneo con mayor consumo de este tipo de alimentos, después de Malta. Es cierto, no obstante, que todavía no se han alcanzado las cifras de países como Estados Unidos, donde un alarmante 60% de la ingesta calórica promedio proviene de alimentos ultraprocesados.

Sin embargo, los datos siguen siendo preocupantes, ya que muestran que uno de cada tres españoles consume alimentos compuestos principalmente de azúcar y sal tres o más días a la semana. Unas cifras que se añaden a otros hábitos perjudiciales, como que más de un tercio de los adultos españoles no cumplen con las pautas de actividad física de la OMS.

Por todos estos motivos, cada vez son más personas las que se esfuerzan por seguir un estilo de vida saludable y tratar de corregir los errores ya cometidos. La alimentación juega un papel indispensable y, según los expertos como la endocrinóloga Doly Pantoja, existen cinco alimentos que deberíamos evitar —y que ella no consume—: los ultraprocesados, los alimentos de panadería, los zumos de frutas, los refrescos y la margarina.

Los 5 productos que evita la endocrinóloga Doly Pantoja

Los ultraprocesados son uno de esos productos que la endocrinóloga recomienda evitar. Resulta bastante obvio, puesto que son uno de los alimentos que mayor amenaza representan para la salud debido a su alto contenido en aditivos, conservantes, colorantes y otros compuestos químicos que pueden afectar el metabolismo y la microbiota intestinal.

De hecho, Doly Pantoja no solo habla de los ultraprocesados, sino de los "productos empaquetados" de forma general. La gran mayoría de ellos suelen ser ricos en grasas poco saludables, sodio y azúcares añadidos, lo que contribuye a la obesidad, la hipertensión y otras enfermedades crónicas.

El consumo frecuente de ultraprocesados ha sido asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y diversos tipos de cáncer, por mucho que optemos por técnicas de cocinado mucho menos agresivas, como pueden ser la airfryer o el horno.

La preferencia por alimentos frescos y naturales es clave para mantener un estilo de vida saludable y prevenir problemas de salud a largo plazo. Una dieta saludable debe tener menos del 40% de calorías provenientes de alimentos ultraprocesados.

Otro de los alimentos que no recomienda la endocrinóloga son los productos de panadería, como el pan, las galletas o las tostadas, incluso si son integrales, puesto que presentan diversas desventajas para la salud.

Aunque se piense que los productos integrales son una opción más saludable, en muchos casos contienen harinas refinadas mezcladas con salvado para dar la apariencia de ser integrales. Por lo tanto, cuando consumimos uno de estos panes, podríamos estar ingiriendo básicamente un pan blanco disfrazado.

Esto puede provocar picos de glucosa similares a los del pan blanco, afectando negativamente la sensibilidad a la insulina y favoreciendo el aumento de peso. Además, los productos de panadería suelen contener azúcares añadidos y grasas poco saludables que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

Para evitar caer en las trampas de los alimentos integrales, es fundamental leer con atención la lista de ingredientes. Los ingredientes se enumeran en orden de cantidad, de mayor a menor, por lo que si la harina de trigo aparece en primer lugar, es la que predomina en la receta.

También es útil buscar especificaciones como "100% trigo sarraceno" o "100% integral", aunque esto no siempre garantiza que el producto esté completamente libre de harinas refinadas, ya que a veces se utilizan trucos de marketing para hacer que parezca más saludable de lo que realmente es.

En tercer lugar, la experta habla sobre los zumos, tanto naturales como embotellados, puesto que representan otra fuente de inconvenientes para la salud. A pesar de su apariencia saludable, la gran mayoría de estos productos carecen de la fibra presente en la fruta entera, lo que hace que el azúcar se absorba de manera rápida, generando aumentos bruscos en los niveles de glucosa.

Los zumos embotellados, aunque se presenten como opciones sin azúcar, suelen contener edulcorantes artificiales y conservantes que pueden alterar la microbiota intestinal y generar efectos negativos a largo plazo. Además, el consumo frecuente puede aumentar el riesgo de padecer resistencia a la insulina y enfermedades metabólicas.

Otro alimento que recomienda evitar la experta son las bebidas con gas o refrescos, incluso las versiones cero azúcar. Realmente, los productos light no son aquellos que no aportan calorías, sino que cumplen con una reducción del 30% de su valor energético mínimo, en comparación a su versión original o regular. Esta reducción tiende a ser de azúcares, grasas o calorías; sin embargo, al hacerlo, sustituyen el sabor por aditivos como el azúcar, sal o edulcorantes, explica la Nutrióloga Mariana Pérez a Vogue.

Estos edulcorantes artificiales que se utilizan en su fabricación pueden alterar la percepción del dulzor en el paladar y fomentar el consumo de alimentos ultraprocesados. Además, algunos estudios han indicado que estos edulcorantes pueden estar relacionados con alteraciones metabólicas, disbiosis intestinal y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2.

Además, el gas en estas bebidas puede causar distensión abdominal y molestias digestivas, puesto que las burbujas irritan el tracto digestivo y provocan que el estómago se dilate.

Por último, uno de los alimentos que desaconseja la experta y que, además, es muy popular en España es la margarina. La composición de este producto suele incluir aceites vegetales hidrogenados, los cuales contienen grasas trans.

Estas grasas han sido ampliamente asociadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ya que aumentan los niveles de colesterol LDL (conocido como colesterol malo) y reducen los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno).

A pesar de que algunas margarinas modernas han eliminado las grasas trans, muchas siguen conteniendo aceites refinados y aditivos químicos que pueden generar inflamación en el organismo. En contraste, la mantequilla real, cuando se consume con moderación, aporta ácidos grasos saludables y vitaminas liposolubles beneficiosas para la salud.