Una alimentación sana, variada y equilibrada  garantiza la eficacia de la flexibilidad metabólica.

Una alimentación sana, variada y equilibrada garantiza la eficacia de la flexibilidad metabólica.

Salud y Bienestar

¿Sabes qué es la flexibilidad metabólica y cómo conseguirla? Estos 6 hábitos son la clave

Se trata de una importante capacidad de nuestro organismo, vital para nuestra salud y para garantizar los niveles de energía diarios.

10 marzo, 2023 11:10

Seguro que en alguna ocasión has escuchado hablar de la flexibilidad metabólica, pero quizás no sabes realmente la importancia que tiene en el organismo. Lo cierto es que es un concepto que, aunque a menudo suele pasar inadvertido cuando se habla de la forma física y de la nutrición, es especialmente importante por los beneficios que proporciona.

En nuestra sociedad cada vez más, vemos como el número de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 o la obesidad se han vuelto cada vez más comunes, pero concretamente en España los datos superan ya los peores presagios como se ha evidenciado en el órgano de expresión de la Sociedad Europea de Diabetes (Diabetología).

Este estudio también ha revelado otros datos preocupantes como que cerca de 11 millones de españoles sufren de obesidad (un 28,2% de la población). Problemas de salud causados en gran medida por una mala alimentación o un mal estilo de vida, pero también por una deficiencia en la capacidad del organismo para adaptarse metabólicamente.

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A continuación te explicamos todo sobre la importancia de la flexibilidad metabólica para garantizar nuestra salud.

¿Qué es la flexibilidad metabólica?

La flexibilidad metabólica, es aquella que se refiere a la capacidad de nuestro organismo para transformar el combustible en energía a través de la dieta y según las necesidades que tengamos (quemando grasa por un lado y glucosa por otro).

A través de este mecanismo nuestro organismo garantiza que dispongamos de energía incluso cuando no estemos comiendo y sin necesidad de que tengamos que estar comiendo cada poco para tener esa dosis de energía.

Ser metabólicamente flexible implica que nuestro cuerpo pueda cambiar de manera eficiente y funcionando con el combustible que tiene más disponible. Algo que podríamos comprar por ejemplo con el funcionamiento de un vehículo híbrido, el cual puede hacer uso tanto de un motor de gasolina, como de uno eléctrico para funcionar en función del tipo de energía que recibe.

En el caso de nuestro cuerpo, este necesita obtener energía para realizar todas sus funciones y podrá extraerla a través de tres fuentes diferentes: proteínas, carbohidratos y grasas. Es después de comer cuando nuestro organismo decidirá si emplear estos macronutrientes o almacenarlos (en los músculos, el hígado o el tejido adiposo).

Por lo tanto, la flexibilidad metabólica viene a ser la capacidad que tenemos para utilizar el combustible adecuado de manera eficaz para obtener energía y esto dependerá del tipo y la cantidad de nutrientes que tengamos.

¿Cómo conseguir flexibilidad metabólica?

A la hora de entender cómo mejorar la flexibilidad metabólica, entra en juego anto la función mitocondrial como la sensibilidad a la insulina. Y es que, una persona sana puede cambiar de manera eficaz entre grasas y carbohidratos como fuente de combustible, pero alguien que es resistente a la insulina no puede hacerlo con tanta efectividad.

De hecho, la insulina actúa como regulador de la energía y controla qué fuente de combustible utiliza el cuerpo. Si esta aumenta, favorece la glucólisis (uno de los métodos que usan las células para producir energía). Por el contrario, si la insulina disminuye, hace que los ácidos grasos se oxiden a través de la lipólisis y que las células puedan quemar las reservas de grasa en el organismo.

En el caso de las mitocondrias (las responsables de producir energía en forma de ATP que es utilizada por las células), si están saludables y se transforman en energía de manera eficiente, el cuerpo puede combinar de forma eficiente las diferentes fuentes de energía garantizando la optimización del uso de los nutrientes y aumentando la capacidad de mantener una glucemia estable.

Por el contrario, cuando la función mitocondrial es deficiente, la flexibilidad metabólica disminuye y el organismo puede tener más dificultades para mantener ese equilibrio adecuado entre los niveles de energía y azúcar en sangre.

Teniendo esto en cuenta, sí que existen una serie de claves y consejos para mejorar la función mitocondrial y la sensibilidad a la insulina y por lo tanto también la flexibilidad metabólica.

Toma nota:

Realizar ejercicio físico: el ejercicio físico diario y mantener un estilo de vida activo es una de las mejores formas de revertir la resistencia a la insulina. Puedes variar el tipo de entrenamiento ejercitando más la fuerza, la actividad aeróbica, la resistencia… O simplemente combinar todas ellas.

De cualquier forma, estarás ayudando al cuerpo a aprovechar sus reservas de grasa, aunque los diferentes tipos de ejercicio usan diferentes combinaciones de ese combustible.

Ayuno intermitente: al ayunar de manera intermitente se produce una restricción calórica absoluta o parcial en un determinado periodo de tiempo y esto puede ayudar a usar la grasa de forma más eficaz.

Es importante trabajar aumentando progresivamente estos intervalos de comidas pero siempre de la mano de un nutricionista experto. En cuanto a su efecto, este será más eficaz si reducimos la ingesta de carbohidratos (sobre todo azúcares simples), según se ha publicado en Ageing Research Reviews.

Evitar el exceso calórico continuado: cuando nuestro organismo recibe un exceso calórico de manera continuada en el tiempo, las mitocondrias se ven colapsadas por un exceso de sustratos derivados de los ácidos grasos, la glucosa y los aminoácidos. Y es precisamente ese exceso el que conduce a una utilización de sustratos ineficaz y el temido estrés oxidativo.

Controlar el estrés: en el caso del estrés crónico, este puede tener un impacto negativo en la sensibilidad a la insulina. Esta es una de las razones principales por las que es importante encontrar formas de manejar el estrés y la ansiedad.

Garantizar una dieta equilibrada: garantizando una alimentación sana, variada y equilibrada y al mismo tiempo evitando alimentos ultraprocesados, densos energéticamente y pobres en nutrientes también ayudarás a garantizar la eficacia de la flexibilidad metabólica.

Respetar los ritmos circadianos: aunque todavía son necesarias más investigaciones al respecto, se sabe que los ritmos circadianos tienen una relación directa con el metabolismo. Y es que, este reacciona de forma diferente al consumo de los nutrientes en función del momento en el que se produzca y tener un buen hábito de sueño es fundamental para que esa flexibilidad metabólica sea adecuada.