Salud y Bienestar

La enfermedad que puede estar detrás del cansancio de las mujeres y no le hacemos caso

Las mujeres tienen una alta tolerabilidad a la fatiga que puede impedir que se diagnostiquen otras patologías con estos síntomas.

23 septiembre, 2020 01:15

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Expertos en anemia ferropénica, es decir, la anemia producida por falta de hierro en el organismo, han avisado de que la tolerabilidad de las mujeres ante síntomas como el cansancio puede esconder este problema sin tratar.

Se estima que una de cada cinco de mujeres en edad fértil la padecen, porcentaje que casi se duplica si se tiene en cuenta el grupo de mujeres embarazadas. Además, un estudio reciente evidenció que la incidencia de anemia en mujeres en edad fértil de entre 18-34 años fue de un 25-30% y la de ferropenia un 40-42%. En la gestación la incidencia de anemia ferropénica fue de un 54%.

Algunos de los principales síntomas de la anemia ferropénica como el cansancio, la fatiga, la disnea o la cefalea, son en muchas ocasiones infravalorados por quienes los experimentan, con lo que no acuden a profesionales sanitarios en busca de consejo y tratamiento, cronificando una situación que puede conllevar problemas más severos.

Ante esta situación, el Foro Español de Pacientes ha puesto en marcha el proyecto 'FeminFer', con el aval de la Sociedad Española de Calidad Asistencial y con el apoyo de Vifor Pharma, en el que un grupo multidisciplinar de expertos (clínicos, gestores, farmacéuticos, enfermería y pacientes) analiza las preferencias de pacientes y profesionales sanitarios.

Se tiene a reducir actividad

"Es muy importante que, cuando las pacientes presenten síntomas, acudan a un profesional sanitario, si bien no es infrecuente que muchas de ellas, al instaurarse la anemia ferropénica de forma lenta, permite al organismo estableces mecanismos de compensación, que hacen que esa sintomatología resulte menos evidente. Por ejemplo, en caso de que una mujer presente fatiga y debilidad, síntomas ambos vinculados a la actividad física, puede ocurrir que empiece a realizar ésta con menos energía o que limite su actividad de forma inadvertida tratando de compensar así dichos síntomas", explica el jefe de Unidad de Patología Materna y Embarazo del Hospital de Vall d'Hebron y coordinador del proyecto, Manel Casellas.

Otros síntomas de la anemia ferropénica pueden ser la taquicardia, la palidez, la fragilidad de las uñas, la caída del cabello, la cefalea, la astenia, y, en formas más severas, incluso la insuficiencia cardiaca. Además, debe hacerse constar que la anemia ferropénica influye negativamente sobre la evolución de otras enfermedades que la paciente pudiera tener coincidentemente.

"No es extraño que las mujeres se acostumbren o convivan con síntomas de anemia, pero no tienen por qué padecerla. Por ejemplo, las menstruaciones abundantes pueden ser un detonante de ferropenia y, sin embargo, lo habitual es que solo en los casos extremos sea motivo de consulta ginecológica", ha señalado el director y coordinador científico del Foro Español de Pacientes, José Luis Baquero.

Ferropenia

Entre las conclusiones que destacan los expertos participantes en el estudio está la necesidad de tratar la anemia ferropénica y de hacerlo con el abordaje más óptimo y personalizado. Con frecuencia tratamos la anemia y no la ferropenia, que puede deberse a muchas causas, algunas de ellas vinculadas al estilo de vida actual, como la dieta.

Corregir la anemia olvidándonos de la ferropenia o no incidir en la causa de la misma supone una asistencia insuficiente. Si solo se corrige la anemia, y, por ejemplo, está ocasionada por reglas abundantes, al poco tiempo, en cuatro o cinco meses, volverá a presentarse la anemia ferropénica", ha explicado Casellas.

Además, el doctor Baquero ha considerado que se debe personalizar caso a caso el tratamiento, animando a las mujeres a participar en la toma de decisiones de manera compartida con los profesionales sanitarios. "Se debería apostar, además, por un abordaje más directo y efectivo, utilizando la vía parenteral de forma temprana, cuando se demuestre que la terapia oral es más lenta, ineficiente o está acompañada de incómodos efectos adversos", ha enfatizado.

En esta línea, el doctor Casellas ha avisado de que "no hay que empecinarse" en la vía oral si pasa un tiempo razonable, como 15-30 días, a la espera de respuesta de incremento de hemoglobina mediante el tratamiento oral con hierro estándar.

"Si, después de este periodo y por la razón que sea, como mala absorción, intolerancia digestiva, interferencia con otros medicamentos o incumplimiento de la paciente no se obtienen resultados, en lugar de probar con otras opciones, es más que razonable considerar la vía parenteral. El tiempo cuenta y no debemos retrasar que la paciente pueda recuperar su calidad de vida", ha zanjado.