Imagen de archivo de queso.

Imagen de archivo de queso. IStock.

Salud y Bienestar

Aitor Sánchez, nutricionista: "Tomar queso antes de dormir en España puede provocar un peor descanso"

La elección de los alimentos para la cena es un aspecto fundamental para garantizar un descanso reparador.

Más información: Sandra Moñino, nutricionista: "Si quieres conciliar bien el sueño, no tomes café a partir de las 3 de la tarde"

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Según indica la Sociedad Española de Neurología, entre el 20% y el 48% de la población adulta sufre de problemas para iniciar o mantener el sueño y, en el 10% de estos casos, los trastornos del sueño son crónicos. Además, tal y como recoge la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (FIJE), España es el país del mundo que más medicamentos consume para dormir.

Los datos no solo son sorprendentes, sino que llegan a ser preocupantes. Dormir no solo nos permite recargar energías, sino que también juega un papel crucial en procesos fisiológicos como la regulación hormonal, el procesamiento cognitivo y la reparación celular.

Más allá del estrés, los acontecimientos de la vida o hábitos que alteran el sueño, la alimentación puede tener un papel importante en la prevención y el tratamiento de los trastornos del sueño. De hecho, hay alimentos que pueden provocar justo lo contrario y que, según expertos como Aitor Sánchez, deberíamos evitar en la cena si queremos descansar bien. Uno de ellos es el queso.

El impacto del queso en el descanso

La elección de los alimentos para la cena es un aspecto fundamental para garantizar un descanso reparador. Existen ciertos productos que, debido a su composición y efectos en el organismo, pueden dificultar el sueño o afectar la calidad del mismo. Así lo ha explicado el nutricionista y tecnólogo alimenticio Aitor Sánchez a Upperslife.

Según el experto, el queso y los platos que contienen este ingrediente en abundancia —como pizzas, canelones o lasañas— puede generar efectos indeseados que repercuten negativamente en el descanso nocturno. Entre ellos, su alto contenido en sal es su principal inconveniente.

La sal es un ingrediente esencial en la cocina, pero en cantidades elevadas puede provocar deshidratación y aumentar la sensación de sed. Es común que, tras cenar una pizza o cualquier otro plato con abundante queso, experimentemos una gran necesidad de beber agua aproximadamente "una hora o una hora y media después de haber comido".

Este incremento en la ingesta de líquidos puede alterar el sueño, ya que el organismo requerirá una mayor hidratación y, en consecuencia, es probable que nos despertemos en mitad de la noche para beber agua o incluso para ir al baño. Como consecuencia, lo que hacemos es interrumpir el ciclo de sueño y pueden hacer que el descanso no sea tan profundo ni reparador.

Además, el queso contiene una cantidad significativa de grasas, lo que puede hacer que la digestión sea más lenta y pesada. Cuando el organismo está ocupado procesando una comida copiosa y rica en grasas, el cuerpo no logra relajarse completamente para entrar en las fases más profundas del sueño.

Esto puede traducirse en una sensación de incomodidad, pesadez estomacal e incluso reflujo ácido, lo que a su vez puede provocar despertares nocturnos o dificultad para conciliar el sueño.

Además, otro aspecto a considerar es la presencia de ciertos compuestos en el queso, como la tiramina, una sustancia que, al igual que la cafeína, puede estimular la producción de neurotransmisores que mantienen el cerebro en estado de alerta y, como consecuencia, se tarde más tiempo en conciliar el sueño.

En España es bastante habitual abusar del queso en las cenas. Es un excelente alimento para acompañar y, además, lo incluimos en una variedad de platos como pizzas, lasañas, ensaladas, etc. Sin embargo, si se busca mejorar la calidad del sueño, es recomendable optar por alternativas más ligeras y de fácil digestión.

Otros alimentos que evitar antes de dormir

Más allá del queso, el experto indica otros alimentos que también pueden interferir con nuestro descanso, como las bebidas estimulantes, tales como el café, el té o los refrescos azucarados. "El motivo es la cafeína", indica, "aunque exista una tolerancia muy diferente según las personas y aunque logres conciliar el sueño, afecta a la calidad del mismo".

Además, Sánchez también nos recomienda evitar el chocolate y los cacaos a última hora del día que, aunque no tienen cafeína, también se engloban como alimentos estimulantes. "La recomendación sería evitar este tipo de bebidas a partir de las 16 h o 17 h de la tarde", indica.

Las preparaciones muy pesadas son otra de las opciones a evitar, según el nutricionista. "La grasa puede dificultar las digestiones, las hace más lentas, más pesadas y, además, retrasa el vaciamiento gástrico". Por ello, recomienda vigilar, sobre todo frituras y rebozados, así como otras recetas en las que usemos mucho aceite, como guisos y sofritos.

Así como debemos evitar el consumo de chocolate y otros alimentos estimulantes, el experto también sugiere no consumir dulces antes de dormir. "Aunque el azúcar no nos activa tanto como la cafeína, nos sigue provocando una estimulación", apunta.

Por último, Sánchez enumera el alcohol como "el ingrediente que más interfiere en el descanso". Incluso cantidades muy moderadas pueden dificultar el descanso, nos deshidrata y es muy perjudicial a nivel neurológico.