Natalia Román  y Marta Jiménez, en un 'collage' de Magas.

Natalia Román y Marta Jiménez, en un 'collage' de Magas.

Protagonistas

De Natalia Román a Marta Jiménez y Melanie Coleman: la cara más trágica de una vida dedicada al deporte

Estas mujeres han llevado su pasión al límite por sus respectivos deportes, asumiendo los riesgos y posibles accidentes.

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"Amante de la montaña, sin importar el terreno, el deporte, las condiciones ni el clima. A veces solo, a veces con personas afines; a veces en el patio trasero, a veces en rincones remotos del mundo". Con esta frase definía Natalia Román López la gran pasión de su vida, esa misma que compartía con su pareja y donde, desgraciadamente, ha encontrado su apresurado y trágico final a los 35 años.

La deportista falleció este lunes 29 de diciembre en el pico Tablato, ubicado en el Pirineo Aragonés, tras producirse un alud, junto a su pareja, Jorge García-Dihinx, y Eneko Arrastua. Formaban parte de un grupo de seis personas, de los que dos salieron ilesos y otra herida leve.

El desprendimiento se produjo a unos 2.700 metros de altitud, mientras todos ellos practicaban una modalidad de esquí fuera de pista. Solo quienes sienten una gran pasión por el deporte y lo convierten casi en el epicentro de sus prioridades, ya sea como profesión o como hobby, entienden esta dedicación que en ocasiones puede desencadenar en accidentes fatales.

Echando la vista atrás, encontramos otros nombres de mujeres que perdieron la vida haciendo lo que más les gustaba, en diferentes disciplinas. Desde la atleta española Marta Jiménez mientras practicaba salto base el pasado mes de julio, pasando por la gimnasta Melanie Coleman en 2019 o la campeona olímpica de lanzamiento de martillo Kamila Skolimowska en 2009.

Cada una tiene su historia personal. Natalia Román López era natural de Zaragoza y había estudiado Periodismo y Comunicación Audiovisual tras obtener la mejor nota de Aragón en la Selectividad del año 2007, según informa el diario Las Provincias. Practicaba atletismo desde niña y se especializó en carreras de montaña de gran distancia.

Residía en Suiza —un lugar perfecto para sus deportes preferidos— y llevó a cabo grandes retos, participando en pruebas de Ultra Trail y duros desafíos por los Pirineos, como el que realizó en 2023 recorriendo los más de 70 kilómetros que unen los picos de Aneto, Perdiguero y Posets; tardó 26 horas y 36 minutos.

De todo ello daba cuenta en su blog Movimiento Permanente y en su cuenta de Instagram, donde acumulaba casi 4.000 seguidores. Además, Natalia quería demostrar que el hecho de padecer diabetes, como era su caso, no le impedía ser una deportista de alto nivel, así que parte de su contenido en redes también estaba centrado en este tema.

"Este es mi primer invierno con la bomba mylife YpsoPump, así que estoy teniendo mucho cuidado con las bajas temperaturas. Sí, la insulina se puede congelar y, una vez que lo hace, ya no se puede confiar en su potencia", escribía el pasado 18 de diciembre. Curiosamente, fue a través de su salud que conoció a su pareja, Jorge García-Dihinx.

Él también cuidaba de la salud de Natalia, que en 2023 le mencionaba en un post donde reflexionaba sobre su vida con diabetes tipo 1: "¿Cómo puede algo tan perturbador y objetivamente horrible traer algo bueno a nuestras vidas? Porque la adaptación es la clave para la supervivencia. Va más allá. Adaptarse no es aceptar. La aceptación me permitió ver más allá. No se puede cambiar lo que no se puede cambiar. ¡Aprovechar al máximo las cartas que nos dan es nuestro deber! Yo solo buscaba ayuda médica, la dieta baja en carbohidratos y el deporte, y... bueno, llegó la ayuda de Jorge".

La pareja fallecida, en una imagen de redes sociales.

La pareja fallecida, en una imagen de redes sociales.

El caprichoso destino quiso que encontraran el final juntos en los Pirineos por los que tantas veces se habían deslizado con los esquíes.

