La pareja sigue igual de enamorada que el primer día.

La pareja sigue igual de enamorada que el primer día. Tiktok

Relaciones

Pepi y Víctor, 66 años casados, sobre el secreto de su matrimonio: "Me roba muchos besos en el ascensor"

La pareja se sincera sobre su vida juntos, marcada por el respeto, la complicidad y el humor, valores que para ellos pesan más que el tiempo.

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Hoy en día parece que nada dura. Las relaciones se rompen rápido y cada vez todo es más fugaz. Sin embargo, Pepi y Víctor lo tienen claro y vienen a recordarnos lo que significa el amor de verdad.

Este matrimonio lleva 66 años juntos y asegura que la clave de su unión no está en fórmulas complicadas como las que hoy en día se intentan instaurar, sino en los gestos sencillos del día a día que muchos parecen olvidar.

"Fue un flechazo, me gustó desde el primer día", recuerda Víctor con una sonrisa. Y es que estos jubilados que llevan toda la vida juntos, se conocieron siendo muy jóvenes.

Desde aquel primer encuentro, no se separaron más. El cariño, la complicidad y, sobre todo, los besos, han sido los pilares que han mantenido viva su relación durante más de seis décadas.

Pepi todavía se emociona al hablar de aquel inicio. Entre risas, recuerda que, como todos los de la época, "el primer beso fue robado" pero que lo que más le gusta es que "ahora me sigue robando muchos en el ascensor".

En el perfil de 'Adopta un abuelo' en Instagram, esta jubilada lo cuenta con picardía, como quien revive un secreto compartido. Y es que para ella, lo más importante ha sido mantener la alegría en los pequeños detalles y no dejar nunca de demostrar el afecto.

La rutina, que para muchas parejas puede convertirse en un obstáculo, para ellos ha sido una oportunidad. "Me da igual que sea mañana, tarde, lo primero que me apetece es darle un beso", confiesa Víctor con sinceridad.

Y es que no importan los años, las canas ni las arrugas, lo que verdaderamente cuenta es el cariño, que al final siempre se refleja en esos gestos cotidianos.

El secreto de su matrimonio no está en fórmulas mágicas ni en consejos imposibles. Para ellos se trata de respeto, paciencia y de disfrutar cada momento juntos. Porque cuando el amor está presente, siempre encuentra la manera de quedarse.

"Me gusta todo lo de Pepi y sigo igual o más enamorado si se puede", confiesa él, sin titubear.

Su historia es un recordatorio a todos esos jóvenes que dudan, y es que el amor verdadero no necesita grandes escenarios.

Está en las risas, en las conversaciones de sobremesa, en salir a pasear juntos y, claro, en esos besos que todavía se roban en el ascensor.

Pepi y Víctor son testigos de que, a pesar del paso del tiempo, se puede seguir manteniendo viva la chispa. Sesenta y seis años después, siguen mirándose con la misma complicidad que el primer día.

Y quizá ahí radique la verdadera lección: no dejar de sorprenderse, no dejar de quererse, y sobre todo nunca dejar de besarse.