Mujer  sujetando un globo

Mujer sujetando un globo iStock

Salud y Bienestar

Hinchazón o inflamación: como distinguir esta condición que cada vez afecta a más mujeres

Las claves para identificarlo y reducirlo. 

18 enero, 2024 11:36

A todas nos ha pasado alguna vez, después de una fiesta, una gran celebración o un simple almuerzo familiar, hemos sentido distensión o hinchazón abdominal, notan como los pantalones, cinturones o camisas quedan más apretados y resultan más incómodos de llevar.

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Cuando esto pasa, es difícil saber a ciencia cierta si estamos hinchados o inflamados, dos cosas muy diferentes que hay que aprender a diferenciar.

¿Hinchazón o inflamación?

Estar hinchado es estar lleno de gases, es una faena y es importante evitarlo eliminando esos gases. “La hinchazón es la sensación que se tiene después de comer algo muy, muy copioso”, explica la nutricionista Cristina Barrous. Esta sensación se elimina si tomamos una infusión o si dejamos pasar un tiempo. Es algo muy muy puntual y que se reduce o desaparece de forma completamente natural.

Estar inflamado es más complicado, ocurre cuando nuestro cuerpo por un exceso de grasa, por estrés psicológico, por comer mal y no movernos mucho, por tener la microbiota poco cuidada, por el tabaco y otros contaminantes, está en estado de alarma permanente.

“La inflamación, sin embargo, es algo que, lo primero, no afecta solo a nivel de la tripa, sino que muchas veces es una sensación más holística. Es decir, es una sensación de sentirse pesada, de que la circulación no va bien, de que las piernas pesan y al presionar sobre la carne, aparecen manchas blancas. Muchas veces, la inflamación va asociada a digestiones difíciles, que se sienten que no fluyen, que no avanzan”, desarrolla Barrous.

Claves para reducir la inflamación

El origen del exceso inflamatorio del organismo está en gran parte en la mala alimentación y otros hábitos poco saludables, es posible detenerlo y revertirlo teniendo en cuenta algunas claves de salud.

Ante este problema lo primero es ir al médico y ponerse en manos de profesionales, pero existen algunas claves que introducir en nuestro día a día para atenuar el problema.

1. Reducir el consumo de azúcar

El azúcar refinado, así como el que está presente en refrescos, gaseosas y dulces, son los peores causantes de las alteraciones en el mecanismo de inflamación del cuerpo.

2. Incorporar alimentos alcalinos

La clave para combatir la inflamación mediante la alimentación es tener en cuenta que se han de consumir más comidas con propiedades alcalinas y se han de desplazar aquellas pobres en nutrientes y ricas en ácidos.

Los alimentos alcalinizantes ayudan a regular el pH natural de la sangre y con ello mejoran el funcionamiento de todos los órganos vitales. En cambio, las dietas ácidas  provocan graves alteraciones en todos los sistemas.

Incrementa el consumo de vegetales de hojas verdes, hierbas, té verde, vinagre de manzana o frutas.

3. Descansar

La falta de horas de sueño genera una tensión física y emocional que perturba el proceso de inflamación natural del cuerpo. La mala costumbre de trasnochar o dormir menos de 8 horas diarias puede, a mediano y largo plazo, originar problemas de salud como resultado de la inflamación.

4. Ejercicio

Una de las formas más efectivas para regular los procesos inflamatorios del cuerpo es mediante la práctica regular de ejercicio. Este tipo de actividades calientan y fortalecen los músculos, alejan la retención de líquidos, estimulan la eliminación de toxinas y retiran esos obstáculos que impiden el buen funcionamiento de los órganos y sistemas vitales del cuerpo.

5. Come más grasas saludables

Aunque la palabra grasa ya está estigmatizada como dañina para el organismo, lo cierto es que existen algunas de tipo saludables que deben incluirse en todos los planes alimenticios: pescado azul, aceite oliva, frutos secos o aguacate. Además, evita los ultraprocesados a toda costa.

6. Reducir el consumo de alcohol

a mayoría de las personas beben más alcohol de lo que piensan, de manera que conviene que revises la frecuencia y la cantidad que ingieres. El alcohol también puede provocar inflamación específica de los órganos, como es el caso de los intestinos