Deporte, pasión y riesgo

El amor por los deportes extremos trae implícito asumir los riesgos, siempre desde el conocimiento extenso que los dos tenían del medio. A lo largo de los años, ha habido otros sucesos similares y 2025 ha sido especialmente negro en lo que se refiere a las deportistas de montaña.

El pasado mes de agosto, la experimentada alpinista rusa Natalia Nagovitsyna, de 47 años, se quedó atrapada en el Pico Pobeda, en Kirguistán, tras romperse una pierna. No pudo ser rescatada con vida. En julio, la escaladora checa Klára Kolouchová fallecía al intentar coronar el pico de Nanga Parbat, situado al norte de Pakistán que forma parte de uno de los 14 ochomiles que hay en el mundo.

Trágico fue el final a principios de diciembre de la austriaca Kerstin Gurtner, de 33 años, que perdió la vida a causa de una hipotermia tras ser abandonada en la cima del Großglockner (Austria) por su pareja, que actuaba como guía.

Pero no solo las disciplinas llamadas de riesgo tienen ejemplos de muertes inesperadas. Entrenar al más alto nivel implica unas condiciones físicas extraordinarias, pues se somete al cuerpo a condiciones extremas, y en ocasiones se dan este tipo de casos.

El pasado mes de julio, el mundo del deporte lloraba la muerte de Marta Jiménez, conocida como 'la mujer adrenalina' a los 34 años, mientras practicaba el salto base en los Pirineos al sufrir una aparatosa caída. Aunque los equipos de rescate dieron pronto con ella, nada pudieron hacer por salvarla debido a las heridas.

Esta deportista era muy mediática, porque fue durante un tiempo colaboradora de El Hormiguero, le gustaba vivir al límite, se atrevía con todo y había fundado su propio negocio para hacer puenting. Y, pese a todo, era muy consciente de los riesgos. "Ese miedo tan grande lo sentimos, aunque lo practiquemos, no te acostumbras mucho", decía en una entrevista en la radio Cope Alto Aragón.

También el pasado verano falleció la doble campeona olímpica Laura Dahlmeier, siete veces campeona del mundo de biatlón, a los 31 años, en un accidente de escalada en el pico Laila, en Pakistán. La alemana fue alcanzada por un desprendimiento de rocas mientras ascendía.

Las malas condiciones del tiempo retrasaron el rescate. Ella misma había pedido en muchas ocasiones que nadie arriesgara su vida para recuperar su cuerpo en caso de accidente. Pese a haber hecho historia en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 al convertirse en la primera biatleta femenina en ganar el oro en las pruebas de velocidad y persecución; y un año más tarde llegar a ganar cinco medallas de oro en un solo campeonato mundial, se había retirado justo después.

En febrero, Yashtika Acharya, medallista de halterofilia, de 17 años, murió al perder el equilibrio mientras levantaba una barra de 272 kilos. El peso le cayó encima y le partió el cuello, por lo que nada se pudo hacer por ella. Era una gran promesa en la citada modalidad.

Otra mujer olímpica que alcanzó la gloria en Sidney 2000 con lanzamiento de martillo a los 17 años también murió haciendo su deporte en 2009. Se trata de Kamila Skolimowska, que se desplomó mientras entrenaba en una concentración de la selección polaca en Portugal. La autopsia reveló una embolia pulmonar, lo que impactó mucho por su juventud.

Kamila Skolimowska, en una competición en 2001.

Kamila Skolimowska, en una competición en 2001. Getty

Ese mismo año, Melanie Coleman, una joven gimnasta americana fallecía mientras entrenaba en las barras asimétricas. Sufrió una caída que le provocó una lesión en la médula espinal que no pudo superar.

Cerramos este repaso que sirve de homenaje a estas deportistas con la piloto española de Fórmula 1 María de Villota, que nos dejaba el 11 de octubre de 2013. Fue un referente para el automovilismo femenino, pero sufrió un gravísimo accidente un año antes mientras probaba un coche y las secuelas acabaron provocándole la muerte.

Todas tienen en común una pasión sin límites y una entrega absoluta a disciplinas de todo tipo, en las que fueron referentes y hoy se han convertido en leyenda.