Barbie dice adiós a los tacones para siempre: ya no quiere ser un ideal de belleza sino fuente de inspiración

Hubo un tiempo en el que la infancia se vivía alejada de las pantallas, o por lo menos, su uso no era constante como ahora. Los más pequeños pasaban las horas —y disfrutaban— de los barcos piratas, los Playmobil y las Barbies.

En 1959, cuando nació esa muñeca de largas piernas, cintura de avispa y con pies de puntillas, apenas existía un modelo básico que tenía un par de cambios de vestimenta.

Con el paso de los años, fueron ocupando todo tipo de profesiones, practicando multitud de deportes y llevando estilos de ropa de lo más variados. Lo que provocó que en 1990 se fabricara la primera con los pies planos.

Sin embargo, encontrar una Barbie apoyando los talones en el suelo era bastante inusual y, hasta el 2024, no se ha podido decir que la mayoría son de este tipo.

Gracias a un reciente estudio elaborado por un grupo de podólogos de la Universidad de Monash (Melbourne), se ha observado que, para mediados del año pasado, el 60% de las muñecas presentaban una base completamente plana.

2.750 Barbies

En la investigación, liderada por la profesora Cylie Williams, analizaron 2.750 muñecas fabricadas desde 1959 hasta mediados del 2024 y, con la ayuda de un goniómetro, catálogos antiguos y colecciones personales, midieron el ángulo de sus pies.

El grupo de podólogos de la Universidad de Monash (Melbourne) midió con un goniómetro la inclinación de las plantas de las Barbies. Cylie Williams.

Los investigadores elaboraron un sistema que clasificaba las características que registraban durante el análisis. A este le dieron el nombre de FEET ­-por sus siglas en inglés-: postura del pie, equidad, empleo y periodo de tiempo de fabricación.

Con este método, han concluido que la postura equina de la Barbie está directamente relacionada con el uso de los tacones altos y que su calzado se convierte en plano debido a las exigencias de su trabajo.

En los inicios, las Barbies representaban profesiones como modelo o cantante, por lo que la prevalencia de los pies de puntillas era del 100%. Al intentar plasmar los cambios sociales y adaptarse a ellos, ese porcentaje fue descendiendo.

Un reflejo de la sociedad

"Atiende a una transformación social y tiene que ver con los valores de la mujer que quieren reflejar a través de la muñeca", asegura Mercedes Camarero (Vitoria, 1966), socióloga, investigadora social y profesora titular de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla).

Considera que la Barbie de los años 50 y 60 representaba a una mujer con un rol enfocado y vinculado a su marido. "No de atender la casa, porque seguramente tendrían servicio, pero sí de un figurín que iba todo el día en tacones", continúa.

Imagen de archivo de una niña mirando Barbies en una tienda. Gettyimages.

La socióloga hace la comparativa con la muñeca Nancy: "Ella pisaba plano con sus merceditas y era un modelo femenino radicalmente diferente, con otra serie de valores".

Camarero explica que la mayoría de los avances en la sociedad que han influido han estado relacionados con el entorno laboral. Hasta finales de los 80, trabajos como el de empleada bancaria requerían, obligatoriamente, el uso de tacones altos como parte del uniforme.

Al ir desempeñando las mujeres empleos más diversos como el de veterinaria, que "para meterse en la cuadra no pueden ir con tacones", las muñecas adquieren esos nuevos roles con su adecuado uniforme.

También contribuyó la eliminación del permiso marital —en 1975 en España y en 1988 en EEUU— como símbolo de empoderamiento femenino, ya que, a partir de ese momento, las casadas ya no necesitaban la autorización de sus maridos para realizar diversos actos jurídicos y patrimoniales.

"Si quiero vender productos en la sociedad contemporánea, tengo que adaptarlo a los valores y tendencias de la época. A día de hoy, no se puede vender una muñeca cuyo fin último es acompañar al marido a sus eventos", manifiesta Mercedes.

Tanto ha sido su intento de transformación que en 2023 sus fabricantes, la empresa estadounidense de juguetes Mattel, junto con la productora, Warner Bros, lanzaron la taquillera película de Barbie, protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling.

Su trama giraba en torno a la crisis existencial de la muñeca al levantarse una mañana con los talones en el suelo y darse cuenta de que no encaja en la 'perfección' de Barbieland.

Además de los avances sociales, las Barbies han recogido los cambios que ha experimentado la moda a lo largo de los tiempos.

"En los últimos años, existe una tendencia a hacer las cosas más cómodas y sostenibles. Todas las abuelas sufrían de juanetes, principalmente por culpa de los tacones y los materiales con los que estaban hechos los zapatos. En cambio, ese padecimiento ahora casi ha desaparecido", asegura.

Explica que esto se debe a que, antiguamente, "las mujeres iban con tacones a todos lados" y actualmente, se ha popularizado el uso de calzado deportivo, chanclas y botas planas hasta en ámbitos profesionales.

Ideal al que aspirar

La sociedad ha influido en la Barbie, pero la muñeca también ha influido en la sociedad. La profesora determina: "No deja de ser una marca que quiere vender una imagen de mujer que guste a las niñas y a la que se quieran parecer".

Ruth Handler, creadora de Barbie, en una fiesta en Nueva York por el 40 aniversario del nacimiento la marca. Gettyimages.

Su creadora, Ruth Handler, comentó en una entrevista para la BBC: "Durante años observé a mi hija jugando a las muñecas de papel con sus amigas y quedé fascinada con la manera en la que se proyectaban a sí mismas".

La conclusión a la que llegó fue que "las niñas querían mucho más que imaginar que eran mamás, querían fantasear con cómo sería su vida de adultas".

El problema que presentaban las muñecas de los años 60 eran sus medidas corporales perfectas —y muchas veces inalcanzables—.

Ya que la exposición temprana a modelos que personifican un ideal de cuerpo delgado y poco realista puede dañar la imagen corporal de las niñas y contribuir a un mayor riesgo de generar trastornos de la conducta alimentaria.

Y así lo demuestra el estudio que, en 2006, tres investigadoras y psicólogas de la Universidad de Sussex (Reino Unido) realizaron con 162 niñas, de entre 5 y 8 años. A algunas se les expuso imágenes de Barbie y a otras no.

Tras ello, a todas se les realizaron evaluaciones de imagen corporal. Las que habían observado a la muñeca presentaron una menor autoestima corporal y un mayor deseo de un cuerpo más delgado.

En los inicios de Barbie, el ideal se basaba en "estar perfecta con tacones"; sin embargo, en el siglo XXI muestran "una mujer autónoma, nada dependiente de su pareja, con estudios y con una profesión a su elección".

En el presente, Mattel intenta que todas las niñas se sientan incluidas. Ya sean altas, bajas, finas, anchas, blancas, negras, con pelo largo, corto o con alguna discapacidad. De hecho, su último lanzamiento fue una muñeca con diabetes tipo 1 (DT1).

Barbie se ha asociado con la Fundación DiabetesCERO y Breakthrough T1D para esta campaña, la cual cuenta con Laura Sánchez como embajadora en España. El motivo de ello es que a la modelo y actriz, le detectaron esta enfermedad hace cuatro años.

Laura Sanchez junto a su muñeca Barbie. Mattel.

El compromiso de la marca con este tipo de temas es prioritario y así lo hacen constar en su página web: "Barbie reconoce el poder y la importancia de sentirse representados, por eso ha evolucionado a lo largo de los años y se compromete a seguir trabajando en la misión de inspirar a las nuevas generaciones".

El progreso se ha visto palpable en la diversidad actual de sus modelos: "35 tonos de piel, 97 peinados y 9 tipos de cuerpo", confirman sus fabricantes.

Aunque, "otra cosa es que las niñas actuales quieran tener una muñeca que no forma parte de la realidad virtual". Mercedes explica que el mundo digital es "mucho más rico y ofrece más juego que el real".

"Es una pena, pero ya pasó el tiempo en el que un palo podía ser un caballo o una escoba de bruja y en el que una muñeca, se convertía en una hermana mayor", apostilla la socióloga.